Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Etiquetas | El ciclismo desde la cuneta
Álvaro Calleja

De verguenza

|

El martes saltó la noticia de que el corredor que ocupa la primera plaza de la clasificación mundial no podrá tomar la salida de la prueba ciclista más importante del mundo. Un ciclista que, en cambio, si puede disputar cualquier otra carrera, siempre y cuando no pisen suelo italiano, donde, de manera ilegal, se ha vetado a Alejandro Valverde. De manera ilegal porque la justicia española prohibió al CONI usar la sangre de la Operación Puerto y porque se le culpa sin pruebas. Sin pruebas debido a que si las hubiese, Valverde no podría competir en ningún otro país.

El murciano se queda sin poder disputar el Tour de Francia, la carrera para la que ha estado preparándose durante todo el año. A los aficionados de este deporte nos privan de ver a uno de los mejores ciclistas de la actualidad. Un ciclista que seguro que hubiera dado espectáculo, como hizo en la Dauphiné Libéré, donde mandó un mensaje que los organizadores del Tour y los italianos no han querido ver.

Valverde debería estar en Mónaco, desde donde parte esta nueva edición de la ronda gala, por una única razón, es inocente. Pero en el ciclismo eso no sirve, es lo de menos, pues en este deporte se hace todo al revés. Con el líder del Caisse d´Epargne se está haciendo una gran injusticia, porque, repito, que den pruebas si no es inocente. Y dudo que existan, ya que, si existiesen, esas personas que se han empeñado durante tantos años en atacar a Valverde, ya las hubiesen sacado.

Ojalá que, por cuarto año consecutivo, París vea a un español de amarillo en lo más alto del podio. Eso es lo que molesta, que por mucho intento de desprestigio, en el ciclismo, ni franceses ni italianos, conseguirán igualarse a nosotros. Italia no consigue el Tour de Francia desde que Marco Pantani se hizo con la edición de 1998, cuando se impuso a Jan Ullrich y Bobby Julich, segundo y tercero, respectivamente. Por su parte, la Grande Boucle no se queda en casa desde que, en 1985, Bernard Hinault lograse su quinto Tour. Italianos y franceses, más de una década sin oler la victoria en la carrera más importante del mundo, mientras que los españoles nos hemos hecho con todos los disputados desde que acabó el mandato de Lance Armstrong.

De verguenza

Álvaro Calleja
Álvaro Calleja
lunes, 29 de junio de 2009, 05:15 h (CET)
El martes saltó la noticia de que el corredor que ocupa la primera plaza de la clasificación mundial no podrá tomar la salida de la prueba ciclista más importante del mundo. Un ciclista que, en cambio, si puede disputar cualquier otra carrera, siempre y cuando no pisen suelo italiano, donde, de manera ilegal, se ha vetado a Alejandro Valverde. De manera ilegal porque la justicia española prohibió al CONI usar la sangre de la Operación Puerto y porque se le culpa sin pruebas. Sin pruebas debido a que si las hubiese, Valverde no podría competir en ningún otro país.

El murciano se queda sin poder disputar el Tour de Francia, la carrera para la que ha estado preparándose durante todo el año. A los aficionados de este deporte nos privan de ver a uno de los mejores ciclistas de la actualidad. Un ciclista que seguro que hubiera dado espectáculo, como hizo en la Dauphiné Libéré, donde mandó un mensaje que los organizadores del Tour y los italianos no han querido ver.

Valverde debería estar en Mónaco, desde donde parte esta nueva edición de la ronda gala, por una única razón, es inocente. Pero en el ciclismo eso no sirve, es lo de menos, pues en este deporte se hace todo al revés. Con el líder del Caisse d´Epargne se está haciendo una gran injusticia, porque, repito, que den pruebas si no es inocente. Y dudo que existan, ya que, si existiesen, esas personas que se han empeñado durante tantos años en atacar a Valverde, ya las hubiesen sacado.

Ojalá que, por cuarto año consecutivo, París vea a un español de amarillo en lo más alto del podio. Eso es lo que molesta, que por mucho intento de desprestigio, en el ciclismo, ni franceses ni italianos, conseguirán igualarse a nosotros. Italia no consigue el Tour de Francia desde que Marco Pantani se hizo con la edición de 1998, cuando se impuso a Jan Ullrich y Bobby Julich, segundo y tercero, respectivamente. Por su parte, la Grande Boucle no se queda en casa desde que, en 1985, Bernard Hinault lograse su quinto Tour. Italianos y franceses, más de una década sin oler la victoria en la carrera más importante del mundo, mientras que los españoles nos hemos hecho con todos los disputados desde que acabó el mandato de Lance Armstrong.

Noticias relacionadas

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto