Barça y Espanyol son en estos momentos la cara y la cruz del fútbol. Dos equipos de la misma ciudad separados por 42 puntos y 19 escalones en la clasificación. Mientras unos gozan las mieles del éxito, los otros padecen los sinsabores del fracaso. Mientras los azulgranas son líderes y tienen medio título en el bolsillo, los blanquiazules son colistas y ven como el sueño de la permanencia está cada jornada más complicado.

La historia del Barça y del Espanyol es como la de dos hermanos con suertes distintas en la vida. Está el hermano guapo, rico y con un gran trabajo que siempre consigue lo que quiere, y el hermano poco afortunado, menos guapo, menos rico y con un trabajo mediocre.

El hermano rico vive ahora un momento muy dulce, está saliendo con la chica más deseada y, si no se duerme y su eterno rival no se la quita, se van a casar en menos de tres meses. En cambio, el hermano pobre está pasando por un momento malísimo; después de 12 años viviendo de alquiler, está a punto de estrenar una nueva casa en propiedad a las afueras de la ciudad, pero marchará tremendamente endeudado, con problemas de salud y, lo más grave, si no lo remedia, está a sólo tres meses de perder su trabajo y su novia de siempre.

Son hermanos, pero no se llevan nada bien. La penúltima vez que se vieron en la casa de alquiler del hermano pobre hubo mucha tensión, incluso acabó la cosa con bengalas. Pero lo de la última vez que se encontraron ya fue definitivo, el hermano rico, aparentemente tan perfecto, tuvo que aguantar que su hermano pobre airease sus defectos delante de todos. Eso para el rico fue un drama que casi le cuesta perder a la chica más deseada, pero para el pobre significó una momentánea inyección de moral en su complicada situación.

El tiempo se agota y a mí me gustaría que las cosas les fuesen bien a los dos; que el rico se case con la chica deseada y que vivan felices muchos años, y que el pobre estrene su nueva casa con su trabajo y su novia de siempre. Lo primero, por mucho que los amigos de su eterno rival digan, está casi hecho, pero lo segundo cada día que pasa lo veo más complicado.