“Cambiar aparentemente todo para que todo siga igual” es una máxima que perfectamente podría aplicarse a la filosofía y a la visión de juego que posee el actual entrenador del Tau Cerámica, Dusko Ivanovic.
Es, sin duda alguna, y le pese a quien le pese, uno de los mejores técnicos a nivel europeo. Un campeonato de Liga, cuatro Copas del Rey y una Supercopa jalonan, por ahora, la atractiva carta de presentación de este entrenador montenegrino que ya lleva, nada más y ni nada menos, que nueve temporadas en nuestro país (cinco en el Tau Cerámica, tres en el F.C. Barcelona y una más en su segunda etapa en Vitoria).
Puro nervio y genio dentro de la cancha y en el banquillo y exquisita amabilidad y sublime atención en el trato personal, dicen de él los buenos entendidos en materia baloncestística. El montenegrino no descarta, en un futuro próximo, poder dirigir a la selección de su país, aunque, de momento, le pide tiempo al tiempo y saborear, aún más si cabe, las dulces mieles vitorianas.