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Y como la vida misma, la sociedad política española vive en un carnaval perpetuo

La vida es un gran carnaval

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El carnaval es una celebración que tiene lugar inmediatamente antes del inicio de la cuaresma cristiana, que se inicia a su vez con el Miércoles de Ceniza, que tiene fecha variable (entre febrero y marzo según el año).

Y como la vida misma, la sociedad política española vive en un carnaval perpetuo, disfrazando la realidad, y dejando a la deriva al conjunto de la sociedad española. Se olvidan que son servidores del pueblo, y montan sus propias algarabías y aquelarres carnavalescos, para no ver ni observar toda la podredumbre que tienen en las filas de sus respectivos partidos políticos.

El carnaval combina algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. Por extensión se llaman así algunas fiestas similares en cualquier época del año. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol.

En sus inicios, probablemente con un cierto sentido del pudor propio de la religión, el Carnaval era un desfile en que los participantes vestían disfraces y usaban máscaras. Sin embargo, la costumbre fue transformando la celebración hasta su forma actual. El origen de su celebración parece probable de las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto.

Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio romano, desde donde se expandió la costumbre por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles y portugueses a partir del siglo XV. No obstante, la fiesta del carnaval tal y como la conocemos hoy en día solo comenzó a existir con total seguridad a partir de siglo VII, fecha en la cual se tienen pruebas escritas de su existencia.

Los etnólogos encuentran en el carnaval elementos supervivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno (Saturnalia), las celebraciones dionisíacas griegas y romanas (Bacanales), las fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas.

A comienzos de la Edad Media la Iglesia Católica propuso una etimología de carnaval: del latín vulgar carnem-levare, que significa 'abandonar la carne' (lo cual justamente era la prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de la Cuaresma).

Posteriormente surgió otra etimología que es la que actualmente se maneja en el ámbito popular: la palabra latina carne-vale, que significa 'adiós a la carne'.

Pero a fines del siglo XX varios autores comenzaron a sospechar el origen pagano del nombre. Carna es la diosa Celta de las habas y el tocino. También estaría conectada con fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna (que en el Mahabhárata aparece como un ser humano, hermano mayor de los Pándavas, hijo del dios del Sol y la reina Kuntí).

Actualmente el carnaval se ha convertido en una fiesta popular de carácter lúdico. El término «Carnaval» se aplica también a otros tipos de festividades que no están situadas en el tiempo de las carnestolendas (tiempo previo a la cuaresma), pero que comparten elementos similares, tales como los desfiles de las comparsas.

Debido al aislamiento de los valles pirenaicos, en estos se han conservado carnavales tradicionales en los que se han mezclado elementos paganos, con elementos judeocristianos.

El carnaval, también llamado Antruejo, Carnal, Carnestolendas o en las áreas de influencia del Catalán, Carnestoltes, agrupa a una serie de festejos no cristianos durante un ciclo de tiempo comprendido entre el día de Reyes y el Miércoles de Cenizas.

En esta área geográfica cobran especial importancia algunos días señalados, como el famoso Jueves Lardero (o gordo o graso), el martes de carnaval, que en algunas otras zonas se celebra el llamado "entierro de la sardina" y que en la tradición pirenaica es más habitual el juicio y ejecución de un personaje que representa al Carnaval, e incluso a una supuesta cónyuge del mismo, o los jueves de comadres o de compadres. Véase también que en el carnaval de Nueva Orleans se hace referencia al carnaval como Mardi Gras.

Durante el ciclo carnavalesco es habitual la representación de personajes relacionados con la fiesta carnal, entre ellos está el propio carnaval, que como hemos visto el día del Martes de Carnaval es ajusticiado "en algunos casos sin juicio previo".

El carnaval de Bielsa, en la comarca del Sobrarbe, en la provincia de Huesca, es uno de los más tradicionales y admirados.

En Bielsa actúa el onso (oso en idioma aragonés), las "trangas", que son seres de aspecto caprino o diabólico, que podrían representar a Aker, las "madamas" que son las señoritas emperifolladas, el "amontato", que representa a un hombre cabalgando a lomos de una vieja, el "caballé" que es un jinete, la "garreta" o disfraz a base de pañuelos y la "hiedra" hecha con hojas de la misma planta.

Finalmente y como representación del Carnaval, está Cornelio Zorrilla, típico pelele carnavalesco, que será ajusticiado en la hoguera, después de su juicio.

La bella localidad pirenaica de Bielsa, recibe miles de visitantes durante estos festejos debido a la gran belleza del evento.

Allá dónde se encuentre, viva la festividad del carnaval, conforme se ha hecho tradicionalmente, preparándonos para la gran celebración de la Semana Santa.

La vida es un gran carnaval

Y como la vida misma, la sociedad política española vive en un carnaval perpetuo
Manuel Ibañez Ferriol
viernes, 5 de febrero de 2016, 08:13 h (CET)
El carnaval es una celebración que tiene lugar inmediatamente antes del inicio de la cuaresma cristiana, que se inicia a su vez con el Miércoles de Ceniza, que tiene fecha variable (entre febrero y marzo según el año).

Y como la vida misma, la sociedad política española vive en un carnaval perpetuo, disfrazando la realidad, y dejando a la deriva al conjunto de la sociedad española. Se olvidan que son servidores del pueblo, y montan sus propias algarabías y aquelarres carnavalescos, para no ver ni observar toda la podredumbre que tienen en las filas de sus respectivos partidos políticos.

El carnaval combina algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. Por extensión se llaman así algunas fiestas similares en cualquier época del año. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol.

En sus inicios, probablemente con un cierto sentido del pudor propio de la religión, el Carnaval era un desfile en que los participantes vestían disfraces y usaban máscaras. Sin embargo, la costumbre fue transformando la celebración hasta su forma actual. El origen de su celebración parece probable de las fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el dios del vino, las saturnales y las lupercales romanas, o las que se realizaban en honor del toro Apis en Egipto.

Según algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5000 años, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio romano, desde donde se expandió la costumbre por Europa, siendo llevado a América por los navegantes españoles y portugueses a partir del siglo XV. No obstante, la fiesta del carnaval tal y como la conocemos hoy en día solo comenzó a existir con total seguridad a partir de siglo VII, fecha en la cual se tienen pruebas escritas de su existencia.

Los etnólogos encuentran en el carnaval elementos supervivientes de antiguas fiestas y culturas, como la fiesta de invierno (Saturnalia), las celebraciones dionisíacas griegas y romanas (Bacanales), las fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas.

A comienzos de la Edad Media la Iglesia Católica propuso una etimología de carnaval: del latín vulgar carnem-levare, que significa 'abandonar la carne' (lo cual justamente era la prescripción obligatoria para todo el pueblo durante todos los viernes de la Cuaresma).

Posteriormente surgió otra etimología que es la que actualmente se maneja en el ámbito popular: la palabra latina carne-vale, que significa 'adiós a la carne'.

Pero a fines del siglo XX varios autores comenzaron a sospechar el origen pagano del nombre. Carna es la diosa Celta de las habas y el tocino. También estaría conectada con fiestas indoeuropeas, dedicadas al dios Karna (que en el Mahabhárata aparece como un ser humano, hermano mayor de los Pándavas, hijo del dios del Sol y la reina Kuntí).

Actualmente el carnaval se ha convertido en una fiesta popular de carácter lúdico. El término «Carnaval» se aplica también a otros tipos de festividades que no están situadas en el tiempo de las carnestolendas (tiempo previo a la cuaresma), pero que comparten elementos similares, tales como los desfiles de las comparsas.

Debido al aislamiento de los valles pirenaicos, en estos se han conservado carnavales tradicionales en los que se han mezclado elementos paganos, con elementos judeocristianos.

El carnaval, también llamado Antruejo, Carnal, Carnestolendas o en las áreas de influencia del Catalán, Carnestoltes, agrupa a una serie de festejos no cristianos durante un ciclo de tiempo comprendido entre el día de Reyes y el Miércoles de Cenizas.

En esta área geográfica cobran especial importancia algunos días señalados, como el famoso Jueves Lardero (o gordo o graso), el martes de carnaval, que en algunas otras zonas se celebra el llamado "entierro de la sardina" y que en la tradición pirenaica es más habitual el juicio y ejecución de un personaje que representa al Carnaval, e incluso a una supuesta cónyuge del mismo, o los jueves de comadres o de compadres. Véase también que en el carnaval de Nueva Orleans se hace referencia al carnaval como Mardi Gras.

Durante el ciclo carnavalesco es habitual la representación de personajes relacionados con la fiesta carnal, entre ellos está el propio carnaval, que como hemos visto el día del Martes de Carnaval es ajusticiado "en algunos casos sin juicio previo".

El carnaval de Bielsa, en la comarca del Sobrarbe, en la provincia de Huesca, es uno de los más tradicionales y admirados.

En Bielsa actúa el onso (oso en idioma aragonés), las "trangas", que son seres de aspecto caprino o diabólico, que podrían representar a Aker, las "madamas" que son las señoritas emperifolladas, el "amontato", que representa a un hombre cabalgando a lomos de una vieja, el "caballé" que es un jinete, la "garreta" o disfraz a base de pañuelos y la "hiedra" hecha con hojas de la misma planta.

Finalmente y como representación del Carnaval, está Cornelio Zorrilla, típico pelele carnavalesco, que será ajusticiado en la hoguera, después de su juicio.

La bella localidad pirenaica de Bielsa, recibe miles de visitantes durante estos festejos debido a la gran belleza del evento.

Allá dónde se encuentre, viva la festividad del carnaval, conforme se ha hecho tradicionalmente, preparándonos para la gran celebración de la Semana Santa.

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