Es un suponer... como suele terminar sus frases Epifanio del Cristo Martínez cada vez que se aventura a exponer una opinión de cierto riesgo, a la que luego el tiempo suele terminar dándo la razón. Sabido es que según el Diccionario de uso del Español de María Moliner, “hacer trizas” a una persona, en sentido figurado, equivale a “dejarla muy abatida, cansada, maltrecha o trastornada en una lucha, en una discusión o con cualquier motivo”. Esto parece estar pasando al PP, pero no por los infundios y mentiras de ZP y su marioneta “Pepiño”, sino por las luchas intestinas de los gerifaltes que se comportan como “títeres de cachiporra”.
En un esperpéntico y postrer esfuerzo Rajoy proclama haber inventado un “nuevo” patriotismo que “devuelva la ilusión a los españoles”. No puede calar en el ánimo de nadie más que en el de sus corifeos, porque esa clase de sentimientos pertenecen al acervo de todo un pueblo como patrimonio de bienes inmateriales acumulados durante siglos de lucha y sacrificios. ¡Como para inventarse otro en una tarde de despacho!... Se le llena la boca “garantizando”, pero, ¿quién le garantiza a él? Mayor Oreja habla de su partido como un cirujano de lo que sucede dentro de un quirófano, un lugar donde no se permite el paso a nadie más que a las personas “autorizadas”, y él se encarga de contar cómo van las cosas; más, en política, esos tiempos ya pasaron, la gente sabe mucho y no se conforma con escamoteos.
Solo hay un culpable del vapuleo actual del Partido Popular. Todo comenzó con el “elegante” gesto de Aznar de que a los ocho años de mandato se retiraría. ¿Dónde figuraba tal requisito? Aparte de que está por ver si hubiera resistido el trágico atentado de Atocha, pero ese es, como se dice, otro tema. Hizo mutis voluntario por el foro, pero antes alargó su dedo prodigioso y señaló: - Tú, Mariano –y, la Dedocracia funcionó. ¿Comenzaron ahí los males? Mientras los partidos en España no sean ciertamente democráticos desde la base se arrastrarán vicios del pasado totalitarismo, eso lo saben hasta los niños.
Hay muchos que añoran el eficaz tratamiento que el equipo económico de José Maria Aznar dio a la España, también “hecha trizas” que dejaron Felipe González -el de la corrupción- y el ínclito Solbes, y pretenden su retorno. De momento ya ha dado su taxativo punto de vista: “Esto es un desastre total”, “El PP camina hacia la demolición”. España ha de salvarse a sí misma, no necesita quien le salve; se volvería a las andadas. Si se cumplen los vaticinios y se da un cataclismo “pepero” en las elecciones autonómicas y europeas, Rajoy, lógicamente, tirará la toalla o se la harán tirar de un empujón. Entonces será el momento de enderezar yerros. Dejar que la democracia funcione, y, de entre los capacitados del PP, Rato, Aguirre, Gallardón, Zaplana, o quien sea, pero sustentado, y que las bases elijan libremente a alguien capaz de encumbrar al nuevo equipo económico preparado para instaurar el orden económico que el país necesita, si es que Solbes ha dejado alguna piedra sobre la que comenzar la reconstrucción, y se consigue encontrar el modo de tapar la boca de ZP para que deje de engañar al personal.