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Pablo García

La parte estrecha del rombo

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Nacido de las cenizas del equipo Benetton, el Renault F1 Team, comandado por la férrea mano de Flavio Briatore, nos ha proporcionado de la mano de Fernando Alonso grandes alegrías en estos últimos años. Ahora que el equipo lleva dos años el dique seco es hora de rememorar esta escudería con el que el piloto asturiano se ha hecho con dos mundiales y analizar un poco cual es la causa de que los monoplazas del rombo ya no ganen.

El primer monoplaza ganador, obviando las cafeteras amarillas como así se llamaban a los Renault Turbo de los años 70 por los humos que expulsaba, es el R23, un monoplaza innovador que gracias a su motor V10 a 75 grados hacía gala de una gran estabilidad y se mostraba como uno de los más rápidos en circuitos revirados. Combinado con las manos de Alonso obtuvo grandes éxitos en una temporada que, como colofón, logró la victoria en el gran premio de Hungría. El único punto débil eran los circuitos rápidos pues el motor que tenía una alarmante falta de caballos.

En 2004 Renault presentaba el R24, un monoplaza mucho más tradicional que abandonaba el concepto de V a 75 para pasar a 90 grados,el resultado fue un coche más nervioso y que carecía de ventajas en los circuitos lentos que sí tenía su antecesor. En toda la temporada destacó y fue un relativo fracaso después del novedoso R23.

2005 fue el año del éxito, del todopoderoso R25 con el que Alonso reinó en los circuitos, manteniendo una dura pugna con Kimi Raikkonen cuya flecha de plata, más rápida en la segunda mitad del campeonato que el Renault, era de cristal. El R25 con una fiabilidad a prueba de bombas y una gran simbiosis con los neumáticos Michelin, hizo bueno el dicho de quien pega primero pega dos veces y Alonso rentabilizó su ventaja el resto del campeonato. Renault ganaba pilotos y constructores. Tiempos de bonanza soplaban para la escudería gala.

El año 2006 será recordado por los aficionados como el año del duelo Alonso-Schumacher o el de la tuerca maldita o el del parking en La Rascasse o… Lo que quedo claro es que fue año de los que crean afición. Renault puso en pista un monoplaza que nuevamente era el más rápido a principios de campeonato, pero que pronto apostó por la fiabilidad frente a las prestaciones puras lo que a la larga fue una decisión acertada. Fue el año del famoso Mass Damper y de la maldita tuerca que aunque no empañó la brillante actuación de Alonso en la campaña, presagiaba lo que después años venideros desgraciadamente se convirtió en habitual, los errores tácticos.

2008 el año del desastre, Alonso abandona la escudería, el coche nace con errores de cálculo en el túnel del viento, y para colmo no se adapta a las nuevas Bridgestone impuestas por reglamento. Fisichella y Kovalainen hacen una temporada gris en la que Renault que da tercera en constructrores.

El año de la vuelta de Alonso y el año del “arre 28” un verdadero hierro que arrastraba todos los defectos del R27 y alguno más como una alarmante falta de tracción o un déficit de caballos en el motor que obliga al piloto asturiano a arrastrase por los circuitos y a parchear el coche incorporando mejoras a contrareloj para tener una brillante recta final de campeonato que le otorga dos victorias.
R29 gran esperanza y (relativa) decepción, después de asombrar a todos en pretemporada y obviando al ciclón Brawn, el R29 parece mucho mejor coche que el R28, con uno de los motores más potentes de la parrilla, La adopción del sistema KERS le ha dado muchos quebraderos de cabeza al equipo y a Alonso. El dichoso recuperador eleva el centro de gravedad del monoplaza y lo hace inconducible, además la aerodinámica es tosca y no parece tan trabajada como sus hermanos de Red Bull cuyo corazón es el mismo que el del R29.

El tiempo dirá si la capacidad de improvisación de la que ya hizo gala Renault en el pasado puede convertir al R29 en ganador. El año que viene, con la tormenta política de fondo es una gran incognita por la que no hay ni que preocuparse en gastar tiempo escribiendo, pues todo serian elucubraciones y rumores, lo que si es claro es que a Renault que en el pasado tenía la parte ancha, ahora mismo le ha tocado la parte estrecha del rombo.

La parte estrecha del rombo

Pablo García
Pablo  García
domingo, 24 de mayo de 2009, 22:11 h (CET)
Nacido de las cenizas del equipo Benetton, el Renault F1 Team, comandado por la férrea mano de Flavio Briatore, nos ha proporcionado de la mano de Fernando Alonso grandes alegrías en estos últimos años. Ahora que el equipo lleva dos años el dique seco es hora de rememorar esta escudería con el que el piloto asturiano se ha hecho con dos mundiales y analizar un poco cual es la causa de que los monoplazas del rombo ya no ganen.

El primer monoplaza ganador, obviando las cafeteras amarillas como así se llamaban a los Renault Turbo de los años 70 por los humos que expulsaba, es el R23, un monoplaza innovador que gracias a su motor V10 a 75 grados hacía gala de una gran estabilidad y se mostraba como uno de los más rápidos en circuitos revirados. Combinado con las manos de Alonso obtuvo grandes éxitos en una temporada que, como colofón, logró la victoria en el gran premio de Hungría. El único punto débil eran los circuitos rápidos pues el motor que tenía una alarmante falta de caballos.

En 2004 Renault presentaba el R24, un monoplaza mucho más tradicional que abandonaba el concepto de V a 75 para pasar a 90 grados,el resultado fue un coche más nervioso y que carecía de ventajas en los circuitos lentos que sí tenía su antecesor. En toda la temporada destacó y fue un relativo fracaso después del novedoso R23.

2005 fue el año del éxito, del todopoderoso R25 con el que Alonso reinó en los circuitos, manteniendo una dura pugna con Kimi Raikkonen cuya flecha de plata, más rápida en la segunda mitad del campeonato que el Renault, era de cristal. El R25 con una fiabilidad a prueba de bombas y una gran simbiosis con los neumáticos Michelin, hizo bueno el dicho de quien pega primero pega dos veces y Alonso rentabilizó su ventaja el resto del campeonato. Renault ganaba pilotos y constructores. Tiempos de bonanza soplaban para la escudería gala.

El año 2006 será recordado por los aficionados como el año del duelo Alonso-Schumacher o el de la tuerca maldita o el del parking en La Rascasse o… Lo que quedo claro es que fue año de los que crean afición. Renault puso en pista un monoplaza que nuevamente era el más rápido a principios de campeonato, pero que pronto apostó por la fiabilidad frente a las prestaciones puras lo que a la larga fue una decisión acertada. Fue el año del famoso Mass Damper y de la maldita tuerca que aunque no empañó la brillante actuación de Alonso en la campaña, presagiaba lo que después años venideros desgraciadamente se convirtió en habitual, los errores tácticos.

2008 el año del desastre, Alonso abandona la escudería, el coche nace con errores de cálculo en el túnel del viento, y para colmo no se adapta a las nuevas Bridgestone impuestas por reglamento. Fisichella y Kovalainen hacen una temporada gris en la que Renault que da tercera en constructrores.

El año de la vuelta de Alonso y el año del “arre 28” un verdadero hierro que arrastraba todos los defectos del R27 y alguno más como una alarmante falta de tracción o un déficit de caballos en el motor que obliga al piloto asturiano a arrastrase por los circuitos y a parchear el coche incorporando mejoras a contrareloj para tener una brillante recta final de campeonato que le otorga dos victorias.
R29 gran esperanza y (relativa) decepción, después de asombrar a todos en pretemporada y obviando al ciclón Brawn, el R29 parece mucho mejor coche que el R28, con uno de los motores más potentes de la parrilla, La adopción del sistema KERS le ha dado muchos quebraderos de cabeza al equipo y a Alonso. El dichoso recuperador eleva el centro de gravedad del monoplaza y lo hace inconducible, además la aerodinámica es tosca y no parece tan trabajada como sus hermanos de Red Bull cuyo corazón es el mismo que el del R29.

El tiempo dirá si la capacidad de improvisación de la que ya hizo gala Renault en el pasado puede convertir al R29 en ganador. El año que viene, con la tormenta política de fondo es una gran incognita por la que no hay ni que preocuparse en gastar tiempo escribiendo, pues todo serian elucubraciones y rumores, lo que si es claro es que a Renault que en el pasado tenía la parte ancha, ahora mismo le ha tocado la parte estrecha del rombo.

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