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Al caer el sol,
llegó el atardecer a mi atormentado día lleno vacío,
en esta orilla, el agua acaricia tenuemente los poros de mis pies.
Al caer el sol,
el luto cae mientras las estrellas me observan sin luz en su brillo,
lentamente llega el falso sosiego de esta noche intranquila sin tu querer.
Al caer el sol,
la fortuna negra me observa desde este cielo algo muerto,
las estrellas se han fundido unos instantes mientras llega mi nueva vieja luna Fortuna.
Al caer el sol,
mi sino llora sobre mis tormentos algo leves,
en vacío sonido, mil lágrimas también lloran por mis penas alegres.
En el mundo de la Cultura de las Artes así actúan muchos, sin sustento de base. Anochecía cuando llegó el tren, empero, el tren pudo haber llegado mucho antes. La verdad era que se había retrasado horas y aún no se sabía por qué. Era una conversación frívola, con intercambio de chismes sobre amistades del vecindario.
En su nuevo libro, el reputado economista Juan Torres López los analiza como expresiones de una crisis del capitalismo neoliberal que, ante la desorientación y la impotencia de la izquierda contemporánea, choca con la democracia y alimenta el auge de la extrema derecha.
A Mercedes Isabel: A mi edad, me pregunto, sin pretender escribir los versos mas triste esta tarde. Como olvidarte, flor de mi vida. Desventurado sería, no haberte tenido.
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