Bien pudiera suceder que en el batiburrillo de siglas del resultado electoral en el país vasco, ZP haya resultado con una grave cornada. Sin siquiera estar por allí. Don Tancredo fue arrojado de los ruedos por causa de un airado espectador que harto de tanta burla del Arte taurino como la que practicaba aquel famoso personaje, lanzó desde el graderío una bacinilla que con mala fortuna le ocasionó un traumatismo craneoencefálico del que ya no se recuperó.
Perdido el apoyo de “os galegos”, lleva camino de perder también el de los vascos. Ahora anda invocando el “fair play”, -el juego limpio-, ¿sabrá donde vive a estas alturas?. Eso, se queda para los ingleses, que son los que inventaron el tennis, el fútbol, el badminton, el cricket, y demás juegos donde el Reglamento, una pelota y una raya, definen quien gana y quien pierde. Pero si ha leído a Salvador Madariaga, cosa que no es imposible porque era de su cuerda, aunque no parece que sea hombre “leído y escribido”, sabría que España es un país que se rige por el “Honor”, del mismo modo que los franceses lo hacen por el Derecho (le Droit). Aquí, el honor es patrimonio de cada uno, y generalmente está enfrentado con el del prójimo.
Sucede, que, en el país vasco los partidos se toleran en apariencia, pero en la realidad, se odian. Así mientras ha gobernado el PNV, en mayoría relativa, ha impuesto todo lo suyo como la norma de “lo vasco” -himno, bandera, policía, enseñanza, y todo lo demás que ha podido-; “trágala”, se llama a tal proceder. Así que se comprende las lágrimas y resistencia con que se opondrá a soltar el mango de la sartén. Por eso, entre otras razones, resulta difícil hacer cábalas para encontrar salida al panorama post electoral.
Más, volviendo al comienzo, hace menos de un año, ZP logró sacar adelante los disparatados presupuestos de Solbes, con el comprado apoyo de gallegos y vascos, porque sólo con sus socios catalanes no era suficiente, y los nacionalistas de Más, le dieron la espalda. Por si acaso, éste último termina de adelantar que con él no cuente tampoco en una próxima ocasión como “suplente” de las autonomías perdidas. Aunque ya se sabe, que “nunca se sabe” y nadie puede predecir de que es capaz un nacionalista catalán “con la sartén por el mango”.
En esas circunstancias, la necesidad de convocar elecciones anticipadas resultaría necesaria, y con el graderío en plena crisis y una brutal cifra de desempleados, no sería de recibo su oferta económica electoral; aunque “nunca se sabe”, ya se sabe.
A Ibarreche no le quieren de “lehendakari” ni en el PNV, y tienen claro que prescindirán de él si con ello pueden seguir en “el machito”, y cualquier socio PSE, o PP, les resulta impensable, humillante. El sentido democrático que tienen es muy particular y poco interpretable. El PSE, si ha de gobernar apoyado en el PP, será con la nariz tapada y mirando para otro lado, sentándose lo más retirado posible, sin rozarse a ser posible. Y todos ningunean a Rosa Díez. ¡Vaya lío!... y de todo ello, el perjudicado, el que se lleva la cornada, es ZP, que ni siquiera pasaba por allí. En realidad estaba pendiente, con Pepiño, mirando lo que pasaba en Galicia. Y, a todas estas, ETA callada.