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La inmadurez espiritual hace creer que la maravilla de la creación es una casualidad ocurrida hace millones de años

Creación sin Dios

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¿Podemos hacer de la nuestra una realidad sin Dios? Ramón Drudis i Mauri en su escrito “La nuestra realidad sin Dios” , dice que sí se puede. De hecho, son muchos quienes la viven. ¿A qué precio? Para muchos “si dios es un paradigma abstracto correspondiente al medio físico, a las leyes de la naturaleza, el dios de los filósofos, entonces no tengo ningún problema con este dios. Pero si se trata de un ser trascendente, creador del universo, omnipotente, un sabelotodo que te escucha cuando rezas y te castiga cuando peques, entonces tengo un problema” (Ramón Drudis i Mauri), entonces no se tiene necesidad del Dios creador y salvador. Así es como el hombre se convierte en su propio dios.

“Puestos a pensar”, dice Drudis, “cómo es posible que un Dios omnipotente, la sustancia comuna de todos los seres y de todas las cosas, permita la muerte de recién nacidos y jóvenes, las cruzadas, la guerra santa o jyhad y el hambre en los países pobres?” Es la excusa del mal pagador: Dios es el culpable de nuestros males y así pretendemos eximirnos de nuestra responsabilidad. De este supuesto Dios cruel, asesino, responsable de todos nuestros males, ni oír hablar de Él. Ramón Drudis que como astrónomo examina el universo con la ayuda de potentes telescopios no sabe ver a Dios en la maravilla del macro cosmos, llega a la conclusión que “es una especie de senedios (sin necesidad de dios), y no porque haya probado la inexistencia de dios, sino porque todo este esquema religioso atenta contra mi integridad, mi libertad y mi dignidad como ser moral y autónomo”. El apóstol Pablo dice de aquellos que viendo la creación que manifiesta la existencia de Dios reniegan de Él: “profesando ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:22).

Está claro Ramón Drudis es evolucionista y por eso escribe: “Hoy las creencias religiosas llevan miles de años de ventaja por lo cual se han adentrado en nuestra cultura, tradiciones e instituciones. Fue en la juventud en que la humanidad fue hechizada con la idea religiosa, ya que no había llegado la edad de la razón”. El astrónomo nos viene a decir que quienes creemos en Dios es porque todavía quedan en nosotros reminiscencias del pasado prehumano existente antes de la llegada de la edad de la razón. “Dios fue creado”, dice, “a imagen del hombre, específicamente hombres de sociedades primitivas que se espantaban por los rayos, erupciones volcánicas, terremotos, eclipses y cometas del cielo”. Los homínidos prehumanos que todavía no tenían la razón, para protegerse del miedo que les provocaba la naturaleza desenfrenada se inventaron la idea del dios protector, ¡Ay,un ser irracional razonando porque según Ramón Drudis todavía no había llegado la edad de la razón!

No señor Drudis, Dios no es el invento de seres irracionales atemorizados. Dios ya existía antes de la creación y fue Él quien creó al hombre a su imagen y semejanza aún cuando usted crea que fue el hombre quien creó a Dios a su semejanza, es decir, con todos los defectos y pasiones como los dioses de la mitología griega clásica. ¿Qué sentido tiene creer en un dios que posee todas las debilidades humanas? Los dioses que se fabrican los hombres son el resultado de que no teniendo la ayuda del Omnipotente, impulsados por la superstición, se fabrican dioses de oro, plata, metales preciosos que poseen ojos que no ven, oídos que no escuchan, pies que no andan y que para desplazarse tienen que ser sujetos sobre plataformas arrastradas por los hombres. Estos son los dioses en que creen quienes no tienen fe en el Dios omnipotente creador de todo lo existente.

Usted señor Drudis no puede creer en el Dios que revela la Biblia debido a que no puede entender que este Dios permita las fecharías que usted denuncia. Pero usted no se da cuenta que la razón que le ha dado Dios para poder investigar el cosmos lo ha convertido en un no necesitado de Dios, que ha divinizado la razón que le hace a usted un ser racional, pensante. Usted se ha convertido en un idólatra que no adora una imagen a semejanza humana, ni al sol, ni a la luna, ni a ríos, ni a árboles. Pero es un idólatra de algo invisible : la razón y la consecuencia de su idolatría puesta al día no le permite entender como un Dios omnipotente puede permitir que suceda todo aquello que denuncia.. Todo lo que usted condena yo también lo condeno. Divergimos en su origen. Usted culpa a Dios de que siendo omnipotente, las consiente. Yo culpo al hombre porque se ha apartado del Creador y en vez de acatar las leyes que son fruto de su soberanía y legisladas para el buen funcionamiento de la creación, incluso del hombre, se insubordina contra su autoridad y, dejándose guiar por la razón defectuosa debido a su desobediencia toma decisiones que conducen a la caótica situación en que vivimos.

Dios no ha creado al hombre autómata. Lo ha diseñado con la capacidad de tomar decisiones. La capacidad de decidir la utilizó por primera vez cuando escogió comer el fruto del árbol prohibido. Nadie le obligó a hacerlo pero el resultado fue que perdió la comunión con Dios, siendo el resultado la siembra de la semilla de la idolatría con sus diversas manifestaciones: burdas, artísticas, científicas.

Regresemos a la astronomía que es el tema que ahora nos interesa: “Las cosas maravillosas de Él, su poder eterno y su divinidad, son claramente visibles desde la creación del mundo y se entienden por medio de las cosas creadas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen…Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mete reprobada para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia…” (Romanos 1:18-32). Doy la razón a Ramon Drudis: Dios permite todas las cosas que describe el texto pero no porque se desentienda del hombre. Todo lo contrario, siendo como es un Dios justo, castiga como se merece la infracción a la ley que como Creador ha legislado. Dios no es un Ser arbitrario.

Creación sin Dios

La inmadurez espiritual hace creer que la maravilla de la creación es una casualidad ocurrida hace millones de años
Octavi Pereña
martes, 26 de abril de 2016, 08:46 h (CET)
¿Podemos hacer de la nuestra una realidad sin Dios? Ramón Drudis i Mauri en su escrito “La nuestra realidad sin Dios” , dice que sí se puede. De hecho, son muchos quienes la viven. ¿A qué precio? Para muchos “si dios es un paradigma abstracto correspondiente al medio físico, a las leyes de la naturaleza, el dios de los filósofos, entonces no tengo ningún problema con este dios. Pero si se trata de un ser trascendente, creador del universo, omnipotente, un sabelotodo que te escucha cuando rezas y te castiga cuando peques, entonces tengo un problema” (Ramón Drudis i Mauri), entonces no se tiene necesidad del Dios creador y salvador. Así es como el hombre se convierte en su propio dios.

“Puestos a pensar”, dice Drudis, “cómo es posible que un Dios omnipotente, la sustancia comuna de todos los seres y de todas las cosas, permita la muerte de recién nacidos y jóvenes, las cruzadas, la guerra santa o jyhad y el hambre en los países pobres?” Es la excusa del mal pagador: Dios es el culpable de nuestros males y así pretendemos eximirnos de nuestra responsabilidad. De este supuesto Dios cruel, asesino, responsable de todos nuestros males, ni oír hablar de Él. Ramón Drudis que como astrónomo examina el universo con la ayuda de potentes telescopios no sabe ver a Dios en la maravilla del macro cosmos, llega a la conclusión que “es una especie de senedios (sin necesidad de dios), y no porque haya probado la inexistencia de dios, sino porque todo este esquema religioso atenta contra mi integridad, mi libertad y mi dignidad como ser moral y autónomo”. El apóstol Pablo dice de aquellos que viendo la creación que manifiesta la existencia de Dios reniegan de Él: “profesando ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:22).

Está claro Ramón Drudis es evolucionista y por eso escribe: “Hoy las creencias religiosas llevan miles de años de ventaja por lo cual se han adentrado en nuestra cultura, tradiciones e instituciones. Fue en la juventud en que la humanidad fue hechizada con la idea religiosa, ya que no había llegado la edad de la razón”. El astrónomo nos viene a decir que quienes creemos en Dios es porque todavía quedan en nosotros reminiscencias del pasado prehumano existente antes de la llegada de la edad de la razón. “Dios fue creado”, dice, “a imagen del hombre, específicamente hombres de sociedades primitivas que se espantaban por los rayos, erupciones volcánicas, terremotos, eclipses y cometas del cielo”. Los homínidos prehumanos que todavía no tenían la razón, para protegerse del miedo que les provocaba la naturaleza desenfrenada se inventaron la idea del dios protector, ¡Ay,un ser irracional razonando porque según Ramón Drudis todavía no había llegado la edad de la razón!

No señor Drudis, Dios no es el invento de seres irracionales atemorizados. Dios ya existía antes de la creación y fue Él quien creó al hombre a su imagen y semejanza aún cuando usted crea que fue el hombre quien creó a Dios a su semejanza, es decir, con todos los defectos y pasiones como los dioses de la mitología griega clásica. ¿Qué sentido tiene creer en un dios que posee todas las debilidades humanas? Los dioses que se fabrican los hombres son el resultado de que no teniendo la ayuda del Omnipotente, impulsados por la superstición, se fabrican dioses de oro, plata, metales preciosos que poseen ojos que no ven, oídos que no escuchan, pies que no andan y que para desplazarse tienen que ser sujetos sobre plataformas arrastradas por los hombres. Estos son los dioses en que creen quienes no tienen fe en el Dios omnipotente creador de todo lo existente.

Usted señor Drudis no puede creer en el Dios que revela la Biblia debido a que no puede entender que este Dios permita las fecharías que usted denuncia. Pero usted no se da cuenta que la razón que le ha dado Dios para poder investigar el cosmos lo ha convertido en un no necesitado de Dios, que ha divinizado la razón que le hace a usted un ser racional, pensante. Usted se ha convertido en un idólatra que no adora una imagen a semejanza humana, ni al sol, ni a la luna, ni a ríos, ni a árboles. Pero es un idólatra de algo invisible : la razón y la consecuencia de su idolatría puesta al día no le permite entender como un Dios omnipotente puede permitir que suceda todo aquello que denuncia.. Todo lo que usted condena yo también lo condeno. Divergimos en su origen. Usted culpa a Dios de que siendo omnipotente, las consiente. Yo culpo al hombre porque se ha apartado del Creador y en vez de acatar las leyes que son fruto de su soberanía y legisladas para el buen funcionamiento de la creación, incluso del hombre, se insubordina contra su autoridad y, dejándose guiar por la razón defectuosa debido a su desobediencia toma decisiones que conducen a la caótica situación en que vivimos.

Dios no ha creado al hombre autómata. Lo ha diseñado con la capacidad de tomar decisiones. La capacidad de decidir la utilizó por primera vez cuando escogió comer el fruto del árbol prohibido. Nadie le obligó a hacerlo pero el resultado fue que perdió la comunión con Dios, siendo el resultado la siembra de la semilla de la idolatría con sus diversas manifestaciones: burdas, artísticas, científicas.

Regresemos a la astronomía que es el tema que ahora nos interesa: “Las cosas maravillosas de Él, su poder eterno y su divinidad, son claramente visibles desde la creación del mundo y se entienden por medio de las cosas creadas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen…Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mete reprobada para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia…” (Romanos 1:18-32). Doy la razón a Ramon Drudis: Dios permite todas las cosas que describe el texto pero no porque se desentienda del hombre. Todo lo contrario, siendo como es un Dios justo, castiga como se merece la infracción a la ley que como Creador ha legislado. Dios no es un Ser arbitrario.

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