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Hace ochenta y un años, mientras se vivían las últimas horas de la guerra del Chaco, Huey Long se hacía con el balance de poder para las elecciones de 1936 en Estados Unidos

Huey Long y la Paz del Chaco

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En el año 2006 el guionista de “La Liista de Schindler” Steven Zaillian, produjo y dirigió la película “Todos los Hombres del Rey”, protagonizada por el actor Sean Penn.

La historia, que está basada en la novela homónima de Robert Penn Warren de 1946, ganadora del premio Pulitzer, es además una nueva versión de “El político”, de Robert Rossen, protagonizada por Broderick Crawford y ganadora de tres Premios Óscar en 1950, entre ellos el premio a la mejor película.

Paralelamente, la novela de Robert Penn Warren está basada en la notable carrera política del gobernador de Luisiana y senador estadounidense Huey Long, el mismo que en el 30 de mayo de 1934 se envolviera en la guerra del Chaco acusando a la empresa petrolera Standard Oil Company de financiar al ejército boliviano para apoderarse del territorio disputado entre Bolivia y Paraguay.

Huey Long volvió al tapete de la mano de los analistas de la actual carrera hacia la Casa Blanca, que comparan su estilo e ideas con Donald Trump y Bernie Sanders. De acuerdo con la mayoría de estos opinologos,, Huey Long era un populista cautivante con el estilo de Trump y las ideas de Sanders.

Han pasado ocho décadas desde que Long realizó sus denuncias en el Congreso norteamericano, pero sigue siendo un desconocido para la historia paraguaya que se enseña en escuelas, colegios y universidades. Se trata, sin duda, de una muestra del poderío del establishment estadounidense ejercido a través de su diplomacia sobre la superestructura cultural paraguaya, sobre sus planes educativos, sus historiadores, medios, periodistas y universidades.

Una muestra de ello lo comprobé hace unos días cuando planteé la incógnita relacionada con el río Parapití, hoy muy dentro del territorio boliviano, pero cuyo nombre es recordado en canciones, versos e incluso calles de ciudades paraguayas.

<> (recién cuando esté a orillas del Río Parapití, estaré en condiciones de escribirte una carta) dicen los versos de una popular canción paraguaya relacionada con la guerra del Chaco. Como se ve hoy en los mapas, el rìo Parapiti aludido en esos versos quedó muy dentro de Bolivia, merced a la poco decorosa actuación de algunos representantes paraguayos en las negociaciones de 1938. Muchos niegan que hubo una entrega, pero todo se encuentra perfectamente documentado en la tesis de Leslie B. Rout, "Politics of the Chaco Peace Conference" basada en documentos del departamento de estado norteamericano. Para quienes desean ahorrarse la lectura, solo pueden mirar el mapa, ubicar el río y pensar qué habrá querido decir Emiliano R. Fernández cuando hablaba del Parapiti en los versos de "Che la Reina" que citamos arriba.

En Estados Unidos, la historia del legendario político que hoy parece haberse encarnado en los candidatos que se enfrentan por la sucesión de Obama, fue igualmente trágica. Roosevelt había dicho que Long era uno de los hombres más peligrosos del país, verdad innegable teniendo en cuenta que con el once por ciento de las preferencias, era dueño del balance de poder de las elecciones presidenciales estadounidenses de 1936.

El 8 de septiembre de 1935, habiendo abandonado el senador Long con sus guardaespaldas una sesión especial en el Capitolio Estatal de Baton Rouge, adonde había arribado desde Washington buscando zanjar en cuestiones locales de su estado, un desconocido se le acercó al amparo de la oscuridad y en ese momento se escuchó un disparo. La guardia de Long abrió fuego contra el sospechoso ocasionándole a su turno 51 heridas de bala antes de ser éste identificado como un joven y respetado médico, Carl Austin Weiss, proveniente de una familia de reconocida alcurnia en la sociedad local.

Posteriormente se sabría que Weiss hizo el papel de cabeza de turco y que las balas que impactaron en Long tenían otra procedencia. En las primeras horas del día 10 fallecía el senador en el Hospital Our Lady of the Lake. Según todos los indicios, era solo una víctima más de la avidez sin límites del imperialismo petrolero, que debería ser puesto a un lado para que la Standard Oil tenga las manos libres y pueda quedarse con las riquezas minerales del subsuelo chaqueño. Con la guerra entre Bolivia y Paraguay como inadvertido telón de fondo, se cerraba uno de los más infames y controvertidos capítulos de la historia norteamericana.

El cadáver de Weiss sería exhumado en 1991, tras un acuerdo entre su hijo y uno de los hijos de Long, el senador Rusell Long. Los resultados de los estudios reforzaron la tesis de que aquel asesinato se trató de un montaje.

Dijo un famoso escritor que a veces la historia parece ser una propiedad privada, cuyos dueños son además dueños de todas las otras cosas. Quienes en Paraguay siguen pretendiendo tapar el sol con un dedo ignorando esta historia lo demuestran.

Huey Long y la Paz del Chaco

Hace ochenta y un años, mientras se vivían las últimas horas de la guerra del Chaco, Huey Long se hacía con el balance de poder para las elecciones de 1936 en Estados Unidos
Luis Agüero Wagner
viernes, 10 de junio de 2016, 08:09 h (CET)
En el año 2006 el guionista de “La Liista de Schindler” Steven Zaillian, produjo y dirigió la película “Todos los Hombres del Rey”, protagonizada por el actor Sean Penn.

La historia, que está basada en la novela homónima de Robert Penn Warren de 1946, ganadora del premio Pulitzer, es además una nueva versión de “El político”, de Robert Rossen, protagonizada por Broderick Crawford y ganadora de tres Premios Óscar en 1950, entre ellos el premio a la mejor película.

Paralelamente, la novela de Robert Penn Warren está basada en la notable carrera política del gobernador de Luisiana y senador estadounidense Huey Long, el mismo que en el 30 de mayo de 1934 se envolviera en la guerra del Chaco acusando a la empresa petrolera Standard Oil Company de financiar al ejército boliviano para apoderarse del territorio disputado entre Bolivia y Paraguay.

Huey Long volvió al tapete de la mano de los analistas de la actual carrera hacia la Casa Blanca, que comparan su estilo e ideas con Donald Trump y Bernie Sanders. De acuerdo con la mayoría de estos opinologos,, Huey Long era un populista cautivante con el estilo de Trump y las ideas de Sanders.

Han pasado ocho décadas desde que Long realizó sus denuncias en el Congreso norteamericano, pero sigue siendo un desconocido para la historia paraguaya que se enseña en escuelas, colegios y universidades. Se trata, sin duda, de una muestra del poderío del establishment estadounidense ejercido a través de su diplomacia sobre la superestructura cultural paraguaya, sobre sus planes educativos, sus historiadores, medios, periodistas y universidades.

Una muestra de ello lo comprobé hace unos días cuando planteé la incógnita relacionada con el río Parapití, hoy muy dentro del territorio boliviano, pero cuyo nombre es recordado en canciones, versos e incluso calles de ciudades paraguayas.

<> (recién cuando esté a orillas del Río Parapití, estaré en condiciones de escribirte una carta) dicen los versos de una popular canción paraguaya relacionada con la guerra del Chaco. Como se ve hoy en los mapas, el rìo Parapiti aludido en esos versos quedó muy dentro de Bolivia, merced a la poco decorosa actuación de algunos representantes paraguayos en las negociaciones de 1938. Muchos niegan que hubo una entrega, pero todo se encuentra perfectamente documentado en la tesis de Leslie B. Rout, "Politics of the Chaco Peace Conference" basada en documentos del departamento de estado norteamericano. Para quienes desean ahorrarse la lectura, solo pueden mirar el mapa, ubicar el río y pensar qué habrá querido decir Emiliano R. Fernández cuando hablaba del Parapiti en los versos de "Che la Reina" que citamos arriba.

En Estados Unidos, la historia del legendario político que hoy parece haberse encarnado en los candidatos que se enfrentan por la sucesión de Obama, fue igualmente trágica. Roosevelt había dicho que Long era uno de los hombres más peligrosos del país, verdad innegable teniendo en cuenta que con el once por ciento de las preferencias, era dueño del balance de poder de las elecciones presidenciales estadounidenses de 1936.

El 8 de septiembre de 1935, habiendo abandonado el senador Long con sus guardaespaldas una sesión especial en el Capitolio Estatal de Baton Rouge, adonde había arribado desde Washington buscando zanjar en cuestiones locales de su estado, un desconocido se le acercó al amparo de la oscuridad y en ese momento se escuchó un disparo. La guardia de Long abrió fuego contra el sospechoso ocasionándole a su turno 51 heridas de bala antes de ser éste identificado como un joven y respetado médico, Carl Austin Weiss, proveniente de una familia de reconocida alcurnia en la sociedad local.

Posteriormente se sabría que Weiss hizo el papel de cabeza de turco y que las balas que impactaron en Long tenían otra procedencia. En las primeras horas del día 10 fallecía el senador en el Hospital Our Lady of the Lake. Según todos los indicios, era solo una víctima más de la avidez sin límites del imperialismo petrolero, que debería ser puesto a un lado para que la Standard Oil tenga las manos libres y pueda quedarse con las riquezas minerales del subsuelo chaqueño. Con la guerra entre Bolivia y Paraguay como inadvertido telón de fondo, se cerraba uno de los más infames y controvertidos capítulos de la historia norteamericana.

El cadáver de Weiss sería exhumado en 1991, tras un acuerdo entre su hijo y uno de los hijos de Long, el senador Rusell Long. Los resultados de los estudios reforzaron la tesis de que aquel asesinato se trató de un montaje.

Dijo un famoso escritor que a veces la historia parece ser una propiedad privada, cuyos dueños son además dueños de todas las otras cosas. Quienes en Paraguay siguen pretendiendo tapar el sol con un dedo ignorando esta historia lo demuestran.

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