Para quien no recuerde lo que es un anaquel, hemos de recordar que es una tabla horizontal que se coloca adosada a una pared, dentro de un armario o en una estantería, y sirve para colocar objetos sobre ella. Ya se sabe que en cualquier despensa ordenada, suelen estar todos los vasares en orden y con una correcta distribución.

El problema es cuando uno de esos anaqueles está podrido o carece de resistencia por ser de mala calidad; ahí es cuando el orden se desmorona y la mala calidad sale a luz. También es el momento en el que, quien lo montó, se arrepiente de haberlo hecho. ¿Acaso alguien no ve en Pedro Sánchez ese anaquel podrido del PSOE?

Bien, pues eso es lo que le pasa al PSOE con su actual secretario general, Pedro Sánchez. No por casualidad se le viene denominando en las redes sociales como ZParo bis o Zapatero II. Siempre el Partido Socialista contó con líderes en envergadura moral e intelectual y, quien lo ponga en duda, que repase la Historia del socialismo español. Otra cuestión bien distinta es el resultado que el PSOE, como partido, ha dado al destino de esta España nuestra, pero hay opiniones para todo.

Entre todas las épocas de gobiernos del PSOE, tal vez las más nefastas sean la última de Felipe González y la segunda de Rodríguez Zapatero. Respecto a la de Felipe González, es cuando la corrupción se cebó con algunos miembros de su gobierno y escalones secundarios, así como cuando muchos socialistas se enriquecieron, gracias a las fórmulas que, en su día, había dejado listas al uso quien fuera ministro de Economía, Carlos Solchaga; ahí tienen a Luis Roldán, por poner un ejemplo. En la segunda de Zapatero, la corrupción corrió como la pólvora; se amamantó a la ‘serpiente’ etarra hasta revitalizarla; a ETA se le dio bienvenida para su futura incorporación a las instituciones; el ‘Faisán’ voló a su conveniencia,…..

Juntando todo eso, nada que ver con el ‘coscorrón’ social que se le viene al PSOE encima, sobre todo si su actual secretario general opta por aliarse con terroristas, independentistas, chavistas, nacionalistas, comunistas y toda la caterva de ideologías cavernarias y cavernícolas. Algo así como lo que conocemos como un Gobierno de retraso y de fracaso. Recordemos que solo Pedro Sánchez lo llama “de progreso”.

Apenas en unos días saldremos de dudas. De momento, Rajoy ha actuado como buen estratega. Toda la responsabilidad está en el alero de Pedro Sánchez y, sin duda, no puede con la presión. Llegar al Gobierno a toda costa, incluso por encima de los intereses de la nación, nunca ha funcionado. Su torpeza empieza a hacer mella en él y en el partido socialista. Ha sucedido lo que tenía que suceder: los barones y baronesas empiezan a ‘armarse’ para impedir el entierro del PSOE. Si ahora sigue atravesando el desierto de las desdichas y de la ruina a la que condujo a España con Rodríguez Zapatero, no será menor esa condena si los barones fracasan y Sánchez se sale con la suya.

Una España dirigida por once ideologías diferentes, incluso contrarias, solo puede llevar a un lugar: el infierno político, social y económico de España. Vean lo sucedido en Venezuela. Bien es verdad que un intento dictador en España nos duraría tres cuartos de hora. “Podemos” ha engendrado odio y éste se ha extendido como la pólvora. Hoy, sin ir más lejos, no faltan organizaciones capaces de comerse por los pies a tal caterva de miserables ignorantes que llegaron a la política con la corrupción incorporada, afán de repartirse sillones, latrocinio de universidad, ocultamiento de la financiación por chabacanas dictaduras, engaños de comunicación y, tal vez, el tiempo pueda documentar que algunos líderes de “Podemos” también participaron en el asesoramiento de las masacres de estudiantes y otros jóvenes los esbirros de Hugo Chávez –el ‘gorila rojo’– protagonizaron. Al tiempo.