Sí, han leído bien, son dos observaciones aparentemente dispares, pero aparejadas por la magia del catalejo que anda muy fino y desengrasado con tanto cambio meteorológico. Tanto, que ha habido que hacerle una carpa parecida a la que ha montado Epifanio para la boda del pequeño que se casa el sábado no muy lejos de aquí, y es que, ya se sabe, qué otra cosa se puede esperar: “en abril, aguas mil”, si por lo menos los del cambio climático acertasen alguna vez... sería de agradecer.
Resulta inaudito, que un país siga en calma, con la que está cayendo, perdiendo los euros a millones, billones o trillones, casi a la misma velocidad que los puestos de trabajo, y, que, no pase nada. Todo confirmado por sesudos analistas y organismos internacionales, a los que tampoco les van bien las cosas. Aquí se cambian unos insolventes ministros por otros tan pazguatos como los que se fueron. Si la cosa fuera en serio, hubieran fichado algún “crack”, como hace el Madrid al pretender a Cristiano Ronaldo o el Barça al tener Leo Messi para resolver problemas, ¡pues no!, nada de eso, aquí se cambia al gandul de Solbes por la oxigenada delgaducha del tabaco y las hamburguesas, y ¡hala!, a seguir perdiendo tiempo, mientras ZP miente y miente. Todo lo que se le ocurre es “acelerar-los-abortos y la-libertad-religiosa” ¿Será posible?... In-au-di-to. Y, mientras, el país endeudándose hasta las cejas para generaciones. Y-la-Seguridad-Social-temblando-según-el-Banco-de-España, no-según-la-“gente”.
Algo muy grave está pasando en España. Si el responsable tiene parte en la culpa, por inútil, dontancredo, o manirroto no se puede consentir que siga al frente de la responsabilidad del Ejecutivo. En tiempos, una seria y bigotuda pareja de la guardia civil, no de “hecho”, sino de Derecho, mosquetón al hombro, ya se habrían presentado en su despacho para rogarle que les acompañara sin más explicaciones.
La otra posibilidad es que no esté en sus cabales; el poder desgasta y hasta hace perder la chaveta. En tal caso, una ambulancia del Samur y dos fornidos celadores de los Servicios sanitarios con pijama verde y una camisa de fuerza con correas, se lo llevarían a un manicomio, con sonrisa y todo, bien arqueadas las cejas, para recibir unos cuantos electroshock que lo dejaran tan tranquilito con sonrisa angelical e inofensiva. Cualquier remedio es bueno para evitar que cuarenta y cinco millones de ciudadanos se despeñen en una cuesta abajo económica sin antecedentes.
Y a todo esto, lo más preocupante, la ciudadanía y lo que llaman interlocutores sociales, brazo sobre brazo. Esto tiene un diagnóstico, consecuencia también de la objetiva observación y por la que viene a cuento la segunda parte del titular de la presente columna: Cretinismo. Es una enfermedad producida por la escasez de hormona tiroidea que impide la madurez de las ideas cerebrales (de ahí que en medicina al que lo padece se le llame cretino, y que en lenguaje corriente se aplique hiperbólicamente como insulto, con el mismo significado que «estúpido» o «majadero»: “Ese escritor es un cretino”. ¿Cuál es el tratamiento más convencional del hipotiroidismo?: el iodo. ¿Se entiende ahora el titular, y la agudeza de observación del catalejo?