O de la “Muntserrateta”, como cariñosa y familiarmente tal vez sea denominada en su entorno la conocida política del PP, y a la cual el columnista pide, de antemano, disculpas por esta licencia en los apelativos. Mantiene un blog (http://www.montsenebrera.cat/blog) en el que hace gala esta semana de los mismos títulos de que, prácticamente, puede presumir España entera.
"¿Cómo es que en tu blog no se dice que eres hija de asturiana?", le espetó algún "paisano", que, desde que han quitado el Servicio militar obligatorio no ha visto más ubres que las que pacen por los "praos" de donde nació. Y la avezada "política" Montserrat cae en la trampa tendida por la milenaria astucia del celta, y, menos pedir disculpas por no llamarse Covadonga, se enreda en una serie de requiebros y arabescos para hacer alarde de su astur "pedigrí". Vamos, que ama tanto a Asturias que hasta puede ser candidata del PP por Llanes.
Mire usted Señora Nebrera, como decía Aznar, este columnista quiso un día bautizar a un nieto en la parroquia donde reside, donde tiene asentado su catalejo, y para logra favor del "mosen"-algo atravesadillo-, por considerar que pedía una excepción, argumentó que tenía un sobrino sacerdote, a lo que el párroco respondió: ¿Y quién no tiene en este país un sobrino cura? Pues, algo de eso ocurre con los asturianos. Son tantos, y han emigrado tanto, que, ¿quien no desciende de uno de ellos?...
También ocurre, que, en Asturias llueve mucho -es lo que hace que sea tan verde-, y por eso el abuelo del que antefirma, que nació en Navia, solía decir que era una tierra para venir al mundo, no para vivir (por el reuma, claro). Con los años, "empacó" a su numerosa prole y se instaló en Aragón, donde el más pequeño se casó con una "maña" de pura cepa (lo de maños viene de "magnos", trataban de tu a tu al monarca), o sea, ibera, y nació el Editor de este periódico, o sea, celtíbero, que vive en la Sierra de Guadarrama del Sistema Central Ibérico, oséase, carpetovetónico, es decir, español del todo.
¿Y, por qué?... diría cualquiera de nuestros primos hermanos los gallegos. Pues, muy fácil, porque nada más sencillo para ser, sentirse, portarse, o distinguirse -da lo mismo-, español en España, en América, o en el mundo entero, que descender de asturianos (¿dónde nació España?). Problema del que también carecen aragoneses, navarros, riojanos, castellanos, vascos (de antes del PNV), cántabros, gallegos, andaluces, extremeños, murcianos y cartageneros.
El cruce de razas es esencia de España, como bien se sabe y ocioso es repetirlo. La palabra "mestizo" solo tiene connotación peyorativa en inglés –racismo puro-. Los españoles "viejos", y los recién llegados de Latinoamérica, todos son milenaria mezcla de razas, representación de la raza cósmica; la "raza universal", que representa a la Humanidad más propiamente que cualquier hombre apegado al terruño que le vio nacer y donde se empeña en permanecer equivocadamente orgulloso de su estrecha cultura y tradiciones. Los "problemas", son inventados.