Son muchas las teorías que sostienen que el ser humano es malo por naturaleza. Fue Hobbes el que advirtió que en el estado de naturaleza el hombre no es pacífico, sino más bien “un lobo para el hombre” y por lo tanto se une en sociedad con el único interés de sobrevivir. También Kant defendía esta postura, argumentando que es la razón práctica la que obliga al hombre a renunciar a ese estado de guerra y a buscar la paz en sociedad.
Es cierto que hoy en día, en las sociedades actuales, podemos decir que el mayor enemigo del hombre es el hombre. Pero, ¿qué es lo que nos hace ser así? Jean-Jacques Rousseau pensaba que “el hombre es bueno por naturaleza” y que es la sociedad la que lo corrompe. Una sociedad, principalmente capitalista, en la que cada individuo lucha por mantener sus privilegios y posesiones. Rousseau establece el principio de esta sociedad cuando a un hombre se le ocurrió cercar un terreno y decir que era suyo.
También Karl Marx afirmaba que la forma de pensar del ser humano estaba determinada por factores externos, factores de la sociedad que determinaban la conciencia de las personas y en cuya base sitúa este filósofo a la economía. Podemos decir pues que la principal causante del egoísmo humano no es su naturaleza, sino más bien la sociedad capitalista. Por lo tanto, para conseguir una sociedad mejor es necesario no solo tener unos ideales fuertes, sino también hacer que nuestros actos sean el reflejo de esos ideales y demostrar de esta forma que en la naturaleza humana está la solidaridad y la honradez. “El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado” – Jean-Jacques Rousseau