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¿Equipo popular nuevo riojano?

Íñigo Errejón y Cuca Gamarra: dos "cachorros" tiernos

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Íñigo Errejón y Cuca Gamarra son dos “cachorros” tiernos con ideas encontradas que se han convertido en protagonistas de la actualidad política nacional. Hoy, de cara a un futuro que pasa por unas nuevas Elecciones Generales, sus ideas y discursos son más importantes que sus actos y realidades personales.

Errejón, era, y puede que siga siendo, el número 2 de lo que fue un Podemos emergente que va perdiendo su primitiva condición triunfal para, en virtud del análisis de lo que es y representa, acceder a una condición distinta.

Concepción Gamarra, Concha, Conchita o Cuca, según sea el motivo que se use para referirse a ella o quien lo use, es la alcaldesa popular de Logroño con el apoyo de Ciudadanos.

Ambos son noticia por los motivos que se conocen:

Errejón, por su situación personal. No adherido a Pablo Iglesias, ha medrado a su sombra y es motivo de atención porque, dada la realidad de la coalición a la que pertenece su partido y su situación en ella, ha de optar entre: Obedecer al líder y seguir la aventura política que ha diseñado. O iniciar una trayectoria independiente, coherente con sus convicciones.

Gamarra porque, como alcaldesa con vitola de triunfante, ha sido usada con dos fines distintos: Para, convertida en “noticia positiva de telediario”, demostrar que es posible la alianza PP-Ciudadanos, que ella ha logrado en Logroño. Y para mostrar el relevo joven que ella representa en el futuro popular riojano, merecedor del apoyo, y uso, de Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta del Gobierno que la presentaba en el Hotel Ritz de Madrid en un acto sobre “ciudades inteligentes”.

Además, los dos son noticia, aunque ellos mismos no se hayan dado cuenta, por un motivo mucho más importante. Ambos representan las dos formas de actividad política moderna: El uso de la “Moralidad de Clases”, que propone y aprovecha Podemos. Y la apuesta por consolidar el Estado Democrático de Derecho con el que el Partido Popular intenta consolidar el Estado del Bienestar.

Veamos ambas formas, sin anteponer la que corresponde a la mujer, por una cuestión de orden: La “Moralidad de Clases” ha aparecido antes. Lo hacía, aunque sin presentarse con ese apodo, en el número de la revista Actualidad Económica del mes de Abril, que salió a principio de mes, en el artículo “Los Límites del Populismo” que firma Ors Villarejo.

En esa revista, Ors se ocupaba de las influencias que hay en Errejón de autores como García Linera (boliviano), el posmarxista Ernesto Laclau y su mujer Chantal Mouffe (argentinos), que se aprecian en sus escritos y en su tesis doctoral. Allí, partiendo del Movimiento al Socialismo - con el que comulga Errejón creyendo que «el único ámbito relevante es el económico» -, advertía la variación de Althusser, que da «autonomía a la práctica ideológica y jurídico-política respecto a la económica» y conduce a un razonamiento simple: «no hace falta cambiar la estructura económica, sino operar directamente en la superestructura, amalgamando políticamente las demandas desatendidas (por la clase dirigente)».

Por ello, concluía, «el objetivo de la vanguardia intelectual ya no es concienciar al proletariado, sino aglutinar esa indignación para “ganar hegemonía”»..., «las élites han generado una visión del mundo que comparten incluso los dominados. Para derrocarlas es preciso construir una cosmovisión alternativa...» «Lo político tiene que ver con el antagonismo, con la hostilidad que existe en las sociedades humanas... (En una situación en que) podemos “organizar el disenso”..., el socialismo debe buscar “la articulación de las luchas contra las distintas formas de subordinación»

«Así es como lo entiende Errejón: “Dos personas experimentan la frustración de modos diferentes” y mientras permanezcan aislados, su problema será un asunto particular... (Para utilizar sus problemas, conviene hallar) “significantes” (referentes) que actúen como nodos y enlacen ese malestar disperso para alumbrar una voluntad colectiva... Un proceso sencillo (es el invento del término “casta”) por el cual las élites se han convertido en un solo poder, divorciándose de la realidad... (y formando) “un conjunto de privaciones y dolores” con el que se ha armado un frente común».

En esa situación aparece la “Moralidad de Clases”, entendida y advertida por Errejón, no definida pero buscada y usada.

Después, esta mañana, sin tener en cuenta lo anterior, Cuca Gamarra, desde el Partido Popular, proponía consolidar el Estado del Bienestar dentro del Estado Democrático de Derecho.

Con un discurso sobre ciudades inteligentes desde “la óptica riojana” y «sin tener en cuenta la tecnología», Gamarra trataba la realidad mundial (Crisis económica, Califato creado por el Estado Islámico, amenaza terrorista, cambio de estilo de vida), repasaba la situación nacional española (fin de ETA, rescate que no se produjo, puesta en cuestión de lo que existe:«Unidad de España, Monarquía, situación económica...») y se detenía en la frase de Berthold Brecht “La Crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”.

Después, propuso «Dejar de discutir, porque no se trata de saber qué hacer, ya que la discusión sin ideas lleva al espectáculo y al esperpento que conducen a la búsqueda de emociones en la vida pública». Y atender los retos del presente, a los que se refirió desde la óptica local logroñesa:

«Desigualdad y pobreza..., promoviendo una mejor integración. Realidad demográfica, porque los logroñeses somos cada vez menos fecundos y más viejos... Mercado laboral, en una revolución industrial con nuevos empleos, habilidades, perfiles y conocimientos, que necesitan reforma de la docencia. Aparición de Internet, que lo transforma todo... Cambio climático...,que debe hacerse desde las ciudades. Y “Crisis de Representación”, que propicia candidatos y partidos nuevos»

Ahí fue donde, acaso sin percibirlo, apareció la frase que marca la diferencia entre las dos formas de entender la acción política que en España representan Podemos y el PP:

«El Estado de Derecho es sustituido por la Moralidad de Clases»

Frente a las ideas de Errejón, Gamarra aportó teorías propias: «Subir el listón ético. Atender al ciudadano gestionando bien...Ocuparse de las emergencias sociales. Liderazgo de la ciudad frente al vacío de las sociedades caducas para superar “La Moralidad de Clases”. Es la hora de las ciudades... Confianza en la sociedad, con más prosperidad y más libertad...»

También apuntó algunos retos locales: «Respeto a la ecología. Desarrollo urbano sostenible aprovechando la tecnología. Integración social sin dejar a nadie atrás. Crecimiento natural usando los recursos propios (vino, turismo, gastronomía)»

Todo ello, en una conferencia sobre la ciudad inteligente, ocupándose de la actividad política general y «sin hablar de tecnología»

A partir de ahí, las teorías debieron enfrentarse a la realidad contenida en las preguntas que le hicieron.

Fue en ese paso, de la teoría empírica a la praxis que la realidad impone, donde Gamarra mostró su condición de alcaldesa útil para atender cuestiones de su ciudad; y no tanto para otras ajenas a ella:

¿Equipo popular nuevo riojano?, ¿Candidata para presidir la Comunidad autónoma?, ¿Los enredos de Ciudadanos afectarán la estabilidad municipal en Logroño?, ¿Procedimiento para averiguar el destino que C’s ha dado a los fondos recibidos del Ayuntamiento?, ¿Soterrar línea de Ferrocarril con venta de suelo?. ¿Pérdidas con la Caja de Ahorros de La Rioja?, ¿Otegui en el Parlamento europeo?, ¿Sustituir a Rajoy? ¿Gran Coalición PP-PSOE, con Pedro Sánchez aspirando a Presidente para un día y ex presidente para el resto de su vida?, ¿Cómo llevarse con C’s y cultura de acuerdo?

Ya respondidas, las preguntas quedaron desvaídas y superadas por unas teorías que no admiten disimulo.

Éstas, distintas, unas de Podemos y otras del PP, son unas concepciones reales e importantes, traídas hoy por dos personas con apariencia de cachorros tiernos: La alcaldesa de Logroño, Concepción Gamarra. E Íñigo Errejón, número 2 de Podemos... todavía.

Íñigo Errejón y Cuca Gamarra: dos "cachorros" tiernos

¿Equipo popular nuevo riojano?
José Luis Heras Celemín
miércoles, 27 de abril de 2016, 09:09 h (CET)
Íñigo Errejón y Cuca Gamarra son dos “cachorros” tiernos con ideas encontradas que se han convertido en protagonistas de la actualidad política nacional. Hoy, de cara a un futuro que pasa por unas nuevas Elecciones Generales, sus ideas y discursos son más importantes que sus actos y realidades personales.

Errejón, era, y puede que siga siendo, el número 2 de lo que fue un Podemos emergente que va perdiendo su primitiva condición triunfal para, en virtud del análisis de lo que es y representa, acceder a una condición distinta.

Concepción Gamarra, Concha, Conchita o Cuca, según sea el motivo que se use para referirse a ella o quien lo use, es la alcaldesa popular de Logroño con el apoyo de Ciudadanos.

Ambos son noticia por los motivos que se conocen:

Errejón, por su situación personal. No adherido a Pablo Iglesias, ha medrado a su sombra y es motivo de atención porque, dada la realidad de la coalición a la que pertenece su partido y su situación en ella, ha de optar entre: Obedecer al líder y seguir la aventura política que ha diseñado. O iniciar una trayectoria independiente, coherente con sus convicciones.

Gamarra porque, como alcaldesa con vitola de triunfante, ha sido usada con dos fines distintos: Para, convertida en “noticia positiva de telediario”, demostrar que es posible la alianza PP-Ciudadanos, que ella ha logrado en Logroño. Y para mostrar el relevo joven que ella representa en el futuro popular riojano, merecedor del apoyo, y uso, de Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta del Gobierno que la presentaba en el Hotel Ritz de Madrid en un acto sobre “ciudades inteligentes”.

Además, los dos son noticia, aunque ellos mismos no se hayan dado cuenta, por un motivo mucho más importante. Ambos representan las dos formas de actividad política moderna: El uso de la “Moralidad de Clases”, que propone y aprovecha Podemos. Y la apuesta por consolidar el Estado Democrático de Derecho con el que el Partido Popular intenta consolidar el Estado del Bienestar.

Veamos ambas formas, sin anteponer la que corresponde a la mujer, por una cuestión de orden: La “Moralidad de Clases” ha aparecido antes. Lo hacía, aunque sin presentarse con ese apodo, en el número de la revista Actualidad Económica del mes de Abril, que salió a principio de mes, en el artículo “Los Límites del Populismo” que firma Ors Villarejo.

En esa revista, Ors se ocupaba de las influencias que hay en Errejón de autores como García Linera (boliviano), el posmarxista Ernesto Laclau y su mujer Chantal Mouffe (argentinos), que se aprecian en sus escritos y en su tesis doctoral. Allí, partiendo del Movimiento al Socialismo - con el que comulga Errejón creyendo que «el único ámbito relevante es el económico» -, advertía la variación de Althusser, que da «autonomía a la práctica ideológica y jurídico-política respecto a la económica» y conduce a un razonamiento simple: «no hace falta cambiar la estructura económica, sino operar directamente en la superestructura, amalgamando políticamente las demandas desatendidas (por la clase dirigente)».

Por ello, concluía, «el objetivo de la vanguardia intelectual ya no es concienciar al proletariado, sino aglutinar esa indignación para “ganar hegemonía”»..., «las élites han generado una visión del mundo que comparten incluso los dominados. Para derrocarlas es preciso construir una cosmovisión alternativa...» «Lo político tiene que ver con el antagonismo, con la hostilidad que existe en las sociedades humanas... (En una situación en que) podemos “organizar el disenso”..., el socialismo debe buscar “la articulación de las luchas contra las distintas formas de subordinación»

«Así es como lo entiende Errejón: “Dos personas experimentan la frustración de modos diferentes” y mientras permanezcan aislados, su problema será un asunto particular... (Para utilizar sus problemas, conviene hallar) “significantes” (referentes) que actúen como nodos y enlacen ese malestar disperso para alumbrar una voluntad colectiva... Un proceso sencillo (es el invento del término “casta”) por el cual las élites se han convertido en un solo poder, divorciándose de la realidad... (y formando) “un conjunto de privaciones y dolores” con el que se ha armado un frente común».

En esa situación aparece la “Moralidad de Clases”, entendida y advertida por Errejón, no definida pero buscada y usada.

Después, esta mañana, sin tener en cuenta lo anterior, Cuca Gamarra, desde el Partido Popular, proponía consolidar el Estado del Bienestar dentro del Estado Democrático de Derecho.

Con un discurso sobre ciudades inteligentes desde “la óptica riojana” y «sin tener en cuenta la tecnología», Gamarra trataba la realidad mundial (Crisis económica, Califato creado por el Estado Islámico, amenaza terrorista, cambio de estilo de vida), repasaba la situación nacional española (fin de ETA, rescate que no se produjo, puesta en cuestión de lo que existe:«Unidad de España, Monarquía, situación económica...») y se detenía en la frase de Berthold Brecht “La Crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”.

Después, propuso «Dejar de discutir, porque no se trata de saber qué hacer, ya que la discusión sin ideas lleva al espectáculo y al esperpento que conducen a la búsqueda de emociones en la vida pública». Y atender los retos del presente, a los que se refirió desde la óptica local logroñesa:

«Desigualdad y pobreza..., promoviendo una mejor integración. Realidad demográfica, porque los logroñeses somos cada vez menos fecundos y más viejos... Mercado laboral, en una revolución industrial con nuevos empleos, habilidades, perfiles y conocimientos, que necesitan reforma de la docencia. Aparición de Internet, que lo transforma todo... Cambio climático...,que debe hacerse desde las ciudades. Y “Crisis de Representación”, que propicia candidatos y partidos nuevos»

Ahí fue donde, acaso sin percibirlo, apareció la frase que marca la diferencia entre las dos formas de entender la acción política que en España representan Podemos y el PP:

«El Estado de Derecho es sustituido por la Moralidad de Clases»

Frente a las ideas de Errejón, Gamarra aportó teorías propias: «Subir el listón ético. Atender al ciudadano gestionando bien...Ocuparse de las emergencias sociales. Liderazgo de la ciudad frente al vacío de las sociedades caducas para superar “La Moralidad de Clases”. Es la hora de las ciudades... Confianza en la sociedad, con más prosperidad y más libertad...»

También apuntó algunos retos locales: «Respeto a la ecología. Desarrollo urbano sostenible aprovechando la tecnología. Integración social sin dejar a nadie atrás. Crecimiento natural usando los recursos propios (vino, turismo, gastronomía)»

Todo ello, en una conferencia sobre la ciudad inteligente, ocupándose de la actividad política general y «sin hablar de tecnología»

A partir de ahí, las teorías debieron enfrentarse a la realidad contenida en las preguntas que le hicieron.

Fue en ese paso, de la teoría empírica a la praxis que la realidad impone, donde Gamarra mostró su condición de alcaldesa útil para atender cuestiones de su ciudad; y no tanto para otras ajenas a ella:

¿Equipo popular nuevo riojano?, ¿Candidata para presidir la Comunidad autónoma?, ¿Los enredos de Ciudadanos afectarán la estabilidad municipal en Logroño?, ¿Procedimiento para averiguar el destino que C’s ha dado a los fondos recibidos del Ayuntamiento?, ¿Soterrar línea de Ferrocarril con venta de suelo?. ¿Pérdidas con la Caja de Ahorros de La Rioja?, ¿Otegui en el Parlamento europeo?, ¿Sustituir a Rajoy? ¿Gran Coalición PP-PSOE, con Pedro Sánchez aspirando a Presidente para un día y ex presidente para el resto de su vida?, ¿Cómo llevarse con C’s y cultura de acuerdo?

Ya respondidas, las preguntas quedaron desvaídas y superadas por unas teorías que no admiten disimulo.

Éstas, distintas, unas de Podemos y otras del PP, son unas concepciones reales e importantes, traídas hoy por dos personas con apariencia de cachorros tiernos: La alcaldesa de Logroño, Concepción Gamarra. E Íñigo Errejón, número 2 de Podemos... todavía.

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