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La transparencia sin paliativos es el elemento que falta en la actividad política

Escándalo político

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España es un desgobierno y los políticos que deberían poner orden en el desbarajuste creado se limitan a culparse mutuamente, evitando proclamar un sincero mea culpa porque todos ellos tienen un cierto grado de responsabilidad por la situación creada. En vez de mirar la mota que hay en el ojo del opositor, deberían hacer una mirada al propio ojo y descubrirían que en él hay una descomunal biga. Si la responsabilidad del otro por el desbarajuste existente es grande, la propia es monumental. ¿Qué ocurre que los políticos tengan tan poco de entendimiento y dejen de comportarse como niños mal criados? ¿De qué sirve sentarse en la mesa de negociación si todo acaba en desacuerdos? ¿Tan difícil es ver los graves problemas que tiene el país y que necesitan una solución urgente? La soluciones a medias con el fin de contentar a las partes que negocian, no resuelven los problemas planteados, todo lo contrario, alargan la agonía y el bienestar social se resiente.

La mayoría de los adalides políticos son universitarios. Poseen una esmerada educación académica, pero no han aprendido a resolver problemas. Las soluciones que aportan agravan todavía más los embrollos creados. Les falta cordura para deshacer los desatinos cometidos porque miran los asuntos de Estado desde la perspectiva egoísta de los intereses personales y de partido. Proclaman a los cuatro vientos un patriotismo en el que no creen, cuando realmente en lo que creen es en favorecer a los lobbys que los apoyan desde la trastienda y en conservar la poltrona. El interés por la ciudadanía solamente son declaraciones vacías de contenido.

España sigue estando con un gobierno de transición y los políticos que aspiran a gobernarla solamente aspiran a consolidar sus prebendas sin importarles lo más mínimo los sacrificios a que someten a la población debido a los recortes a que la han sometido para proteger a la banca y al saqueo de las arcas públicas debido a la corrupción sin entrañas.

Ni el PP, el partido más corrupto de todos, que debería entonar un sincero mea culpa por el desvalijo a que ha sometido las arcas públicas, ni los partidos que optan por alcanzar el gobierno, con su silencio respecto a este tema, dan a entender que poco les interesa acabar con ella. Los ciudadanos tenemos la sensación de que deberemos seguir pagando el peaje que conduce a la devaluación del estado del bienestar: Sanidad, educación, servicios sociales…Todo ello bajo mínimos.

En tanto sufre la población, los candidatos a gobernar España acusándose mutuamente. En un momento en que la salud y las vidas de millones de españoles se encuentran en peligro, sobran las buenas palabras. Lo que falta son obras. La voluntad de regenerar España se manifiesta andando en la justicia social, no hablando de ella. Las palabras se las lleva el viento. Estrechando las manos al salir de una negociación para la foto, no es garantía de que se realice el acuerdo pactado. Los políticos se aprovechan de la credulidad de los ciudadanos que siguen poniendo las papeletas en las urnas que les da legalidad a su gestión política. España tiene los gobernantes que se merece.

La manera de hacer política no solamente en España. Europa también está sumergida en un lodazal de corrupción y de incompetencia del que no se sabe como salir. La tendencia hacia la desintegración europea deje de ser una amenaza dependerá del concepto que se tenga del ser humano. Joan Fontrodona, dice: “La manera de dirigir será diferente si entendemos que el ser humano es un animal evolucionado que se mueve por instintos, o es un elemento que tiene sentido en función de un todo, o es un ser que merece ser tratado con cierta dignidad, o incluso si es una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios”. Si se tuviese el concepto de que todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios se tendría una manera muy distinta de gobernar y de dirigir las empresas ya que esto implicaría tratar a las personas con la dignidad que se mecen.

Desgraciadamente, el concepto del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios hoy no es políticamente correcto o, dicho con otras palabras, ahora no toca. A la persona se la tiene como el resultado de la evolución con lo cual se la considera como un objeto de usar y tirar. La explotación del hombre por el hombre es la consecuencia de dicha filosofía. ¿Qué explicación se le da a la explotación a que se somete a los trabajadores en las fábricas textiles y en las minas en los países subdesarrollados que permite que sus propietarios puedan ocupar los primaros puestos en el ranquing de las fortunas más grandes del mundo?

La tendencia de la explotación del hombre por el hombre solamente se podrá invertir en el momento que se considere al hombre como un ser creado a imagen y semejanza de Dios, lo cual, sólo será posible si se deja e creer que el hombre es un producto de la evolución y que ha sido creado por un Ser preexistente a la creación. Es sorprendente que muchos con Joan Drudis i Mauri digan que “somos una manera de sin necesidad de Dios y no porque hayan demostrado la no existencia de Dios”. En tanto esta sea la creencia generalizada será imposible poner fin a la explotación del hombre por el hombre.

Escándalo político

La transparencia sin paliativos es el elemento que falta en la actividad política
Octavi Pereña
martes, 15 de marzo de 2016, 01:01 h (CET)
España es un desgobierno y los políticos que deberían poner orden en el desbarajuste creado se limitan a culparse mutuamente, evitando proclamar un sincero mea culpa porque todos ellos tienen un cierto grado de responsabilidad por la situación creada. En vez de mirar la mota que hay en el ojo del opositor, deberían hacer una mirada al propio ojo y descubrirían que en él hay una descomunal biga. Si la responsabilidad del otro por el desbarajuste existente es grande, la propia es monumental. ¿Qué ocurre que los políticos tengan tan poco de entendimiento y dejen de comportarse como niños mal criados? ¿De qué sirve sentarse en la mesa de negociación si todo acaba en desacuerdos? ¿Tan difícil es ver los graves problemas que tiene el país y que necesitan una solución urgente? La soluciones a medias con el fin de contentar a las partes que negocian, no resuelven los problemas planteados, todo lo contrario, alargan la agonía y el bienestar social se resiente.

La mayoría de los adalides políticos son universitarios. Poseen una esmerada educación académica, pero no han aprendido a resolver problemas. Las soluciones que aportan agravan todavía más los embrollos creados. Les falta cordura para deshacer los desatinos cometidos porque miran los asuntos de Estado desde la perspectiva egoísta de los intereses personales y de partido. Proclaman a los cuatro vientos un patriotismo en el que no creen, cuando realmente en lo que creen es en favorecer a los lobbys que los apoyan desde la trastienda y en conservar la poltrona. El interés por la ciudadanía solamente son declaraciones vacías de contenido.

España sigue estando con un gobierno de transición y los políticos que aspiran a gobernarla solamente aspiran a consolidar sus prebendas sin importarles lo más mínimo los sacrificios a que someten a la población debido a los recortes a que la han sometido para proteger a la banca y al saqueo de las arcas públicas debido a la corrupción sin entrañas.

Ni el PP, el partido más corrupto de todos, que debería entonar un sincero mea culpa por el desvalijo a que ha sometido las arcas públicas, ni los partidos que optan por alcanzar el gobierno, con su silencio respecto a este tema, dan a entender que poco les interesa acabar con ella. Los ciudadanos tenemos la sensación de que deberemos seguir pagando el peaje que conduce a la devaluación del estado del bienestar: Sanidad, educación, servicios sociales…Todo ello bajo mínimos.

En tanto sufre la población, los candidatos a gobernar España acusándose mutuamente. En un momento en que la salud y las vidas de millones de españoles se encuentran en peligro, sobran las buenas palabras. Lo que falta son obras. La voluntad de regenerar España se manifiesta andando en la justicia social, no hablando de ella. Las palabras se las lleva el viento. Estrechando las manos al salir de una negociación para la foto, no es garantía de que se realice el acuerdo pactado. Los políticos se aprovechan de la credulidad de los ciudadanos que siguen poniendo las papeletas en las urnas que les da legalidad a su gestión política. España tiene los gobernantes que se merece.

La manera de hacer política no solamente en España. Europa también está sumergida en un lodazal de corrupción y de incompetencia del que no se sabe como salir. La tendencia hacia la desintegración europea deje de ser una amenaza dependerá del concepto que se tenga del ser humano. Joan Fontrodona, dice: “La manera de dirigir será diferente si entendemos que el ser humano es un animal evolucionado que se mueve por instintos, o es un elemento que tiene sentido en función de un todo, o es un ser que merece ser tratado con cierta dignidad, o incluso si es una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios”. Si se tuviese el concepto de que todas las personas son creadas a imagen y semejanza de Dios se tendría una manera muy distinta de gobernar y de dirigir las empresas ya que esto implicaría tratar a las personas con la dignidad que se mecen.

Desgraciadamente, el concepto del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios hoy no es políticamente correcto o, dicho con otras palabras, ahora no toca. A la persona se la tiene como el resultado de la evolución con lo cual se la considera como un objeto de usar y tirar. La explotación del hombre por el hombre es la consecuencia de dicha filosofía. ¿Qué explicación se le da a la explotación a que se somete a los trabajadores en las fábricas textiles y en las minas en los países subdesarrollados que permite que sus propietarios puedan ocupar los primaros puestos en el ranquing de las fortunas más grandes del mundo?

La tendencia de la explotación del hombre por el hombre solamente se podrá invertir en el momento que se considere al hombre como un ser creado a imagen y semejanza de Dios, lo cual, sólo será posible si se deja e creer que el hombre es un producto de la evolución y que ha sido creado por un Ser preexistente a la creación. Es sorprendente que muchos con Joan Drudis i Mauri digan que “somos una manera de sin necesidad de Dios y no porque hayan demostrado la no existencia de Dios”. En tanto esta sea la creencia generalizada será imposible poner fin a la explotación del hombre por el hombre.

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