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Alberto Jiménez

Nostalgia dominguera

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Se acabó. Una temporada más la Liga toca a su fin. La última jornada llegaba medio sentenciada por la parte alta de la clasificación pero vivió el drama del descenso en una de las cinco ciudades que optaban a descender de categoría. El Betis se despide de primera con el mismo sabor amargo que otros históricos como Atlético o Sevilla ya probaron en su día. Ahora es el momento de analizar los errores cometidos y de programar la vuelta a primera lo antes posible. Sin duda la afición verdiblanca se lo merece, aunque ningún ascenso podrá secar ya las lágrimas que se derramaron ayer en el Manuel Ruiz de Lopera.

Entre la corona de campeón del Barça y la última losa del descenso impuesta a los béticos transcurren también las alegrías de otros equipos. Sevilla y Atlético se colaron merecidamente en Champions. Valencia y Villarreal se conformaron con el premio menor de la UEFA. Deportivo y Málaga se repartieron el papel de revelación y otros como el Mallorca sellaron su décimo tercera temporada en primera división, gesta que sólo han alcanzado seis grandes de nuestro fútbol. Otros como el Athletic soñaron con el premio de la Copa y el resto se dedicó a transitar por una Liga de la que volverán a disfrutar el curso que viene.

Atrás queda el pasado mes de agosto cuando el balón empezó a rodar. Treinta y ocho jornadas dan mucho de sí y no hay lugar para excusas. Es cierto que muchos partidos pudieron ser y no fueron, pero en el mes de mayo el fútbol pone a cada uno en su lugar y Recreativo, Numancia y Betis han suspendido en esta Liga. De nada sirve apelar a algún polémico arbitraje o a la mala fortuna que no permitió que el balón entrara. Quién desciende ha hecho méritos para ello y nada puede consolar ya a las tres aficiones que se marchan al infierno de segunda conscientes de lo caro que se venden los ascensos en la división de plata.

En su lugar aparecerán otros tres equipos cargados de la ilusión que han perdido en Soria, Huelva o Sevilla. Los rojillos simplemente no han sobrevivido a una Liga en la que imperan los presupuestos multimillonarios y donde no hay sitio para los modestos como el Numancia. Los onubenses han pagado caro sus altibajos en el juego y han acabado hundiéndose. Mientras que el caso de los béticos es el menos explicable. Ninguno de los dos técnicos que ha ocupado el banquillo verdiblanco ha sabido sacar el suficiente partido a una plantilla plagada de calidad. Quizás el problema no se encuentre sobre el césped, sino en los despachos. Es ahora, cuando todo el pescado está vendido, cuando toca analizarlo con frialdad.

En definitiva, la “Liga de las Estrellas” echa el telón. Se apaga una nueva temporada futbolística que ha sido histórica para nuestro fútbol. El F.C.Barcelona se convirtió en el primer equipo español en alzarse con Liga, Copa y Champions. Toda una gesta. El equipo azulgrana ha sentado cátedra no sólo en España, sino en toda Europa. La alegría de los culés choca con la penumbra que han vivido los aficionados blancos. A los merengues no les queda otra que encomendarse al ser superior Florentino para ilusionarse de cara a la próxima temporada cuando su Real Madrid muestre un rostro totalmente diferente de la mano de los llamados fichajes mediáticos.

Precisamente ese mercado de dimes y diretes será el que alimente la larga espera de los que amamos este deporte. El próximo agosto ya se asoma en el horizonte de los enfermos del fútbol que deberán conformarse con la próxima Copa Confederaciones para ir matando el gusanillo. Buen entretenimiento si de nuevo la roja nos hace vibrar como en la Eurocopa. Aunque nada comparable al cosquilleo que se experimenta cada domingo cuando esos once hombres se visten de corto y hacen que sintamos unos colores como propios. Una sensación difícilmente explicable. Qué se le va a hacer…

Nostalgia dominguera

Alberto Jiménez
Alberto Jiménez
domingo, 31 de mayo de 2009, 23:03 h (CET)
Se acabó. Una temporada más la Liga toca a su fin. La última jornada llegaba medio sentenciada por la parte alta de la clasificación pero vivió el drama del descenso en una de las cinco ciudades que optaban a descender de categoría. El Betis se despide de primera con el mismo sabor amargo que otros históricos como Atlético o Sevilla ya probaron en su día. Ahora es el momento de analizar los errores cometidos y de programar la vuelta a primera lo antes posible. Sin duda la afición verdiblanca se lo merece, aunque ningún ascenso podrá secar ya las lágrimas que se derramaron ayer en el Manuel Ruiz de Lopera.

Entre la corona de campeón del Barça y la última losa del descenso impuesta a los béticos transcurren también las alegrías de otros equipos. Sevilla y Atlético se colaron merecidamente en Champions. Valencia y Villarreal se conformaron con el premio menor de la UEFA. Deportivo y Málaga se repartieron el papel de revelación y otros como el Mallorca sellaron su décimo tercera temporada en primera división, gesta que sólo han alcanzado seis grandes de nuestro fútbol. Otros como el Athletic soñaron con el premio de la Copa y el resto se dedicó a transitar por una Liga de la que volverán a disfrutar el curso que viene.

Atrás queda el pasado mes de agosto cuando el balón empezó a rodar. Treinta y ocho jornadas dan mucho de sí y no hay lugar para excusas. Es cierto que muchos partidos pudieron ser y no fueron, pero en el mes de mayo el fútbol pone a cada uno en su lugar y Recreativo, Numancia y Betis han suspendido en esta Liga. De nada sirve apelar a algún polémico arbitraje o a la mala fortuna que no permitió que el balón entrara. Quién desciende ha hecho méritos para ello y nada puede consolar ya a las tres aficiones que se marchan al infierno de segunda conscientes de lo caro que se venden los ascensos en la división de plata.

En su lugar aparecerán otros tres equipos cargados de la ilusión que han perdido en Soria, Huelva o Sevilla. Los rojillos simplemente no han sobrevivido a una Liga en la que imperan los presupuestos multimillonarios y donde no hay sitio para los modestos como el Numancia. Los onubenses han pagado caro sus altibajos en el juego y han acabado hundiéndose. Mientras que el caso de los béticos es el menos explicable. Ninguno de los dos técnicos que ha ocupado el banquillo verdiblanco ha sabido sacar el suficiente partido a una plantilla plagada de calidad. Quizás el problema no se encuentre sobre el césped, sino en los despachos. Es ahora, cuando todo el pescado está vendido, cuando toca analizarlo con frialdad.

En definitiva, la “Liga de las Estrellas” echa el telón. Se apaga una nueva temporada futbolística que ha sido histórica para nuestro fútbol. El F.C.Barcelona se convirtió en el primer equipo español en alzarse con Liga, Copa y Champions. Toda una gesta. El equipo azulgrana ha sentado cátedra no sólo en España, sino en toda Europa. La alegría de los culés choca con la penumbra que han vivido los aficionados blancos. A los merengues no les queda otra que encomendarse al ser superior Florentino para ilusionarse de cara a la próxima temporada cuando su Real Madrid muestre un rostro totalmente diferente de la mano de los llamados fichajes mediáticos.

Precisamente ese mercado de dimes y diretes será el que alimente la larga espera de los que amamos este deporte. El próximo agosto ya se asoma en el horizonte de los enfermos del fútbol que deberán conformarse con la próxima Copa Confederaciones para ir matando el gusanillo. Buen entretenimiento si de nuevo la roja nos hace vibrar como en la Eurocopa. Aunque nada comparable al cosquilleo que se experimenta cada domingo cuando esos once hombres se visten de corto y hacen que sintamos unos colores como propios. Una sensación difícilmente explicable. Qué se le va a hacer…

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