Como si de una gran partida de ajedrez se tratara, el mercado futbolístico sigue detenido a la espera del movimiento del contrincante. Durante las últimas tres semanas desde que acabaran la mayoría de ligas europeas el único equipo que se ha reforzado de manera importante ha sido el Real Madrid. Mientras, el resto de equipos se mantiene expectante a los movimientos de sus rivales pero el despilfarro de temporadas anterio¬¬res ¬-Florentino aparte- ¬¬¬ha quedado en el olvido. La crisis también ha llegado al fútbol.

A buen seguro que volveremos a ver fichajes multimillonarios hasta el inicio del nuevo curso pero a los grandes equipos de toda Europa les cuesta mucho más sacar la chequera a pasear. Seguramente las “pymes” del fútbol tendrán que ¬¬recurrir al mercado sudamericano para sobrevivir porque la calidad en Europa se paga cara. Lo bueno, bonito y barato escasea más que nunca y para incrementar la calidad de una plantilla toca rascarse el bolsillo. En ocasiones mucho, como ha hecho Florentino.

Aunque para fichar lo que ha fichado el Real Madrid tampoco hace falta la figura de un director deportivo. O la de un asesor del presidente. O la de un manager general. O la de los tres juntos. Valdano, Zidane y Pardeza no se habrán roto precisamente la cabeza para saber que Kaká y Cristiano eran una apuesta segura. Veremos lo que fichan ahora, aunque todo apunta a que seguirán a tiro fijo.

No se equivoquen. No es un caso de “madriditis” como gusta decir desde el entorno blanco. En Ca’n Barça también hay otra muestra de poca estrategia en política de fichajes. De los cuatro fichajes azulgranas de la temporada pasada solo Dani Alves aprobó con nota y ya se sabía de la calidad del brasileño. Por cierto, nadie criticó que Beriguistain pagara religiosamente los 35 millones que Del Nido exigió para liberar al mejor lateral derecho del mundo. Curioso.

Como curioso es que a estas alturas no hayamos presenciado ya las tradicionales postales de un jugador posando con la camiseta de nuestro equipo. Quizás la culpa la tenga el ser superior que con su desembolso no sólo ha condicionado a todos, sino que ha hecho resonar el popular “precio de mercado” en la mayoría de secretarías técnicas. Ese es el caso del Valencia que se limita a darle al Real Madrid de su propia medicina. Lo bueno se paga caro. Aunque lo de Villa, quizás sea caso a parte.

En definitiva, con el dinero que mueve el fútbol sólo me queda pedirles algo a los mandatarios nuestro fútbol. Los amantes de este deporte vivimos de la ilusión de los fichajes cuando acaba la temporada. Pasamos el mono y la nostalgia dominguera dibujando nuestro particular e “hipotético once”. Así que por favor, hagan juego señores. Hagan juego.