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El comité de la ONU que supervisa el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 sostiene que el derecho al aborto forma parte integral de la “salud reproductiva”

Las Naciones Unidas, su política y sus directrices

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El pasado sábado 12 de marzo se reunió en Paris el I Foro One of Us (Uno de nosotros), cuyo presidente es Don Jaime Mayor Oreja, en el que unos 1300 líderes europeos analizaron la situación respecto a la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana, que por parte de partidos políticos y grupos de presión tratan de ser silenciados en Europa.

La aceptación social del aborto, las prácticas anticonceptivas, los vientres de alquiler, la ideología de género, que invocando la igualdad de los sexos, pretende eliminar la función de la familia, maternidad y paternidad, desvincular la sexualidad de la procreación que pasa a ser una carga que la mujer no debe soportar y si desea tener un hijo poder acudir a cualquiera de las técnicas de inseminación artificial que se ofrecen.

Si el inicio de la vida no goza de ninguna garantía, si el concebido y no nacido puede ser eliminado sin cortapisas, también el final de la vida está siendo ya cuestionado desde planteamientos eufemísticos que tratan de encubrir la manera de introducir la eutanasia como muerte digna.

Al mismo tiempo el Center for Family & Human Rights, primera organización próvida presente en los organismos de la ONU, advierte de que en la próxima Cumbre Humanitaria Mundial, que se reunirá en mayo en Estambul, se pretende que las Naciones Unidas implementen la tasa Tobín, sobre las transacciones financieras de divisas, como un ingreso propio para el sostenimiento de sus organismos a fin de no tener que rendir cuentas a los países que vienen hasta ahora contribuyendo.

Aunque estos organismos de la ONU se presentan como gestores de tareas humanitarias, lo cierto es que son los grandes impulsores de la reducción de la población a través de la implantación del aborto en todos los países, aunque digan que tratan de conseguir la salud sexual y reproductiva de la mujer. De hecho el organismo relativo a la población vincula sus ayudas a la eliminación de cualquier traba al aborto, difusión de anticonceptivos e incluso esterilización tanto de mujeres como de hombres.

Ellos siguen empeñados en conseguir un derecho mundial al aborto y una nueva definición de los sexos y la familia, aunque hasta el momento no han conseguido los apoyos suficientes en la Asamblea General, pero han encontrado la aceptación política de muchos países europeos, entre ellos España, que a través de un constante proceso de manipulación está inmersa en un invierno demográfico y en una destrucción progresiva de la familia, crisis mucho más honda que la económica y que puede dar al traste con el manoseado estado del bienestar.

También informa C-Fam que el comité de la ONU que supervisa el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 sostiene que el derecho al aborto forma parte integral de la “salud reproductiva” y que las naciones deben revocar las leyes que restrinjan el aborto y la sodomía, subvencionar el aborto mediante la asistencia médica nacional, exigir la educación sexual para los servicios de salud sexual y reproductiva sin el consentimiento de los padres, eliminar la protección a la objeción de conciencia, supervisar y controlar a los proveedores de asistencia médica privada, escuelas e instituciones dedicadas al cuidado de niños. Como puede verse unas directrices a las que nuestros políticos, de todos los colores, no parecen oponerse sino más bien secundarlas.

Las Naciones Unidas, su política y sus directrices

El comité de la ONU que supervisa el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 sostiene que el derecho al aborto forma parte integral de la “salud reproductiva”
Francisco Rodríguez
miércoles, 16 de marzo de 2016, 09:12 h (CET)
El pasado sábado 12 de marzo se reunió en Paris el I Foro One of Us (Uno de nosotros), cuyo presidente es Don Jaime Mayor Oreja, en el que unos 1300 líderes europeos analizaron la situación respecto a la defensa de la vida y la dignidad de la persona humana, que por parte de partidos políticos y grupos de presión tratan de ser silenciados en Europa.

La aceptación social del aborto, las prácticas anticonceptivas, los vientres de alquiler, la ideología de género, que invocando la igualdad de los sexos, pretende eliminar la función de la familia, maternidad y paternidad, desvincular la sexualidad de la procreación que pasa a ser una carga que la mujer no debe soportar y si desea tener un hijo poder acudir a cualquiera de las técnicas de inseminación artificial que se ofrecen.

Si el inicio de la vida no goza de ninguna garantía, si el concebido y no nacido puede ser eliminado sin cortapisas, también el final de la vida está siendo ya cuestionado desde planteamientos eufemísticos que tratan de encubrir la manera de introducir la eutanasia como muerte digna.

Al mismo tiempo el Center for Family & Human Rights, primera organización próvida presente en los organismos de la ONU, advierte de que en la próxima Cumbre Humanitaria Mundial, que se reunirá en mayo en Estambul, se pretende que las Naciones Unidas implementen la tasa Tobín, sobre las transacciones financieras de divisas, como un ingreso propio para el sostenimiento de sus organismos a fin de no tener que rendir cuentas a los países que vienen hasta ahora contribuyendo.

Aunque estos organismos de la ONU se presentan como gestores de tareas humanitarias, lo cierto es que son los grandes impulsores de la reducción de la población a través de la implantación del aborto en todos los países, aunque digan que tratan de conseguir la salud sexual y reproductiva de la mujer. De hecho el organismo relativo a la población vincula sus ayudas a la eliminación de cualquier traba al aborto, difusión de anticonceptivos e incluso esterilización tanto de mujeres como de hombres.

Ellos siguen empeñados en conseguir un derecho mundial al aborto y una nueva definición de los sexos y la familia, aunque hasta el momento no han conseguido los apoyos suficientes en la Asamblea General, pero han encontrado la aceptación política de muchos países europeos, entre ellos España, que a través de un constante proceso de manipulación está inmersa en un invierno demográfico y en una destrucción progresiva de la familia, crisis mucho más honda que la económica y que puede dar al traste con el manoseado estado del bienestar.

También informa C-Fam que el comité de la ONU que supervisa el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 sostiene que el derecho al aborto forma parte integral de la “salud reproductiva” y que las naciones deben revocar las leyes que restrinjan el aborto y la sodomía, subvencionar el aborto mediante la asistencia médica nacional, exigir la educación sexual para los servicios de salud sexual y reproductiva sin el consentimiento de los padres, eliminar la protección a la objeción de conciencia, supervisar y controlar a los proveedores de asistencia médica privada, escuelas e instituciones dedicadas al cuidado de niños. Como puede verse unas directrices a las que nuestros políticos, de todos los colores, no parecen oponerse sino más bien secundarlas.

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