Empezaba la semana con la presentación de la penúltima campaña propagandística del Presidente de Gobierno; ese señor que ostenta el récord mundial de destrucción de empleo en un año. El llamado “Plan E”. Que digo yo que lo han llamado así porque el “Plan A”, el “Plan B”, el C y el D ya han fallado estrepitosamente y aquí la cosa no sólo no mejora sino que empeora a pasos agigantados. El Plan de Estabilidad de la UE que permite un máximo de déficit público del 3% ha sido incumplido por España y se nos anuncia que el año que viene volverá a incumplirse. Ya veremos si la cosa no trae consecuencias, máxime teniendo en cuenta que parece que a Alemania no le va a gustar un pelo. Mientras los socialistas dilapidan el dinero de todos en geniales ocurrencias como el reparto de bombillas al por mayor, el paro sigue disparado y rondando cuando acabe este trimestre el 15%, acabando el año posiblemente con más de 4 millones de españoles en paro. El índice de confianza de los españoles ha caído más bajo que el hormigón en el derrumbado túnel del AVE a Valencia de la incompetente Magdalena Álvarez. El precio de la vivienda ha caído por primera en 15 años (supongo que en Ferraz estarán de fiesta) con el consiguiente perjuicio de los propietarios de viviendas y el problema para muchas familias cuya vivienda vale ahora menos que el precio que, hipoteca mediante, pagaron en su día. Si esto fuera poco, Standard & Poor´s amenaza con rebajar a finales de enero la clasificación de España –a Grecia ya se lo han rebajado- y el riesgo de quiebra del Reino de España alcanza ya, según los mercados, el 9%. Hasta el turismo –ese turismo de sol y playa con el que los socialistas y ecologistas querían terminar allá por 2004- ha comenzado a lastrar nuestra maltrecha economía. Los comedores sociales de la Iglesia Católica, que debe de ser malvadísima pero que a la hora de la verdad es, a diferencia de unos carísimos e ineficientes servicios sociales, la que atiende a los necesitados –familias enteras-, no dan abasto para atender a todos los nuevos pobres que el socialismo patrio anda creando y que van allí comer caliente.

Más ZP tiene un plan para poner freno a la recesión. Un plan con “P de Propaganda”: lanzar una web en la red. O sea, una web dirigida a la gente joven –por algún extraño motivo los políticos creen que esto de Internet es cosa de jóvenes-, que es quien más desencantada anda con los socialistas: de un piso y un ordenador al paro.

Pues bien, si el otro día escribía sobre el hito en la blogosfera que ha supuesto el “caso Carmen Martínez Castro” y el desconocimiento de los partidos políticos españoles acerca de la revolución de Internet ha supuesto para la comunicación el PSOE ha tardado bien poco en confirmarlo. En menos de 48 horas se ha inundado la red con chistes sobre el “Plan “¿ehhhhh?”; se están creando grupos en redes sociales de gente choteándose del gobierno, son decenas los blogueros que han comentado la metedura de pata…

Por una vez, creo que el PSOE, verdadero maestro del agit-prop, ha cometido un error de comunicación de principiante: pensar que la red funciona como la televisión, la radio o la prensa escrita. Los de José Blanco han creído que con crear una página web vistosilla e insertar un anuncio publicitario ya estaba hecha la cosa. Pues no. La característica principal, que diferencia a la red de redes del resto de medios de comunicación es su bidireccionalidad. En Internet el espectador, el internauta, no se limita a ser el receptor del mensaje, sino que a su vez opina, produce, modifica. Y con eso, es evidente, no habían contado. Y es que ya nada es como era. Ni tan siquiera para Rubalcaba.