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El amor va más allá, permitiéndonos entender y compartir con el otro

Amar es resonar

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RESONAR se refiere a esos micro momentos de conexión que experimentamos cuando se da un momento de experiencia positiva a través del amor, que lo vivencias en tu interior, con la otra persona y el medio. Esa resonancia positiva es el núcleo y la esencia del amor.

Dice Barbara Fredrickson psicología positiva, y una de las grandes expertas a nivel mundial sobre las emociones positivas y su efecto transformador en las personas. En su obra Amor 2.0: Cómo nuestra emoción suprema afecta todo lo que sentimos, pensamos, hacemos y en lo que nos convertimos, nos plantea que el amor en todas sus versiones, es fundamental para el desarrollo humano. Así echa por tierra esa creencia de que el amor es una emoción que a la larga llega a ser negativa.

Sin duda alguna debemos entender que el amor es una emoción, donde participan como una orquesta afinadisima que conforman mente y cuerpo de manera dinámica, es una oleada biológica donde el cariño mutuo y el sentirse bien nos envuelve. Es tan mágico que la ciencia a demostrado que por unos pocos pero intensos micro momentos somos capaces de conectarnos con el otro mediante lo que se denomina la emoción compartida y claro está a mayor calidad de amor mayor cantidad de momentos especiales viviremos, mejor nos vamos a sentir, lo que incide directamente sobre nuestro bienestar físico y psicológico, por tanto el amor nos hace seres más saludables, más felices e incluso hasta más inteligentes según los estudios sobre las emociones desarrollados por Frederickson.

Las personas cuando amamos a una persona, nuestra pareja, nuestro hijo, a un amigo, esto nos hace que nuestro cuerpo, en palabras de la autora: Resuene, a este concepto lo denominamos la resonancia positiva e implicar llegar a un proceso de conexión con ese alguien relevante, que nos hace entrar en sincronía con esa persona. Inmediatamente el lenguaje corporal y no verbal en general, se sincroniza y ambas personas parecen sintonizar. Pero es curioso además descubrir que en ese preciso momento nuestra bioquímica y la del otro comienzan a imitarse.

Este efecto de resonancia hace que se fortalezca la conexión entre nuestro corazón y nuestro cerebro y nos hace más saludables cuando amamos a los demás. Los estudios longitudinales, desarrollados a lo largo del tiempo han demostrado que las personas que consiguen resonar están más conectadas socialmente viven más felices sanas.

El amor debe de ir dirigido a las personas cercanas a nosotros como la pareja, familiares o amigos, pero debe de ir más allá, el amor es una emoción que forma parte de nuestra vida. No podemos permitir perdernos esas oportunidades de dar amor, de potenciar nuestro bienestar. Por muchos micro momentos que experimentemos, si no trascendemos en la emoción, yendo más allá, incluso con un extraño.

Además es importante que entres en sintonía con la persona con la que has decidido compartir tu vida por ello cuídala como un jardín, a diario y con mimo, potencia el encuentro y la vivencia de lo excepcional.

Como ves el amor surte ese efecto que impacta sobre todo nuestro ser, potenciando nuestra salud, nos enriquece y nos mejora aumentando nuestro bienestar físico y psicológico.

Pero el amor va más allá, permitiéndonos entender y compartir con el otro, esa persona a la que le brindamos nuestra empatía, nuestras mejores emociones y con la que podemos conectarnos. Así además debemos de entender que en estas ocasiones el dolor nos mueve a la compasión como expresión de nuestro amor hacia la otra personas.

Por lo tanto debemos entender el amor como un todo, es decir, esa emoción positiva que nos hace crecer y potenciar nuestras vidas y la de los otros, a los que dirigimos nuestro amor, como donantes de bienestar que somos.

Amar es resonar

El amor va más allá, permitiéndonos entender y compartir con el otro
José J. Rivero
domingo, 14 de febrero de 2016, 11:23 h (CET)
RESONAR se refiere a esos micro momentos de conexión que experimentamos cuando se da un momento de experiencia positiva a través del amor, que lo vivencias en tu interior, con la otra persona y el medio. Esa resonancia positiva es el núcleo y la esencia del amor.

Dice Barbara Fredrickson psicología positiva, y una de las grandes expertas a nivel mundial sobre las emociones positivas y su efecto transformador en las personas. En su obra Amor 2.0: Cómo nuestra emoción suprema afecta todo lo que sentimos, pensamos, hacemos y en lo que nos convertimos, nos plantea que el amor en todas sus versiones, es fundamental para el desarrollo humano. Así echa por tierra esa creencia de que el amor es una emoción que a la larga llega a ser negativa.

Sin duda alguna debemos entender que el amor es una emoción, donde participan como una orquesta afinadisima que conforman mente y cuerpo de manera dinámica, es una oleada biológica donde el cariño mutuo y el sentirse bien nos envuelve. Es tan mágico que la ciencia a demostrado que por unos pocos pero intensos micro momentos somos capaces de conectarnos con el otro mediante lo que se denomina la emoción compartida y claro está a mayor calidad de amor mayor cantidad de momentos especiales viviremos, mejor nos vamos a sentir, lo que incide directamente sobre nuestro bienestar físico y psicológico, por tanto el amor nos hace seres más saludables, más felices e incluso hasta más inteligentes según los estudios sobre las emociones desarrollados por Frederickson.

Las personas cuando amamos a una persona, nuestra pareja, nuestro hijo, a un amigo, esto nos hace que nuestro cuerpo, en palabras de la autora: Resuene, a este concepto lo denominamos la resonancia positiva e implicar llegar a un proceso de conexión con ese alguien relevante, que nos hace entrar en sincronía con esa persona. Inmediatamente el lenguaje corporal y no verbal en general, se sincroniza y ambas personas parecen sintonizar. Pero es curioso además descubrir que en ese preciso momento nuestra bioquímica y la del otro comienzan a imitarse.

Este efecto de resonancia hace que se fortalezca la conexión entre nuestro corazón y nuestro cerebro y nos hace más saludables cuando amamos a los demás. Los estudios longitudinales, desarrollados a lo largo del tiempo han demostrado que las personas que consiguen resonar están más conectadas socialmente viven más felices sanas.

El amor debe de ir dirigido a las personas cercanas a nosotros como la pareja, familiares o amigos, pero debe de ir más allá, el amor es una emoción que forma parte de nuestra vida. No podemos permitir perdernos esas oportunidades de dar amor, de potenciar nuestro bienestar. Por muchos micro momentos que experimentemos, si no trascendemos en la emoción, yendo más allá, incluso con un extraño.

Además es importante que entres en sintonía con la persona con la que has decidido compartir tu vida por ello cuídala como un jardín, a diario y con mimo, potencia el encuentro y la vivencia de lo excepcional.

Como ves el amor surte ese efecto que impacta sobre todo nuestro ser, potenciando nuestra salud, nos enriquece y nos mejora aumentando nuestro bienestar físico y psicológico.

Pero el amor va más allá, permitiéndonos entender y compartir con el otro, esa persona a la que le brindamos nuestra empatía, nuestras mejores emociones y con la que podemos conectarnos. Así además debemos de entender que en estas ocasiones el dolor nos mueve a la compasión como expresión de nuestro amor hacia la otra personas.

Por lo tanto debemos entender el amor como un todo, es decir, esa emoción positiva que nos hace crecer y potenciar nuestras vidas y la de los otros, a los que dirigimos nuestro amor, como donantes de bienestar que somos.

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