Este dicho lo utilizamos los españoles cuando queremos referirnos a alguna persona que, habiendo desempeñado un puesto importante, en una empresa, asociación, o cargo de cualquier otro tipo, su gestión ha sido tan desastrosa que ha puesto al borde de la ruina, cuando no ha hecho caer en la misma la entidad al frente de la cual se encontraba.

Suponemos que eso será lo que piensa el inefable contador de nubes José Luís Rodríguez Zapatero quien con su funesta política, su miopía como dirigente de España, que le hacía no ver más allá de sus narices, y su actuación inoperante y perniciosa puso a nuestro País al borde de la ruina, no solo económica sino social e internacional.

Demos un breve repaso a los que han sido Presidentes de nuestro Gobierno.

Podemos considerar como primer año de régimen democrático cuando Adolfo Suárez tomó las riendas en 1977 y estuvo hasta 1981, es decir, cinco años mal contados. No consiguió el resultado apetecido con su plan económico de 1979, y sólo dejó 1.070.000 parados.

Continúo también por un breve espacio de tiempo Calvo Sotelo que lo hizo durante 1981-1982. Tampoco fueron muy boyantes los resultados, pues los parados llegaron a 2.234.800 y el déficit público del 1,1% pasó al 5,5.

No fue mejor la era de Felipe González, al principio las cifras económicas mejoraron, pero tuvo que adelantarlas elecciones, habiendo alcanzado los 3,5 millones de parados, una deuda de 60 billones de pesetas y una Seguridad Social en quiebra, con la mayor presión fiscal conocida hasta entonces.

Respecto al paro llegó a decir que en España era un asunto estructural, o sea, según la RAE, éste es la distribución y orden de las partes importantes que componen un todo, o lo que es lo mismo que éste era una porción de los distintos componentes que integran a nuestro País, de lo que podemos deducir que pensaba que no se podía erradicar.

Con José Mª Aznar se comenzó a recuperar la situación: el crecimiento fue más de un 3%, el déficit público bajó hasta el 0,3% y la tasa de paro descendió al 13,6%.

Al finalizar su presidencia a la que puso como límite 8 años, no los 13 que estuvo Felipe González, los parados llegaban a poco más de 2.200.000 y el crecimiento era del 2,6%.

Con fecha 21 de noviembre de 2011 España estaba con una economía al borde del rescate de la Unión Europea (UE), con casi cinco millones de parados, muy cerca de la recesión y con un déficit público que se situaba cerca de los 80.000 millones de euros. Esta fue la herencia que dejó a España el inoperante y bueno para nada Rodríguez Zapatero, por lo que ha sido calificado como el peor presidente de la Democracia.

De nuevo gobierna España el PP, que no tuvo más remedio que adoptar medidas draconianas, para que España no se precipitase al abismo en el que otros países cayeron. Tengo que reconocer que, cada vez que los Socialistas han gobernado nuestra Patria, la han dejado en unas condiciones pésimas en todos los sentidos, en economía, en ocupación laboral, en prima de riesgo…y hay que parar de contar, pues se haría interminable, y siempre la ha sacado del barranco el PP, cuando se ha hecho cargo de la situación calamitosa heredada.

Pero ahora llega Pedro Sánchez que aún no gobierna, pero que con su apoyo ha permitido que muchas de las cabezas de la hidra que quiere destruir nuestro País están llevando el timón de bastantes municipios en los que están minando los cimientos mismos de la Sociedad y de la Democracia, porque su propósito es aniquilar la forma en la que nos regimos e implantar una especie de comunismo leninismo al estilo del chavismo de Venezuela, al que, por cierto, algunos de sus dirigentes, están asesorando y aconsejando, cobrando sus buenos dineros por ello, dinero que en muchas ocasiones no han declarado a Hacienda.

Pues bien este Pedro cuyo único fin y deseo es eliminar al PP de todos los estamentos políticos, incluido el gobierno de la Nación para regir él, cosa que, como hemos visto no ha conseguido, ya que el partido más votado en las últimas elecciones generales ha sido el PP, no duda en llevar a cabo cualquier clase de tropelías con tal de conseguir sus fines.

Recordamos que Alfonso Guerra dijo en su momento que los socialistas iban a poner a España que no la reconocería ni la madre que la parió, cosa que, poco a apoco, han ido consiguiendo con sus medidas económicas, su pérdida de credibilidad ante los ciudadanos, que se comprueba con los resultados de las últimas elecciones generales en las que el resultado ha sido el peor del PSOE a lo largo de su historia.

El escenario en el que se mueve Pedro Sánchez no puede ser peor, quiere gobernar a toda costa, pero algunos barones de su partido están con las espadas levantadas, dispuestos a hacerlo desaparecer en el momento que encuentren ocasión propicia.

En el circo en el que se ha convertido esta formación política le han crecido los enanos a su Secretario General, y ya se oye, aunque sea sin alzar mucho la voz, que hay que desplazarlo de la Secretaría.

Susana Díaz, entre los muchos que desean su aparcamiento, aunque en público se muestre cordial con él, en su fuero interno su aspiración máxima es llegar a sustituirlo.

Dejemos correr los acontecimientos y esperemos la solución que los Socialistas decidirán para este hombre lleno de prepotencia que, por sus palabras, acciones y tomas de decisiones, nos está demostrando que a él poco le importa el bienestar de los españoles que somos los que les pagamos el sueldo, y sin embargo sólo busca su lucro personal queriendo gobernar a España a costa de lo que sea, aunque se trate de causarle más perjuicios que beneficios.