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Jorge Dargel

¡God save the Premier!

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Ya nadie nos puede intentar engañar que la Liga española sigue siendo la mejor del mundo. Tres clubes de la Premier se han clasificado por tercer año consecutivo en unas semifinales de la Liga de Campeones. Ante este dato, los que ensalzaban al campeonato español como el más potente del planeta, deben morderse la lengua.

Manchester United, Chelsea y Arsenal son justos semifinalistas de la Champions, sin tampoco desmerer a otro representante inglés, el Liverpool, que se quedó en la ronda previa eliminado por los pupilos del 'mago' Hiddink. Y es que el único que les puede toser a todos estos equipos ingleses es el Barcelona. ¿Dónde se ha quedado el poderío de la armada española, italiana o alemana? Se lo voy a decir, en el Canal de la Mancha.

Y este acontecimiento que lleva ocurriendo desde hace tres temporadas no es fruto de la casualidad. Unas gestiones deportivas y económicas ejemplares han propiciado que la Premier hoy en día sea la liga más potente y competitiva. El secreto: buenos contratos televisivos, buenos horarios de los partidos, estadios hasta la bandera, inteligentes direcciones deportivas, la llegada de multimillonarios a los diferentes clubes, y una excelente labor con la cantera.

Sí, mucho me dirán que el fúbol de la Premier es menos vistoso y técnico, y más directo y físico que el de la Liga española. No les quito la razón, pero la intensidad y el espectáculo que ofrecen los equipos anglosajones les da sopas con hondas a los de nuestra competición doméstica. No es extraño que cada vez más, los craks mundiales se vayan a jugar a la isla británica, entre ellos, los mejores futbolistas españoles. Tienen asegurados muchos más alicientes que en el resto de ligas, fundamentalmente, unos sueldos mayores y unos grandes proyectos deportivos.

Ver un partido como el reciente Chelsea 4 - Liverpool 4 de Liga de Campeones en Stanford Brigde, deleita a cualquier aficionado al fútbol, sea de donde sea, por mucho que le fastidia a la multitud de entrenadores resultadistas que padecemos actualmente. Este choque fue un momento a este deporte, que últimamente vive encarcelado por las tácticas cada día más defensivas. Esperemos que los dirigentes de la Liga, los presidentes de los clubes españoles y los diferentes encargados de la salud del fútbol en nuestro país tomen nota e intenten copiar a la Premier. Por todas estas razones puedo decir sin pelos en la lengua, ¡God save the Premier!

¡God save the Premier!

Jorge Dargel
Jorge Dargel
viernes, 17 de abril de 2009, 08:25 h (CET)
Ya nadie nos puede intentar engañar que la Liga española sigue siendo la mejor del mundo. Tres clubes de la Premier se han clasificado por tercer año consecutivo en unas semifinales de la Liga de Campeones. Ante este dato, los que ensalzaban al campeonato español como el más potente del planeta, deben morderse la lengua.

Manchester United, Chelsea y Arsenal son justos semifinalistas de la Champions, sin tampoco desmerer a otro representante inglés, el Liverpool, que se quedó en la ronda previa eliminado por los pupilos del 'mago' Hiddink. Y es que el único que les puede toser a todos estos equipos ingleses es el Barcelona. ¿Dónde se ha quedado el poderío de la armada española, italiana o alemana? Se lo voy a decir, en el Canal de la Mancha.

Y este acontecimiento que lleva ocurriendo desde hace tres temporadas no es fruto de la casualidad. Unas gestiones deportivas y económicas ejemplares han propiciado que la Premier hoy en día sea la liga más potente y competitiva. El secreto: buenos contratos televisivos, buenos horarios de los partidos, estadios hasta la bandera, inteligentes direcciones deportivas, la llegada de multimillonarios a los diferentes clubes, y una excelente labor con la cantera.

Sí, mucho me dirán que el fúbol de la Premier es menos vistoso y técnico, y más directo y físico que el de la Liga española. No les quito la razón, pero la intensidad y el espectáculo que ofrecen los equipos anglosajones les da sopas con hondas a los de nuestra competición doméstica. No es extraño que cada vez más, los craks mundiales se vayan a jugar a la isla británica, entre ellos, los mejores futbolistas españoles. Tienen asegurados muchos más alicientes que en el resto de ligas, fundamentalmente, unos sueldos mayores y unos grandes proyectos deportivos.

Ver un partido como el reciente Chelsea 4 - Liverpool 4 de Liga de Campeones en Stanford Brigde, deleita a cualquier aficionado al fútbol, sea de donde sea, por mucho que le fastidia a la multitud de entrenadores resultadistas que padecemos actualmente. Este choque fue un momento a este deporte, que últimamente vive encarcelado por las tácticas cada día más defensivas. Esperemos que los dirigentes de la Liga, los presidentes de los clubes españoles y los diferentes encargados de la salud del fútbol en nuestro país tomen nota e intenten copiar a la Premier. Por todas estas razones puedo decir sin pelos en la lengua, ¡God save the Premier!

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