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No es la semana ideal en cuanto a conciliación familiar se refiere, pero ser productivo también significa dar el 120% de vez en cuando

¿Productividad o insana adicción al trabajo?

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Muchas personas salen corriendo cuando escuchan hablar de productividad. Creen que los que queremos sacar el máximo partido de nuestros días es porque andamos de un lado para otro como pollo sin cabeza sin el mínimo atisbo de felicidad. Entre la productividad y la insana adicción al trabajo hay una notable diferencia.

De hecho, algunas veces en este blog veo algunos comentarios que hablan de esto. Es normal pensar esto, a mi también se me pasa muchas veces por la cabeza.

No voy a esconder el hecho de que soy una persona muy orientada al logro. Podríamos decir que, según los cardiólogos (Friedman y Rosenman, en 1950), mi comportamiento es tipo A, es decir el típico perfil de una persona ambiciosa, competitiva y algo impaciente. Los tipo A somos más propensos a padecer una enfermedad del corazón según investigaron.

Casi siempre sé en qué hora me encuentro, y cuál es el siguiente hito en la agenda. De hecho, puedo calcular en que punto kilométrico de la A3 estaré a las 00:00 de la noche de aquí a dos semanas cuando vuelva de Palencia a Valencia para estar a primera hora dando clase en el Máster MIDPN de La Florida.

La cuestión es que también hay personas que tienen otro perfil. El tipo B. Estas personas tienen menos riesgo de padecer una enfermedad cardiaca, son más tranquilas y pausadas y no miran demasiado el reloj. Es decir, que si llegan 20 minutos tarde, tampoco les importa demasiado. Normalmente a los tipo A, los tipo B nos ponen de los nervios, jeje. En realidad les envidiamos. Aunque todos somos igual de necesarios.

Cada vez que empiezo un programa de gestión del tiempo escribo esto en la pizarra: Productividad = Vida. De hecho la palabra vida viene dentro de la palabra productiVIDAd.

Al menos bajo mi forma de entender la vida, ser productivo significa:

Gastar menos recursos haciendo lo mismo.
Esforzarte menos para hacer lo mismo, o esforzarte igual para hacer más, o esforzarte más para hacer mucho más.
Ser más inteligentes en el uso del tiempo, el único recurso que tenemos.
Poder tener más ventajas y beneficios (por ejemplo tener más resultados de todo tipo).


La cuestión es que ser productivo no tiene que ver con hacer que el sistema colapse, tu propio sistema. Ser productivo tiene que ver con hacer realidad unos objetivos al mismo tiempo que disfrutas de la vida, que puedes pensar en el largo plazo y que te sientes bien.

En más de una ocasión he tenido que detenerme, que darme un paseo por la playa o que decir que no a muchos proyectos. Es parte del equilibrio que necesito mantener para dar lo mejor de mi.

Sí, he conseguido todos los objetivos que me plantee hace unos años, he escrito 13 libros hasta la fecha y duplicado varias veces mis ingresos en los últimos 9 años. Cada año lo vivo como una carrera de fondo que empieza el 1 de Enero y acaba el 31 de Diciembre. Pero hasta la fecha he vivido de cine. No lo puedo negar.

Pensar en la productividad y sacar el máximo partido de cada día hace que cada mes cuando miro hacia atrás me asuste por todo lo que se va haciendo realidad. Pero eso no quiere decir que no piense en mi como un ser humano, que no sienta, o que no sea sensible a las necesidades de los demás.

Una semana como la pasada empieza el lunes en Valencia a primera hora, pasa por Barcelona y acaba en Málaga, para volver a Valencia ayer Domingo. En el camino 4 aviones, 2 coches de alquiler, 5 noches de hotel y unos 11.000€ facturados. Y sin ser consciente de ello, el lunes pasado la editorial mandaba a la imprenta mi 11º libro (que estará a la venta esta semana seguramente), este blog tenía 15.560 visitas y en Youtube aparecían dos nuevos videos.

Pero no puedes dar el 120% todos los días. Así que también tenemos que saber volver a encontrar el equilibrio. De eso también me ocupo, con la misma responsabilidad.

Tenemos contrapartidas: En menos de 1 mes estaremos 5 días de vacaciones en Granada, un poco más tarde 5 días en el interior de Teruel (semitrabajando) y de aquí a nueve semanas tendremos las típicas 7 semanas de vacaciones en verano. En este momento todos los proyectos están bajo control y el 2016 será un año genial.

Hoy en día el sistema es perverso, ciertamente. Las empresas que sobreviven son las que menos recursos consumen y las que más resultados consiguen. Es algo difícil de hacer de otra manera. Esto hace que las personas que trabajamos tengamos que trabajar orientados a objetivos, es decir, siendo lo más productivos posibles en el tiempo que disponemos.

A las personas les ocurre algo parecido. Aquellos poco orientados a resultados no tienen cabida en la mayoría de las empresas, porque si no están orientados a hacer algo valioso con su tiempo ¿para qué están?

Esto no quiere decir dejar de ser tú, o de disfrutar del camino, quiere decir que no podemos permitirnos el lujo de ir al trabajo a calentar la silla.

Es obvio que en los equipos tienen que estar todos los roles necesarios, desde el más cohesionador hasta el más impulsor todos tienen cabida, pero esto no quiere decir que no tengan todos que estar orientados a conseguir unos objetivos. El sistema es perverso lo sé. Hay ciertas cosas que yo no podré cambiar, y no gastaré mucha energía en hacerlo desde una posición reactiva. Prefiero influir positivamente para cambiar algo desde mi pequeño círculo de influencia, empresas más saludables, conscientes, eficientes, mejor dirigidas, ése sería el objetivo.

Es cierto que algunas veces me gustaría que las cosas fueran diferentes, y quizás algún día me oigas hablar de todo lo contrario a lo que he dicho en este post. Y te escriba desde una casita perdida en la montaña de Teruel en la que convivimos Belén y yo, junto a nuestros dos hijos y unos cuántos animales a los que cuidamos. Quién sabe, el futuro es lo que tú decidas que sea.

Que tengas un gran día.

¿Productividad o insana adicción al trabajo?

No es la semana ideal en cuanto a conciliación familiar se refiere, pero ser productivo también significa dar el 120% de vez en cuando
César Piqueras
martes, 17 de mayo de 2016, 00:45 h (CET)
Muchas personas salen corriendo cuando escuchan hablar de productividad. Creen que los que queremos sacar el máximo partido de nuestros días es porque andamos de un lado para otro como pollo sin cabeza sin el mínimo atisbo de felicidad. Entre la productividad y la insana adicción al trabajo hay una notable diferencia.

De hecho, algunas veces en este blog veo algunos comentarios que hablan de esto. Es normal pensar esto, a mi también se me pasa muchas veces por la cabeza.

No voy a esconder el hecho de que soy una persona muy orientada al logro. Podríamos decir que, según los cardiólogos (Friedman y Rosenman, en 1950), mi comportamiento es tipo A, es decir el típico perfil de una persona ambiciosa, competitiva y algo impaciente. Los tipo A somos más propensos a padecer una enfermedad del corazón según investigaron.

Casi siempre sé en qué hora me encuentro, y cuál es el siguiente hito en la agenda. De hecho, puedo calcular en que punto kilométrico de la A3 estaré a las 00:00 de la noche de aquí a dos semanas cuando vuelva de Palencia a Valencia para estar a primera hora dando clase en el Máster MIDPN de La Florida.

La cuestión es que también hay personas que tienen otro perfil. El tipo B. Estas personas tienen menos riesgo de padecer una enfermedad cardiaca, son más tranquilas y pausadas y no miran demasiado el reloj. Es decir, que si llegan 20 minutos tarde, tampoco les importa demasiado. Normalmente a los tipo A, los tipo B nos ponen de los nervios, jeje. En realidad les envidiamos. Aunque todos somos igual de necesarios.

Cada vez que empiezo un programa de gestión del tiempo escribo esto en la pizarra: Productividad = Vida. De hecho la palabra vida viene dentro de la palabra productiVIDAd.

Al menos bajo mi forma de entender la vida, ser productivo significa:

Gastar menos recursos haciendo lo mismo.
Esforzarte menos para hacer lo mismo, o esforzarte igual para hacer más, o esforzarte más para hacer mucho más.
Ser más inteligentes en el uso del tiempo, el único recurso que tenemos.
Poder tener más ventajas y beneficios (por ejemplo tener más resultados de todo tipo).


La cuestión es que ser productivo no tiene que ver con hacer que el sistema colapse, tu propio sistema. Ser productivo tiene que ver con hacer realidad unos objetivos al mismo tiempo que disfrutas de la vida, que puedes pensar en el largo plazo y que te sientes bien.

En más de una ocasión he tenido que detenerme, que darme un paseo por la playa o que decir que no a muchos proyectos. Es parte del equilibrio que necesito mantener para dar lo mejor de mi.

Sí, he conseguido todos los objetivos que me plantee hace unos años, he escrito 13 libros hasta la fecha y duplicado varias veces mis ingresos en los últimos 9 años. Cada año lo vivo como una carrera de fondo que empieza el 1 de Enero y acaba el 31 de Diciembre. Pero hasta la fecha he vivido de cine. No lo puedo negar.

Pensar en la productividad y sacar el máximo partido de cada día hace que cada mes cuando miro hacia atrás me asuste por todo lo que se va haciendo realidad. Pero eso no quiere decir que no piense en mi como un ser humano, que no sienta, o que no sea sensible a las necesidades de los demás.

Una semana como la pasada empieza el lunes en Valencia a primera hora, pasa por Barcelona y acaba en Málaga, para volver a Valencia ayer Domingo. En el camino 4 aviones, 2 coches de alquiler, 5 noches de hotel y unos 11.000€ facturados. Y sin ser consciente de ello, el lunes pasado la editorial mandaba a la imprenta mi 11º libro (que estará a la venta esta semana seguramente), este blog tenía 15.560 visitas y en Youtube aparecían dos nuevos videos.

Pero no puedes dar el 120% todos los días. Así que también tenemos que saber volver a encontrar el equilibrio. De eso también me ocupo, con la misma responsabilidad.

Tenemos contrapartidas: En menos de 1 mes estaremos 5 días de vacaciones en Granada, un poco más tarde 5 días en el interior de Teruel (semitrabajando) y de aquí a nueve semanas tendremos las típicas 7 semanas de vacaciones en verano. En este momento todos los proyectos están bajo control y el 2016 será un año genial.

Hoy en día el sistema es perverso, ciertamente. Las empresas que sobreviven son las que menos recursos consumen y las que más resultados consiguen. Es algo difícil de hacer de otra manera. Esto hace que las personas que trabajamos tengamos que trabajar orientados a objetivos, es decir, siendo lo más productivos posibles en el tiempo que disponemos.

A las personas les ocurre algo parecido. Aquellos poco orientados a resultados no tienen cabida en la mayoría de las empresas, porque si no están orientados a hacer algo valioso con su tiempo ¿para qué están?

Esto no quiere decir dejar de ser tú, o de disfrutar del camino, quiere decir que no podemos permitirnos el lujo de ir al trabajo a calentar la silla.

Es obvio que en los equipos tienen que estar todos los roles necesarios, desde el más cohesionador hasta el más impulsor todos tienen cabida, pero esto no quiere decir que no tengan todos que estar orientados a conseguir unos objetivos. El sistema es perverso lo sé. Hay ciertas cosas que yo no podré cambiar, y no gastaré mucha energía en hacerlo desde una posición reactiva. Prefiero influir positivamente para cambiar algo desde mi pequeño círculo de influencia, empresas más saludables, conscientes, eficientes, mejor dirigidas, ése sería el objetivo.

Es cierto que algunas veces me gustaría que las cosas fueran diferentes, y quizás algún día me oigas hablar de todo lo contrario a lo que he dicho en este post. Y te escriba desde una casita perdida en la montaña de Teruel en la que convivimos Belén y yo, junto a nuestros dos hijos y unos cuántos animales a los que cuidamos. Quién sabe, el futuro es lo que tú decidas que sea.

Que tengas un gran día.

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