El Gobierno de Kenia ha anunciado este martes que el campamento de Dadaab, en el que residen más de 350.000 somalíes, será
cerrado antes de noviembre de este año, según ha informado la emisora local Capital FM.
El ministro del Interior keniano, Joseph Nkaissery, ha recalcado que las autoridades procederán a la repatriación de los refugiados
de forma "segura y humana", agregando que "el Gobierno de Somalia está preparado para recibir a sus ciudadanos".
Asimismo, ha recalcado que la decisión de cerrar el campamento no tiene vuelta atrás, argumentando que Dadaab se ha
convertido en un centro de operaciones de la milicia islamista somalí Al Shabaab.
El Gobierno keniano ha asegurado que varios de los últimos atentados en el país, como los del centro comercial Westgate y la
Universidad de Garissa, fueron planiÒcados en el campamento de refugiados.
El propio Nkaissery recalcó hace unas semanas que "los campamentos de refugiados no son asentamientos permanentes ni
centros migratorios", al tiempo que sostuvo que habían supuesto un gran coste para los contribuyentes.
"Los campamentos están saturados. Fueron construidos para mucha menos gente, y la comunidad internacional no ha hecho nada para hacer frente a la situación. El impacto ambiental ha sido
desastroso para las comunidades de acogida", remachó.
La semana pasada, el presidente de Somalia, Hasán Sheij
Mohamed, reclamó "una vía mejor" para el retorno de
refugiados al país, reiterando su oposición a la decisión de
Kenia de cerrar el campamento de Dadaab.
"No queremos que nuestras relaciones con Kenia se vean
afectadas", manifestó, subrayando el agradecimiento de
Mogadiscio a las autoridades kenianas por alojar a miles de
refugiados en Dadaab, abierto en 1991.
Somalia, Kenia y el Alto Comisionado de la ONU para los
Refugiados (ACNUR) Òrmaron un pacto en 2013 para la
repatriación voluntaria de refugiados somalíes, algunos de
los cuales habían vivido en Dadaab durante décadas. Desde
Nairobi alegan que el proceso de implementación de dicha
medida ha sido demasiado lento.
ACNUR anunció en enero su intención de repatriar a unas 50.000 personas en 2016, pero debido a las diÒcultades que está
teniendo el Gobierno de Somalia, que aún se encuentra en conÓicto con el grupo insurgente Al Shabaab, ha reconocido que puede
que no llegue a cumplir objetivo para este año.
El campo de refugiados de Dadaab, que se extiende a lo largo del noreste de Kenia, ha disminuido mucho su número de
refugiados, que llegó a alcanzar el medio millón de personas, ya que muchos están volviendo a sus hogares mientras Somalia
parece recuperarse lentamente del conÓicto.