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Sergio Brosa

Massanet y los perros

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Está bien legislar sobre las cosas cotidianas de interés general, pues no todo ha de ser legislar sobre las ideas y menos si lo hace el poder ejecutivo que bastante trabajo tiene ya con sus tareas gubernativas, en lugar del legislativo que es a quien corresponde la facultad de legislar. Y legislar ha de ser siempre sobre la base de expresar una opinión general y no partidista de un grupo, por fuerte que chille.

El Ayuntamiento de Massanet (Maçanet en catalán) de la Selva, provincia de Girona, y 6.600 habitantes, ha promulgado una ordenanza municipal relativa a la tenencia de animales domésticos, lo que pone de manifiesto el voluntarismo por parecer vanguardista y fashion de la corporación municipal, con su alcalde al frente, Alfons Soms Quellos, quien se apresuró a aparecer en televisión para aclarar que la normativa favorecerá la convivencia ciudadana.

Con tan fausto objetivo, redacta el consistorio y aprueba el equipo de gobierno compuesto por la socio-vergencia (PSC y CiU) con los votos en contra de la oposición, dos grupos locales: Acuerdo para Massanet, AM (Acord per Maçanet) y Nuevo Massanet, 9M (9 –nou en catalán que es homónimo de nuevo– Maçanet) la singular norma de obligado cumplimiento.

Poco trabajo demuestra tener el equipo de gobierno de Massanet (en su escritura tradicional que traducido del catalán significa demasiado limpio) al querer ir más allá de la normativa española y de la muy audaz catalana en esta materia, al confeccionar una ordenanza en esta materia, de 52 hojas, con tres capítulos, a saber: Disposiciones Generales, con 6 artículos; Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales, con 29 artículos y; Régimen Sancionador, con 10 artículos; 3 Disposiciones Adicionales; 1 Disposición Final y 2 Anexos, el primero con explicaciones sobre las características que han de tener los perros para ser considerados peligrosos y el segundo con un montón de fotos de razas de perros peligrosos.

Un ímprobo esfuerzo legislativo para disponer, entre otras absurdas disposiciones, el artículo 10.6 que dice textualmente: “Los animales domésticos o de compañía, exceptuando los perros lazarillo, no podrán hacer uso de ascensores públicos o de comunidades de vecinos, aunque vaya acompañado del poseedor o titular y éste sea un copropietario.”

Como dijo el alcalde en la tele: “(…) para favorecer la convivencia.” ¡Genial!

Visto así, tal parece que el alcalde tiene un vecino de escalera con perro, con quien ya no quiere volver a compartir el ascensor. O viceversa: “No te preocupes, vecino –Pudo haberle dicho el alcalde– Mi perro no subirá más en el ascensor –Y añadió– Ni el de ningún otro vecino del pueblo.

En lugar de reflexionar sobre el alcance de una norma de esta guisa y atajar de otro modo los incidentes de convivencia que se originan entre algunos tenedores de perros y el resto, educando a unos y a otros, se legisla como últimamente nos tienen ya acostumbrados: Prohibiendo majaderías.

Si está demostrado científicamente que la tenencia de animales de compañía y perros en particular, es enormemente beneficiosa para personas mayores, necesitadas de compañía o bien enfermos de Alzheimer, ahora en Maçanet de la Selva los perros de estos colectivos, los va a sacar a la calle el propio alcalde, como patrocinador de la ordenanza, pues si las personas mayores no pueden meter al perro en el ascensor, a ver cómo han de sacarlos a la calle para cumplir con otras normas de la propia ordenanza municipal, en cuanto a cuidados de los animales.

¡Ah! Nada de bajar en el ascensor la pecera con el pececillo rojo; entra en la norma.

Recomendaría al equipo de gobierno municipal de Massanet de la Selva, se diese una vuelta por Europa, sobre todo por la EU a la que pertenece el municipio y vieran cómo se trata por ahí a los animales de compañía y en especial a los perros. Quieren los gobernantes de Maçanet parecer vanguardistas y lo que refleja su ordenanza es desconocimiento y falta de ordenamiento cívico, educación y cultura animal. Además de tener muchas horas ociosas o incluso dejadez de las cosas importantes y hasta de las urgentes.

Menos reglar la vida personal de los ciudadanos y más ocuparse de las cosas propias de la ciudad que gobiernan. Educar en la tenencia de perros enmascarándolo en una farragosa norma y mezclarlo con todos los animales de compañía y domésticos, es poner trabas para su posesión y disfrute porque eso es prohibición indirecta ¿cínica? El grado de calidad que se dispensa a los animales domésticos está en relación directa al grado de desarrollo de la comunidad.

Massanet y los perros

Sergio Brosa
Sergio Brosa
lunes, 10 de agosto de 2009, 00:15 h (CET)
Está bien legislar sobre las cosas cotidianas de interés general, pues no todo ha de ser legislar sobre las ideas y menos si lo hace el poder ejecutivo que bastante trabajo tiene ya con sus tareas gubernativas, en lugar del legislativo que es a quien corresponde la facultad de legislar. Y legislar ha de ser siempre sobre la base de expresar una opinión general y no partidista de un grupo, por fuerte que chille.

El Ayuntamiento de Massanet (Maçanet en catalán) de la Selva, provincia de Girona, y 6.600 habitantes, ha promulgado una ordenanza municipal relativa a la tenencia de animales domésticos, lo que pone de manifiesto el voluntarismo por parecer vanguardista y fashion de la corporación municipal, con su alcalde al frente, Alfons Soms Quellos, quien se apresuró a aparecer en televisión para aclarar que la normativa favorecerá la convivencia ciudadana.

Con tan fausto objetivo, redacta el consistorio y aprueba el equipo de gobierno compuesto por la socio-vergencia (PSC y CiU) con los votos en contra de la oposición, dos grupos locales: Acuerdo para Massanet, AM (Acord per Maçanet) y Nuevo Massanet, 9M (9 –nou en catalán que es homónimo de nuevo– Maçanet) la singular norma de obligado cumplimiento.

Poco trabajo demuestra tener el equipo de gobierno de Massanet (en su escritura tradicional que traducido del catalán significa demasiado limpio) al querer ir más allá de la normativa española y de la muy audaz catalana en esta materia, al confeccionar una ordenanza en esta materia, de 52 hojas, con tres capítulos, a saber: Disposiciones Generales, con 6 artículos; Régimen Jurídico de la Tenencia de Animales, con 29 artículos y; Régimen Sancionador, con 10 artículos; 3 Disposiciones Adicionales; 1 Disposición Final y 2 Anexos, el primero con explicaciones sobre las características que han de tener los perros para ser considerados peligrosos y el segundo con un montón de fotos de razas de perros peligrosos.

Un ímprobo esfuerzo legislativo para disponer, entre otras absurdas disposiciones, el artículo 10.6 que dice textualmente: “Los animales domésticos o de compañía, exceptuando los perros lazarillo, no podrán hacer uso de ascensores públicos o de comunidades de vecinos, aunque vaya acompañado del poseedor o titular y éste sea un copropietario.”

Como dijo el alcalde en la tele: “(…) para favorecer la convivencia.” ¡Genial!

Visto así, tal parece que el alcalde tiene un vecino de escalera con perro, con quien ya no quiere volver a compartir el ascensor. O viceversa: “No te preocupes, vecino –Pudo haberle dicho el alcalde– Mi perro no subirá más en el ascensor –Y añadió– Ni el de ningún otro vecino del pueblo.

En lugar de reflexionar sobre el alcance de una norma de esta guisa y atajar de otro modo los incidentes de convivencia que se originan entre algunos tenedores de perros y el resto, educando a unos y a otros, se legisla como últimamente nos tienen ya acostumbrados: Prohibiendo majaderías.

Si está demostrado científicamente que la tenencia de animales de compañía y perros en particular, es enormemente beneficiosa para personas mayores, necesitadas de compañía o bien enfermos de Alzheimer, ahora en Maçanet de la Selva los perros de estos colectivos, los va a sacar a la calle el propio alcalde, como patrocinador de la ordenanza, pues si las personas mayores no pueden meter al perro en el ascensor, a ver cómo han de sacarlos a la calle para cumplir con otras normas de la propia ordenanza municipal, en cuanto a cuidados de los animales.

¡Ah! Nada de bajar en el ascensor la pecera con el pececillo rojo; entra en la norma.

Recomendaría al equipo de gobierno municipal de Massanet de la Selva, se diese una vuelta por Europa, sobre todo por la EU a la que pertenece el municipio y vieran cómo se trata por ahí a los animales de compañía y en especial a los perros. Quieren los gobernantes de Maçanet parecer vanguardistas y lo que refleja su ordenanza es desconocimiento y falta de ordenamiento cívico, educación y cultura animal. Además de tener muchas horas ociosas o incluso dejadez de las cosas importantes y hasta de las urgentes.

Menos reglar la vida personal de los ciudadanos y más ocuparse de las cosas propias de la ciudad que gobiernan. Educar en la tenencia de perros enmascarándolo en una farragosa norma y mezclarlo con todos los animales de compañía y domésticos, es poner trabas para su posesión y disfrute porque eso es prohibición indirecta ¿cínica? El grado de calidad que se dispensa a los animales domésticos está en relación directa al grado de desarrollo de la comunidad.

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