“Una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas sociales se acerca a la muerte espiritual".
Comienzo con esta cita de Martin Luther King, porque creo que, desde mi perspectiva socialdemócrata, resume fielmente mi forma de pensar sobre este tema.
Cerca de 700 millones de armas ligeras recorren las calles de nuestro mundo. Más de 1.000 empresas juegan a la “ruleta rusa” con las vidas de millones de personas. El 60% de estas armas se encuentran en manos de civiles. Cada año se fabrican 8 millones de armas y 16.000 millones de municiones. ¡Más de 2 balas por cada hombre, mujer, niño o anciano de nuestro planeta!. ... ¿Qué mundo estamos creando?. o lo que es peor, ¿Qué mundo estamos dejando a nuestros hijos?.
Cada año más de 500.000 personas mueren por el disparo de un arma convencional. Una persona por minuto. De hecho, mientras lees estas palabras muere una persona. Cuando termines habrán muerto dos. En la actualidad existen más de 300.000 niños-soldados que participan en conflictos armados. Niños que no tuvieron la oportunidad de elegir entre un balón de fútbol o un juguete. Niños que fueron reclutados sistemáticamente por la barbarie de la guerra.
Si nos fijamos en el Gobierno de Zapatero (PSOE), las cifras son alarmantes. El actual Gobierno de Zapatero destina más de 20.000 millones de euros para gasto militar, o lo que es lo mismo, más de 51 millones de euros al día. El presupuesto para investigación militar del actual Gobierno supone el triple que el dedicado por este mismo Gobierno a investigación científica básica, que es la fuente principal de financiación de las universidades. Ese presupuesto para investigación militar es 25 veces que el dedicado a investigación agraria, o 30 veces mayor que el dedicado a investigación oceanográfica y pesquera. Lo más alarmante de todo es que estos datos se superan a si mismos cada año. La tendencia del Estado español es aumentar el gasto militar cada año.
Los vascos y vascas contribuimos a esta cifra con el 6,24% de esos fondos. Imagínense la cantidad de programas sociales, ayudas, mejoras que podríamos realizar con esos fondos. Destinar esa partida económica a incrementar otras partidas como sanidad, educación o bienestar social, con el objetivo de lograr una sociedad más justa e igualitaria, una sociedad basada en los derechos humanos y la solidaridad, una sociedad basada en el bienestar.
Desde mi tribuna alzo la voz y digo claramente “estoy en contra de la existencia de los ejércitos”; estoy en contra de malgastar y destinar el dinero en estos menesteres, sobretodo cuando hay personas que viven en la pobreza, cuando hay personas sin empleo, cuando hay necesidades sanitarias, y sociales.
...Las casas se comienzan por los cimientos, nunca por los tejados. Y los cimientos de una casa son el bienestar social de todas aquellas personas que habitan en la casa, la sanidad, la educación, sus oportunidades, la igualdad, la solidaridad, etc. Todos estos valores y principios son los que nos permitirán en un futuro poder ponernos el cartel de “demócratas”
... Por una sociedad más justa e igualitaria, ....por una sociedad con mayor gasto social.