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En dos meses más de lo mismo

Ciudadanos, a las urnas

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Después de más de cuatro meses de las últimas votaciones para elegir un Parlamento que, a su vez, escogiera un Presidente de Gobierno la incapacidad de los políticos, los viejos y los que se autobautizaron como “nuevos”, va a hacer que, si nadie lo remedia a última hora, España esté más de medio año gobernada por los mismos incapaces que lo han hecho durante los últimos cuatro años, eso sí, ahora en funciones, o sea haciendo menos de lo que han hecho desde que el Partido Popular obtuvo una mayoría absoluta en la penúltima contienda electoral.

Los dos partidos políticos que, hasta la fecha, han venido polarizando las dos vertientes clásicas del bipartidismo reinante en España desde la Transición, el PP y el PSOE, han sido incapaces de aglutinar a su alrededor a las fuerzas afines, los resultados de las votaciones del 20-D se lo han puesto difícil ya que ni unos ni otros suman los escaños suficientes para investir un Presidente de Gobierno. El Partido Popular, con el paso de las semanas, se ha ido quedando sin su apoyo natural, los escaños de Albert Ribera y sus mesnadas, debido a los casos de corrupción que un día sí y otro también vienen aflorando, la corrupción en las filas de la muchachada de la gaviota carroñera es un signo de identidad, corrupción y PP van de la mano, es algo innato en los genes de esta derecha que, desde tiempos de sus abuelos, vienen gobernando España como si de su predio particular se tratara. Hoy por hoy Mariano Rajoy ya ha tirado la toalla y sus ministros ya hablan de las próximas elecciones el 26 de Junio venidero. De facto la campaña electoral ya ha comenzado y en el PP están apresurados en no perder algunos de los votos cautivos que elección tras elección siguen el sendero “popular” incluso con el viento en contra de los nubarrones de la corrupción. Como primera medida electoral Rajoy ya ha anunciado el pago al funcionariado de las cantidades debidas por una paga extra no cobrada.

Pero si la derecha no ha sabido ni podido aunar escaños a su favor la socialdemocracia todavía lo ha hecho peor. Pedro Sánchez escuchó los cantos de sirena de Ciudadanos y firmó con ellos un contrato con doscientas medidas, pero la bajada de pantalones del líder de la rosa marchita y el puño abierto no le ha servido para nada. El pacto anti natura entre el partido naranja y el rojo desteñido tampoco suma los escaños suficientes para poder llevar al socialista a la Moncloa, le faltan compañeros de cama en esta extraña “liaison”, y acudió en busca de Pablo Iglesias y Podemos, pero si al líder de los morados le quedaba alguna duda de que podría sumarse a Ribera y Sánchez sus bases en votación le han puesto una señal de stop para no perder los votos que les han prestado miles de ciudadanos ansioso de un cambio real en la política española. Por otro lado una parte de las bases, si todavía les quedan, de la socialdemocracia y sus barones territoriales no son favorables a un pacto entre PSOE, PODEMOS y la resta de la izquierda. Así que, tampoco desde el lado izquierdo se ha llegado a acuerdos para salir de esta interinidad en la que se encuentra sumida la clase política española.

El Rey esta semana entrante volverá a reunirse, por tercera vez, con los líderes políticos para ver si se encuentra alguna salida a la actual situación de crisis. Es difícil que, en esta ronda de consultas, alguno de los líderes tenga la osadía que tuvo Pedro Sánchez de presentarse como salvador de la patria, nadie quiere a nadie, se miran desde lejos pero cuando están frente a frente sus miradas muestran desconfianza e incapacidad para sacar un Gobierno adelante. Ya están todos en campaña electoral y ahora unos y otros se acusan de ser culpables de tener que llamar, de nuevo, a los españoles a las urnas. La socialdemocracia echa todas las culpas a Pablo Iglesias y los suyos, Pedro Sánchez ve la paja en el ojo ajeno pero no distingue la viga en el propio, su gran error ha sido querer hacer gobierno con Ciudadanos, unos lobos disfrazados con piel de cordero, y querer que Podemos se sumara a esta extraña coalición. Querer plegarse a los deseos de la banca, de eso que llaman “los mercados” y de los amos y señores del Ibex35 le pasará factura, o une a toda la izquierda en un Gobierno de progreso o pronto dejará de calentar el sillón de Secretario General en la calle Ferraz.

Y lo peor de todo es que si hay nuevas votaciones volverá a ganar el partido de los corruptos. España y sus votantes son así.

Ciudadanos, a las urnas

En dos meses más de lo mismo
Rafa Esteve-Casanova
sábado, 23 de abril de 2016, 12:18 h (CET)
Después de más de cuatro meses de las últimas votaciones para elegir un Parlamento que, a su vez, escogiera un Presidente de Gobierno la incapacidad de los políticos, los viejos y los que se autobautizaron como “nuevos”, va a hacer que, si nadie lo remedia a última hora, España esté más de medio año gobernada por los mismos incapaces que lo han hecho durante los últimos cuatro años, eso sí, ahora en funciones, o sea haciendo menos de lo que han hecho desde que el Partido Popular obtuvo una mayoría absoluta en la penúltima contienda electoral.

Los dos partidos políticos que, hasta la fecha, han venido polarizando las dos vertientes clásicas del bipartidismo reinante en España desde la Transición, el PP y el PSOE, han sido incapaces de aglutinar a su alrededor a las fuerzas afines, los resultados de las votaciones del 20-D se lo han puesto difícil ya que ni unos ni otros suman los escaños suficientes para investir un Presidente de Gobierno. El Partido Popular, con el paso de las semanas, se ha ido quedando sin su apoyo natural, los escaños de Albert Ribera y sus mesnadas, debido a los casos de corrupción que un día sí y otro también vienen aflorando, la corrupción en las filas de la muchachada de la gaviota carroñera es un signo de identidad, corrupción y PP van de la mano, es algo innato en los genes de esta derecha que, desde tiempos de sus abuelos, vienen gobernando España como si de su predio particular se tratara. Hoy por hoy Mariano Rajoy ya ha tirado la toalla y sus ministros ya hablan de las próximas elecciones el 26 de Junio venidero. De facto la campaña electoral ya ha comenzado y en el PP están apresurados en no perder algunos de los votos cautivos que elección tras elección siguen el sendero “popular” incluso con el viento en contra de los nubarrones de la corrupción. Como primera medida electoral Rajoy ya ha anunciado el pago al funcionariado de las cantidades debidas por una paga extra no cobrada.

Pero si la derecha no ha sabido ni podido aunar escaños a su favor la socialdemocracia todavía lo ha hecho peor. Pedro Sánchez escuchó los cantos de sirena de Ciudadanos y firmó con ellos un contrato con doscientas medidas, pero la bajada de pantalones del líder de la rosa marchita y el puño abierto no le ha servido para nada. El pacto anti natura entre el partido naranja y el rojo desteñido tampoco suma los escaños suficientes para poder llevar al socialista a la Moncloa, le faltan compañeros de cama en esta extraña “liaison”, y acudió en busca de Pablo Iglesias y Podemos, pero si al líder de los morados le quedaba alguna duda de que podría sumarse a Ribera y Sánchez sus bases en votación le han puesto una señal de stop para no perder los votos que les han prestado miles de ciudadanos ansioso de un cambio real en la política española. Por otro lado una parte de las bases, si todavía les quedan, de la socialdemocracia y sus barones territoriales no son favorables a un pacto entre PSOE, PODEMOS y la resta de la izquierda. Así que, tampoco desde el lado izquierdo se ha llegado a acuerdos para salir de esta interinidad en la que se encuentra sumida la clase política española.

El Rey esta semana entrante volverá a reunirse, por tercera vez, con los líderes políticos para ver si se encuentra alguna salida a la actual situación de crisis. Es difícil que, en esta ronda de consultas, alguno de los líderes tenga la osadía que tuvo Pedro Sánchez de presentarse como salvador de la patria, nadie quiere a nadie, se miran desde lejos pero cuando están frente a frente sus miradas muestran desconfianza e incapacidad para sacar un Gobierno adelante. Ya están todos en campaña electoral y ahora unos y otros se acusan de ser culpables de tener que llamar, de nuevo, a los españoles a las urnas. La socialdemocracia echa todas las culpas a Pablo Iglesias y los suyos, Pedro Sánchez ve la paja en el ojo ajeno pero no distingue la viga en el propio, su gran error ha sido querer hacer gobierno con Ciudadanos, unos lobos disfrazados con piel de cordero, y querer que Podemos se sumara a esta extraña coalición. Querer plegarse a los deseos de la banca, de eso que llaman “los mercados” y de los amos y señores del Ibex35 le pasará factura, o une a toda la izquierda en un Gobierno de progreso o pronto dejará de calentar el sillón de Secretario General en la calle Ferraz.

Y lo peor de todo es que si hay nuevas votaciones volverá a ganar el partido de los corruptos. España y sus votantes son así.

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