Sin duda alguna cuando imaginas a tu jefe, al directivo que lleva el departamento donde trabajas, a esos grandes líderes de esa empresas donde te hubiese gustado trabajar, lo primero que piensas es que los líderes son esas personas que toman decisiones constantemente.
Por esa misma razón sabes que liderar no solo implica tomar decisiones frías alejadas de las personas, nos encontramos con esas personas que deciden con emociones. Sin duda alguna, te habrás pensado en que para ser un líder debemos de estar formados en miles de conocimientos profesionales que hacen del líder una persona con un alto rendimiento profesional. Es lo que forman las universidades, líderes técnicos que saben responder a problemas técnicos, pero no gestionan emociones, ni se centran en las personas.
El líder crece y se desarrolla a través de un camino de la experiencias vivida, por esa razón la práctica lo hacen tomar contacto con las personas. Así el líder no solo debe de almacenar conceptos e información sino convivencia, comunicación y gestión personal.
Eso hace del líder un ser transformador que potencia el rendimiento persona y profesional de la organización a partir de esa visión global y de la lectura de la emoción global por la que atraviesa la organización.
Por lo tanto van a jugar un papel fundamental en el crecimiento del líder la empatía como herramienta fundamental para potenciar a las personas, conjuntamente con la inteligencia emocional, ambas competencias nos ayudan a conservar el talento de la organización.
Pero una de las competencias fundamentales y menos cotizadas dentro del liderazgo es la resiliencia, esa capacidad que hace que el líder enfrente la adversidad, esa capacidad de superar los problemas con altos niveles de eficacia personal, esos altos niveles potencian la autoconfianza personal y la perseverancia en post de crecer y aprender de los momentos complejos por los que atraviesa la organización y de la que debe de salir reforzada.
La resiliencia ayuda a la organización a crecer, cada momento es especial en el desarrollo de la vida de la misma y el líder resiliente es aquel que lee de manera eficaz la historia por la que atraviesa la organización en cada momento. Pero además es capaz de construir un significado y una historia común en la organización, donde cada miembro forma parte esencial de un equipo común potenciando y conservando el talento y la vida de las personas.
Para terminar es importante dar un papel crucial entre las competencias del líder al sentido del humor, es capacidad, casi olvidada de encontrar, esa chispa que potencia la alegría, desde lo cómico en la propia adversidad, alejando así a las personas del foco de tensión que nos plantea el problema, los que nos permite relativizar los problemas, potenciando la creatividad para la construcción de nuevas soluciones.