Una catarsis o experiencia catártica, es una experiencia interior purificadora, de gran significado interior, provocada por un estímulo externo, también conocida como "La liberación de las pasiones". Proviene del término griego katharsis que significa purga o purificación, y es un término aceptado por la Real Academia Española. El concepto de catarsis tiene profundas raíces antropológicas, empleándose en la medicina, la tragedia griega, el psicoanálisis, la risa… (y yo añadiría, al Real Madrid Club de Fútbol).
La España de hoy está en plena crisis, pero en Las Ramblas están de jolgorio y el el Foro, de funeral. Son dos formas antagónicas de ver la vida, la de los madridistas y la de los barcelonistas (o los miles y miles de antimadridistas, que en este grupo también suman). El famoso Chorreo, Set, Partido y Liga del Barça con su 2-6 en el Bernabéu –desde 1950 no le metían seis al Madrid en el templo blanco- ha provocado la catarsis del madridismo.
Y si catarsis significa purga o purificación, pues alguien tendrá que purgar-purificar esa casa. Empezando por la cúpula, por favor. La herencia envenenada de Ramón Calderón ha dejado al club en una situación insostenible, con Vicente Boluda y su Junta Directiva como una broma de mal gusto, lo de Mijatovic ya es mejor ni mencionarlo y con una plantilla de jugadores que en muchos casos hay que ‘purgar’.
Pero el problema no es que sobren 14 jugadores, que a lo mejor, el problema es que hay que volver a una filosofía de club que se ha perdido, a unos valores de grandeza, a una forma de entender el fútbol donde no haya espacio para las medianías. El Madrid tiene que volver a ser el gran Real de las Copas de Europa, del fortín de Chamartín, de jugadores que ‘mueran’ por su camiseta. El Madrid tiene que ser el que marque el compás del fútbol europeo, con estrellas y con cantera, con orfebres y con obreros, que del presidente al del carrito de los helados se note la grandeza.
Vamos a tener unas semanas de malas caras, de prensa ‘perra’, de movimiento y de aspirantes a la poltrona blanca, que es el deporte nacional. Al final, todas las quinielas desembocan en un nombre: Florentino Pérez. El ‘tío Floren’ (con todos los respetos) tendrá que sacarse un as de la manga para ilusionar al maltrecho madridismo. Y no basta con nombres de estrellas, sino con dinero y con ideas. Yo, que estoy generoso pese a esta cosa llamada crisis, le voy a dar una idea. Preséntese sí, pero con… ¡Raúl González Blanco como nuevo Director Deportivo¡. Es el momento Florentino, de veras, y es el momento Raúl, de dar el paso. Tú, que has esculpido ese vestuario en los últimos quince años, eres el más capacitado para irte a la trinchera y diseñar los nuevos valores del madridismo. Deja a Floren que traiga la pasta, y tú pones el espíritu. Es el primer paso para empezar a hacer cosquillas al nuevo gigante culé, con permiso del Chelsea.