El mágico catalejo de que se sirve esta columna para sus particulares avistamientos tiene especial debilidad por Leyre Pajín, como si la muchacha tuviera magnetismo y el tubo se orientara hacia donde quiera que ella esté presente –generalmente, hablando en plan discurso solemne-. Es probable que tal inclinación en buena parte esté motivada por su mofletuda y rolliza imagen (espejo de la salud de las clases populares que dice representar), y a la que seguro le acompaña un aroma inconfundible de transporte público en hora punta, además de una canallesca foto, que, en un descuido, algún malintencionado fotógrafo de “derechas”, o enemigo de su propio Partido, le debió hacer una mañana en el Congreso después de una noche de poco dormir, y que este periódico “liberal” suele traer de manera inmisericorde como ilustración de noticias socialistas.
Reciente todavía su arriesgado vaticinio de la conjunción planetaria, a la que la gente debe permanecer atenta cuando se dé el fenómeno “nunca visto” de que se aproximen América y Europa gobernadas por dos astros de la galaxia socialdemócrata como Obama y ZP, y que ha dejado verdaderamente asombrado al mundo entero, nos ha vuelto a sorprender con otra afirmación más de andar por casa, es decir, como recién levantada en bata de “boatiné” y con los rulos puestos, que no por ello causa menor asombro a este columnista en su rendida admiración por la de Alicante: "Todos estamos en el mismo barco; o salimos juntos de la crisis, o no saldremos".
Da la impresión de que la señora Pajín con el símil se equivoca de medio a medio. Epifanio, que no está porque es viernes, y se ha ido con sus nietos a la playa, le diría: Señora… ¿cuándo hemos comido usted y yo en el mismo plato, por mucho dinero que ahora gane? ¿De qué vamos a estar en el mismo barco?... Otra cosa es que ustedes sean el “Gobierno de España” para la general desgracia, pero de ahí a que vayamos juntos… ¡faltaría más! Ustedes nos han metido en estas, y ustedes nos sacan, o se van por donde han venido… que bastante “forrados” se van a retirar, y “en cueros” que nos dejan, como acostumbran a hacer…
Es muy propio del mal gobernante volver la cara hacia el pasaje cuando ha encallado el barco en demanda de soluciones para desatascarlo al sentirse impotente de seguir adelante o recular, mientras el pasaje contempla aterrado, con los chalecos puestos, la pavorosa situación. El grito de Leyre Pajín tiene algo de eso, “o nos ayudan a salir”, o de aquí no sale nadie. Claro, que, también hay otra respuesta muy merecida: “Cojan ustedes los chalecos, y las pertenencias que les quepan en un saco de mano, y naden hasta la costa, que ya nos encargaremos los que quedamos de sacar adelante el navío que ustedes abandonan”. No sería la primera vez en la Historia.
La imprudencia, incompetencia o incapacidad, en o para el gobierno del “Gobierno” de España, la pagan los españoles, y no precisamente los “ricos” como tan traído y llevado resuena estos días. Generalmente son los mismos que les votan, y es que Leyre, como dama de honor, con un ramo de flores entre los brazos, de cualquiera de las hogueras de San Juan, haría un papel dignísimo, pero sonriendo no hablando, y mucho menos, pensando, dicho sin atisbo de machismo.