Esto es lo más parecido a un circo... romano. El Imperio blanco se derrumba a marchas forzadas mientras en las Galias blaugranas buscan el trébol del éxito, el elixir del paraíso, si no lo impide Sir Alex y su guerrero Cristiano.

Y es que lo del Real Madrid esá alcanzando niveles de puro surrealismo. Ya no es que estén últimamente en los juzgados los Calderón, Bárcena y Nanín de turno mientras el enemigo anda de borrachera de títulos, es que en lo deportivo las últimas semanas están siendo un funeral de derrotas, malas caras y despedidas, con última caída en el Bernabéu incluida para enterrar esta temporada maldita.

Luego está el capítulo electoral. Me pareció de otro planeta la no presentación de Villalonga (publicidad por la cara durante un añito) y la retirada en puertas de Eugenio Martínez (¡qué vergüenza!), pero lo superó lo del tipo que se metió en el Ritz para llamar a Florentino Pérez (sí, el tío Floren), el `Obama blanco´ en busca de un abrazo galáctico que llevarse de recuerdo.

Por si todo esto fuera poco, llegó la presentación de Juan Onieva y al día siguiente, avergonzado, se marcha su número 2, Carlos González, el que iba a poner parte de la pasta para lo del famoso aval. La aparición estelar de Fernando Martínez, un vicepresidente con aires de despacho oval, ya fue la guinda, con cutremontaje de Kennedy incluido y una perorata absolutamente alucinante. Claro, la candidatura ha durado unas horas de bochorno ante el escarnio general.

Si creíamos que lo habíamos visto todo, no, no. Sale Mourinho y afirma que cuatro técnicos ya le han dicho no al Madrid de Florentino y, por si fuera poco, el único rival que le quedaba al Obama blanco es un tal Eduardo García, que no contento con hacerse un tour mediático-publicitario gratuito durante dos meses, demanda al club del que es socio porque... ¡no sabe de donde sacar los 57 millones de euros de aval! Chaval, lo tuyo es increíble.

Ni vistiendo al Barça de Guardiola de blanco satén se arregla esta rúe del percebe que es el actual Real Madrid. A mí, como profesional del periodismo, me es indiferente, diría que me viene de cine un club que genera esta cascada de historias para no dormir; como aficionado al fútbol me da una pena enorme que no haya en estos momentos en el Madrid un socio honrado, trabajador y rico, todo hay que decirlo, que saque al club de este triángulo de las Bermudas en que anda metido desde que el señor que va a venir decidió echar a un campechano de Salamanca llamado Vicente del Bosque.

Me gustaría cerrar los ojos y pedir un deseo para los blancos: desterrar el aval y que se presente cualquier socio con un programa mínimamente serio. Yo, para cuadrar la hipótesis, votaría a Toñín el Torero. No, sin coña, es un madridista confeso y sabe de fútbol. Le conozco bien, es un tipo de la calle, con su bareto y sus 50 duros en el bolsillo para tomarse unas cañas con sus colegas. Todo corazón. Pongo la mano en el fuego que si le dejaran un año de presidente no lo haría peor que ninguno de estos frikis que quieren el sillón blanco.