Mucho se ha escrito de la brillante clasificación del Barcelona para la finalísima de la Champions en Roma el próximo 27 de mayo. Nada que achacar, el Barça es el equipo más espectacular y demoledor que hay ahora mismo en Europa y posiblemente en el mundo, porque ha reunido un ramillete de jugadores y un rendimiento impresionantes. A eso se le une una dirección técnica magistral de un novato (relativo) como es Pep Guardiola. El míster blaugrana ha dotado al grupo de un orden táctico y defensivo y de una humildad, como valores añadidos a la calidad que ya atesoraban al grupo, que lo ha convertido en una máquina cuasi-perfecta de jugar al fútbol. Las escasas y puntuales carencias que la escuadra catalana ha mostrado hasta el momento, han sido más bien errores individuales puntuales y alguna jugada a balón parado.

Dicho lo cual, uno no puede menos que sorprenderse al escuchar en varios medios de comunicación de gran difusión de la alegría que les supuso además de por ser un equipo español, por suponer una victoria del fútbolo frente al ‘antifútbol’ del Chelsea y Hiddink.
Señores, el Chelsea tuvo al gran Barça contra las cuerdas casi todo el partido en Londres, gozó de dos claras oportunidades de gol y el referee le escatimó dos penalties… no está mal, para practicar el antifútbol. Por el contrario, el Barça llegó media vez y el gol, golazo de Iniesta en el 93’. El mundo al revés.
La ida fue similar, aunque en el Camp Nou tuvo más oportunidades el Barça, cierto.

El planteamiento táctico de Hiddink y la puesta en práctica de los blues en Stamfordbridge fue perfecta: despliegue físico, presión, repliegue de líneas, desdoble, ayudas…señores de Onda Cero, Ser… eso también es fútbol y ese partido se lo ha tenido que meter el sr. Caparrós en la mollera a machamartillo.
Salir a jugar al Barça a la brava a un toma y daca es un ejercicio de suicidio colectivo que sólo los más inconscientes o enajenados pueden poner en práctica.

Así que uno supone un planteamiento táctico del Athletic Club en Mestalla muy similar al del Chelsea, aunque los leones cuenten con Toquero y Orbaiz en vez de Drogba y Lampard…con perdón. Las opciones bilbaínas por ganar la Copa pasan a buen seguro por un rigor táctico, un despliegue físico y un nivel de acierto óptimos, no hay otra.

La motivación, concentración y afición parecen a priori armas (de segundo nivel) en que los leones pueden llevar ventaja a priori. Pero la maquinaria culé está muy bien engrasada como para que la falta de una sola pieza (por mucho que sea un crack, como Iniesta) la haga descarrilar fácilmente. En todo caso, Villarreal y Chelsea acaban de mostrar que no es una escuadra invencible.

Veremos mañana, que sea una fiesta del fútbol español y que gane el fútbol total, no sólo el tiqui-taca.