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El “Egun on”, “Buenos días” vasco con que saludó la presidenta, sólo fue el comienzo de la demostración de lo que parece ser una decisión

23F: Uxue Barkos en Madrid

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El 23 F es una fecha singular: En 1981, el teniente coronel Tejero, con la UCD en el Gobierno, la lio parda en el Congreso de los Diputados con un episodio que ha quedado para la historia negra de la democracia. Dos años más tarde, gobernando el PSOE, se expropió Rumasa y salieron a la luz los entresijos de la empresa de la abeja y los modos de aquel Gobierno de Felipe González en el que Miguel Boyer era el Ministro de Economía y Hacienda que se ocupó del asunto.

El 23 F de este año, no hay dos sin tres, con el PP gobernando en funciones, el día traía sucesos. Como hace tiempo se hacía con Lagartijo en Las Ventas, en Madrid se anunciaba a la presidenta de Navarra en dos actos: Comparecencia publicitada ante la tribuna de Nueva Economía Fórum en el hotel Ritz. Y, acompañando a Podemos, Izquierda Unida-Unión Popular, PNV y EH-Bildu, después y sin publicidad, presentación en el Congreso de los Diputados de la proposición no de ley con la que se insta al Gobierno para que retire los recursos presentados ante el Tribunal Constitucional contra 17 leyes navarras por supuesta inconstitucionalidad.

Al comienzo del primero de los actos, en una de las mesas de la prensa se puntualizaba el nombre de la Presidenta navarra Uxue Barkos. Y su voluntad de “euskerizar” nombre y apellidos para perder “barcos” en favor del supuestamente euskaldun “barkos”; y mutar la grafía “Ujué”, que corresponde a una virgen navarra, por el “Uxue” vascongado. Hubo quien incluso tradujo “uxue” a “paloma”, asoció éstas a las “ratas volanderas” que se mueven entre porquerías urbanas, y lamentó una decisión que, según él, supone cambiar lo virginal por una rata con plumas.

Pero, aunque lo del nombre podría ser una simple anécdota, la realidad es que la voluntad de la presidenta por euskerizar (si es que la palabra euskerizar existe) no se reduce sólo a su nombre. Su presentador, Daniel Innerarity, que es filósofo y director del Instituto Gobernanza Democrática, recordó una frase suya que, dijo, la define: “Soy una presidenta abertzale en una Navarra que no lo es”.

Desde ese supuesto, cabía repasar la significación de abertzale en el diccionario (Dicho de un movimiento político y social vasco y de sus seguidores: Nacionalista vasco) y entender que su uso se ha restringido al concepto de nacionalista vasco radical de izquierdas.

A partir de ahí, apareció la alarma. El “Egun on”, “Buenos días” vasco con que saludó la presidenta, sólo fue el comienzo de la demostración de lo que parece ser una decisión. En la mesa principal, estaban algunos políticos vascos presididos por Andoni Ortuzar, antiguo presidente del Bizkai Buru Batzar y actual presidente del Partido Nacionalista Vasco, acompañando para unos y vigilando según otros que la presidenta Barkos siguiera por cauces nacionalistas. Era posible se mantuviera en el nacionalismo. Pero también que hiciera algún feo a los llamados “jeltzales” partidarios del JEL (Jaungoikoa eta Legezarra), viejo lema del PNV “Dios y Ley antigua”.

Pero Barkos no se apartó de lo que parecía un guion: Quiero hablar de mis primeros 7 meses de gobierno. Cuando la gobernabilidad es algo complejo, veamos qué pasa en Navarra. Ahora contamos con un gobierno plural y fracturado. En mayo cambió el equilibrio con diálogo entre diferentes. Son 7 siglas en el Parlamento navarro y 50 parlamentarios. Hubo cambio de gobierno gracias al entendimiento entre Geroa Bai, Bildu, Podemos y Esquerra. Mantenemos abierta la puerta al PSOE. Empezamos con acuerdos programáticos, previendo que iba a haber discrepancias y acordando cómo solventarlas. No recurrimos a fórmulas multipartidistas y prevenimos las tensiones entre partidos con un organigrama con dos vicepresidencias (económica y de contenido social) sin contenido político. Así se formó un gobierno a medida de lo que salió de las urnas, con una estabilidad que permite la Reforma Fiscal, aprobar los Presupuestos, y un cambio de prioridades para conseguir metas sociales. Frente a la crisis, restañar heridas buscando competitividad y superar la mala gestión de UPN por falta de sensibilidad social.

Una a una, con precisión tecnócrata sin concesiones ideológicas, la presidenta fue desgranando propósitos (Apuesta por la Industria, Educación, Salud, Hoja de ruta en 10 programas a desarrollar. Empleo de calidad…) y citando algunos logros (PIB en aumento, 6.000 personas más ocupadas…) antes de entrar en lo que parecía una concesión para oyentes-vigilantes.

Fue al tratar de “Las Relaciones con el entorno con alianzas estratégicas” donde la presidenta concentró la atención en lo que traía preparado: Una visión sobre una euro-región con Euskadi (a pedir el 18 de marzo en la Asamblea de euro-región) de 10 millones de habitantes con parte de la Aquitania de la República francesa y relacionada con las comunidades autónomas limítrofes, de Aragón y Rioja, para posicionar a Navarra en el plano internacional y reforzar su presencia en las instituciones europeas.

Después se dedicó a las relaciones de Navarra con el Estado: La crisis recentralizó la situación y produjo limitaciones que venían del Estado y ataques insolidarios y faltos de rigor. La aportación de Navarra, a pesar de la crisis, ha crecido. Recibe dinero del Estado según la población y aporta a las arcas del Estado según el PIB. Si el Gobierno prescindiera del concierto económico foral, sería romper un acuerdo. El futuro Ejecutivo nacional, sea el que sea, encontrará en Navarra un socio leal implicado en la defensa de los derechos históricos navarros y en su autogobierno.

Antes de terminar su discurso, lanzó una advertencia que, leída, adquirió tintes de dureza: En la legislatura caminamos firmes… Nuestro mercado laboral necesita reformas para que los recursos humanos no vayan tras las necesidades. Esto va a producir cambios “que pueden ser por la violencia o por consenso. Tratar de sostener esquemas viejos es una miopía. Estamos en tránsito a una segunda transición en la que hay que tener en cuenta la diversidad”

Después, en el turno de preguntas de la prensa, mantuvo el mismo tono. Ora unas advertencias: “Pedro Sánchez debe saber hasta dónde va a llevar este barco, parece una buena apuesta”. Ahora el 30 % “vasquista” no está invisible. Ora regates dialécticos: “El ERE de TRV se debe a pérdidas de años anteriores”. No sabe si, como ha pasado en Pamplona, la unión de Podemos y Bildu podrán desplazar al PNV en Euskadi. Ora la disculpa “Comprendo a los padres que tendrán que cambiar a sus hijos para que reciban una educación en castellano, pero en Pamplona hay 13 escuelas en castellano y 4 en euskera”. Y un intento de posicionarse frente a la Corona: No es una “chistorrada” modificar la entrega de los Premios Príncipe de Viana, sino evitar el “chirrido histórico” que supone que sonara la marcha real en el acto”.

Al terminar, un pamplonés enunció el programa:

“Ahora va al Congreso con los suyos”

Faltó que alguien precisara quiénes son los suyos. Porque hay quien piensa que todos los navarros no.

23F: Uxue Barkos en Madrid

El “Egun on”, “Buenos días” vasco con que saludó la presidenta, sólo fue el comienzo de la demostración de lo que parece ser una decisión
José Luis Heras Celemín
miércoles, 24 de febrero de 2016, 08:15 h (CET)
El 23 F es una fecha singular: En 1981, el teniente coronel Tejero, con la UCD en el Gobierno, la lio parda en el Congreso de los Diputados con un episodio que ha quedado para la historia negra de la democracia. Dos años más tarde, gobernando el PSOE, se expropió Rumasa y salieron a la luz los entresijos de la empresa de la abeja y los modos de aquel Gobierno de Felipe González en el que Miguel Boyer era el Ministro de Economía y Hacienda que se ocupó del asunto.

El 23 F de este año, no hay dos sin tres, con el PP gobernando en funciones, el día traía sucesos. Como hace tiempo se hacía con Lagartijo en Las Ventas, en Madrid se anunciaba a la presidenta de Navarra en dos actos: Comparecencia publicitada ante la tribuna de Nueva Economía Fórum en el hotel Ritz. Y, acompañando a Podemos, Izquierda Unida-Unión Popular, PNV y EH-Bildu, después y sin publicidad, presentación en el Congreso de los Diputados de la proposición no de ley con la que se insta al Gobierno para que retire los recursos presentados ante el Tribunal Constitucional contra 17 leyes navarras por supuesta inconstitucionalidad.

Al comienzo del primero de los actos, en una de las mesas de la prensa se puntualizaba el nombre de la Presidenta navarra Uxue Barkos. Y su voluntad de “euskerizar” nombre y apellidos para perder “barcos” en favor del supuestamente euskaldun “barkos”; y mutar la grafía “Ujué”, que corresponde a una virgen navarra, por el “Uxue” vascongado. Hubo quien incluso tradujo “uxue” a “paloma”, asoció éstas a las “ratas volanderas” que se mueven entre porquerías urbanas, y lamentó una decisión que, según él, supone cambiar lo virginal por una rata con plumas.

Pero, aunque lo del nombre podría ser una simple anécdota, la realidad es que la voluntad de la presidenta por euskerizar (si es que la palabra euskerizar existe) no se reduce sólo a su nombre. Su presentador, Daniel Innerarity, que es filósofo y director del Instituto Gobernanza Democrática, recordó una frase suya que, dijo, la define: “Soy una presidenta abertzale en una Navarra que no lo es”.

Desde ese supuesto, cabía repasar la significación de abertzale en el diccionario (Dicho de un movimiento político y social vasco y de sus seguidores: Nacionalista vasco) y entender que su uso se ha restringido al concepto de nacionalista vasco radical de izquierdas.

A partir de ahí, apareció la alarma. El “Egun on”, “Buenos días” vasco con que saludó la presidenta, sólo fue el comienzo de la demostración de lo que parece ser una decisión. En la mesa principal, estaban algunos políticos vascos presididos por Andoni Ortuzar, antiguo presidente del Bizkai Buru Batzar y actual presidente del Partido Nacionalista Vasco, acompañando para unos y vigilando según otros que la presidenta Barkos siguiera por cauces nacionalistas. Era posible se mantuviera en el nacionalismo. Pero también que hiciera algún feo a los llamados “jeltzales” partidarios del JEL (Jaungoikoa eta Legezarra), viejo lema del PNV “Dios y Ley antigua”.

Pero Barkos no se apartó de lo que parecía un guion: Quiero hablar de mis primeros 7 meses de gobierno. Cuando la gobernabilidad es algo complejo, veamos qué pasa en Navarra. Ahora contamos con un gobierno plural y fracturado. En mayo cambió el equilibrio con diálogo entre diferentes. Son 7 siglas en el Parlamento navarro y 50 parlamentarios. Hubo cambio de gobierno gracias al entendimiento entre Geroa Bai, Bildu, Podemos y Esquerra. Mantenemos abierta la puerta al PSOE. Empezamos con acuerdos programáticos, previendo que iba a haber discrepancias y acordando cómo solventarlas. No recurrimos a fórmulas multipartidistas y prevenimos las tensiones entre partidos con un organigrama con dos vicepresidencias (económica y de contenido social) sin contenido político. Así se formó un gobierno a medida de lo que salió de las urnas, con una estabilidad que permite la Reforma Fiscal, aprobar los Presupuestos, y un cambio de prioridades para conseguir metas sociales. Frente a la crisis, restañar heridas buscando competitividad y superar la mala gestión de UPN por falta de sensibilidad social.

Una a una, con precisión tecnócrata sin concesiones ideológicas, la presidenta fue desgranando propósitos (Apuesta por la Industria, Educación, Salud, Hoja de ruta en 10 programas a desarrollar. Empleo de calidad…) y citando algunos logros (PIB en aumento, 6.000 personas más ocupadas…) antes de entrar en lo que parecía una concesión para oyentes-vigilantes.

Fue al tratar de “Las Relaciones con el entorno con alianzas estratégicas” donde la presidenta concentró la atención en lo que traía preparado: Una visión sobre una euro-región con Euskadi (a pedir el 18 de marzo en la Asamblea de euro-región) de 10 millones de habitantes con parte de la Aquitania de la República francesa y relacionada con las comunidades autónomas limítrofes, de Aragón y Rioja, para posicionar a Navarra en el plano internacional y reforzar su presencia en las instituciones europeas.

Después se dedicó a las relaciones de Navarra con el Estado: La crisis recentralizó la situación y produjo limitaciones que venían del Estado y ataques insolidarios y faltos de rigor. La aportación de Navarra, a pesar de la crisis, ha crecido. Recibe dinero del Estado según la población y aporta a las arcas del Estado según el PIB. Si el Gobierno prescindiera del concierto económico foral, sería romper un acuerdo. El futuro Ejecutivo nacional, sea el que sea, encontrará en Navarra un socio leal implicado en la defensa de los derechos históricos navarros y en su autogobierno.

Antes de terminar su discurso, lanzó una advertencia que, leída, adquirió tintes de dureza: En la legislatura caminamos firmes… Nuestro mercado laboral necesita reformas para que los recursos humanos no vayan tras las necesidades. Esto va a producir cambios “que pueden ser por la violencia o por consenso. Tratar de sostener esquemas viejos es una miopía. Estamos en tránsito a una segunda transición en la que hay que tener en cuenta la diversidad”

Después, en el turno de preguntas de la prensa, mantuvo el mismo tono. Ora unas advertencias: “Pedro Sánchez debe saber hasta dónde va a llevar este barco, parece una buena apuesta”. Ahora el 30 % “vasquista” no está invisible. Ora regates dialécticos: “El ERE de TRV se debe a pérdidas de años anteriores”. No sabe si, como ha pasado en Pamplona, la unión de Podemos y Bildu podrán desplazar al PNV en Euskadi. Ora la disculpa “Comprendo a los padres que tendrán que cambiar a sus hijos para que reciban una educación en castellano, pero en Pamplona hay 13 escuelas en castellano y 4 en euskera”. Y un intento de posicionarse frente a la Corona: No es una “chistorrada” modificar la entrega de los Premios Príncipe de Viana, sino evitar el “chirrido histórico” que supone que sonara la marcha real en el acto”.

Al terminar, un pamplonés enunció el programa:

“Ahora va al Congreso con los suyos”

Faltó que alguien precisara quiénes son los suyos. Porque hay quien piensa que todos los navarros no.

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