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Pablo García

El infame Simoncelli

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Debería empezar esta columna hablando sobre las magnificas carreras que hemos vivido hoy en el trazado italiano de Mugello. Sin embargo no puedo pasar por alto un hecho que ha deslucido la carrera de 250, y que viene siendo tristemente habitual en la categoría. Me estoy refiriendo, como no, a la pólemica maniobra que el piloto italiano ha realizado para intentar rebasar a Alvaro Bautista y que ha acabado con los dos fuera de pista, arruinando las posiblidades de victoria de Álvaro, que eran muchas dado el excelente ritmo de carrera que tenía el piloto del equipo Aspar. Una pena porque en la preciosa y emocionante pugna que han mantenido al final Pasini y Simoncelli podía haberse metido el de Talavera, pero claro quizá entonces Simoncelli no hubiera sido tan correcto y limpio en la trazada.

No es la primera vez que Simoncelli alarga trazadas con el objetivo de buscar el contacto directo, ni la primera que deliberadamente fuerza los adelantamientos hasta los límites que separan la competitividad del puro juego sucio. Que se lo pregunten a Bautista y sobretodo a Barberá que ha sufrido en demasiadas ocasiones las embestidas del piloto italiano. Simoncelli siempre se excusa alegando que son lances de carrera y desgraciadamente todo suele quedar ahí. Hoy parece que los comisarios han decidido multarlo y apercibirlo, una especie de “regañina” que es claramente insuficiente pues no viene acompañada de una sanción deportiva que es lo que viene pidiendo a gritos desde el año pasado. Simoncelli además se queja de la inmunidad que supuestamente tiene los pilotos españoles con respecto a los italianos, llevando su pugna en los circuitos a terrenos que nada tienen que ver con lo deportivo.

Y todo esto para nada, pues Simoncelli ha demostrado muchas veces que es un piloto de raza, con una moto que el año pasado no era de la mejores y que suplía sus carencias con grandes dosis de talento , pero parece que el posible sucesor de Valentino Rossi (al menos en extravagancias) está empeñado en que se le recuerde como el piloto más sucio de la parrilla. Cuando no tiene ritmo de carrera, tira del extenso catalogo de maniobras dudosas que tiene y que se aparten los demás porque el no va a ceder. Esta actitud es delznable y debería ser sancionada por los comisarios en pista ya pues no solo desluce las carreras sino que pone en peligro la integridad física de los pilotos.

Polémicas aparte el gp de Italia nos ha brindado el espectáculo que prometía. Hemos visto emoción e igualdad (en las primeras vueltas) en 125, hasta cuatro motos en paralelo en la frenada de la mágica curva de San Donato. En Moto GP Lorenzo nos entregó dos de cal y una de arena. Lo positivo fue el carrerón que se marcó remontando posiciones bajo la lluvia y en seco, demostrando que las carreras en mojado ya no forman parte de sus puntos débiles. Lo negativo, una caída en la vuelta de formación y una salida horrible que lo relegó a las últimas plazas, para después comenzar una furiosa remontada de puestos que culminó en un segundo puesto que sabe a gloria

El infame Simoncelli

Pablo García
Pablo  García
domingo, 31 de mayo de 2009, 23:06 h (CET)
Debería empezar esta columna hablando sobre las magnificas carreras que hemos vivido hoy en el trazado italiano de Mugello. Sin embargo no puedo pasar por alto un hecho que ha deslucido la carrera de 250, y que viene siendo tristemente habitual en la categoría. Me estoy refiriendo, como no, a la pólemica maniobra que el piloto italiano ha realizado para intentar rebasar a Alvaro Bautista y que ha acabado con los dos fuera de pista, arruinando las posiblidades de victoria de Álvaro, que eran muchas dado el excelente ritmo de carrera que tenía el piloto del equipo Aspar. Una pena porque en la preciosa y emocionante pugna que han mantenido al final Pasini y Simoncelli podía haberse metido el de Talavera, pero claro quizá entonces Simoncelli no hubiera sido tan correcto y limpio en la trazada.

No es la primera vez que Simoncelli alarga trazadas con el objetivo de buscar el contacto directo, ni la primera que deliberadamente fuerza los adelantamientos hasta los límites que separan la competitividad del puro juego sucio. Que se lo pregunten a Bautista y sobretodo a Barberá que ha sufrido en demasiadas ocasiones las embestidas del piloto italiano. Simoncelli siempre se excusa alegando que son lances de carrera y desgraciadamente todo suele quedar ahí. Hoy parece que los comisarios han decidido multarlo y apercibirlo, una especie de “regañina” que es claramente insuficiente pues no viene acompañada de una sanción deportiva que es lo que viene pidiendo a gritos desde el año pasado. Simoncelli además se queja de la inmunidad que supuestamente tiene los pilotos españoles con respecto a los italianos, llevando su pugna en los circuitos a terrenos que nada tienen que ver con lo deportivo.

Y todo esto para nada, pues Simoncelli ha demostrado muchas veces que es un piloto de raza, con una moto que el año pasado no era de la mejores y que suplía sus carencias con grandes dosis de talento , pero parece que el posible sucesor de Valentino Rossi (al menos en extravagancias) está empeñado en que se le recuerde como el piloto más sucio de la parrilla. Cuando no tiene ritmo de carrera, tira del extenso catalogo de maniobras dudosas que tiene y que se aparten los demás porque el no va a ceder. Esta actitud es delznable y debería ser sancionada por los comisarios en pista ya pues no solo desluce las carreras sino que pone en peligro la integridad física de los pilotos.

Polémicas aparte el gp de Italia nos ha brindado el espectáculo que prometía. Hemos visto emoción e igualdad (en las primeras vueltas) en 125, hasta cuatro motos en paralelo en la frenada de la mágica curva de San Donato. En Moto GP Lorenzo nos entregó dos de cal y una de arena. Lo positivo fue el carrerón que se marcó remontando posiciones bajo la lluvia y en seco, demostrando que las carreras en mojado ya no forman parte de sus puntos débiles. Lo negativo, una caída en la vuelta de formación y una salida horrible que lo relegó a las últimas plazas, para después comenzar una furiosa remontada de puestos que culminó en un segundo puesto que sabe a gloria

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