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Ya caigo

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Vivimos en pleno enfrentamiento cotidiano entre el desencanto apabullante metido por todos los entresijos y la ilusión acoquinada, replegada en unas reservas aturdidas. En los versos de Blas de Otero quedó escrito: “Madre, no me mandes a coger miedo / y frío ante un pupitre con estampas”. La manipulación de las enseñanzas transmitidas es incesante. Las ideologías del sí o del no, la nivelación de los valores equiparados a su ausencia, las cobardías testimoniales de los cómplices, el abandono de las inquietudes personales dejadas a su suerte, la desaparición de la autocrítica; contribuyen al miedo provocado por la FRIALDAD de las mentes. Triste actualidad de unos versos escritos hace tiempo.

Ciudadanía, pluralidad, servicios públicos, interés general, progresos, dioses y pueblos; coinciden en la llamativa MARGINACIÓN de los individuos concretos en la gestión de los procedimientos, en los planteamientos de fondo. La frialdad impera en las diferentes tomas de decisiones, vienen a ser como ondas magnéticas autónomas en sus funciones. ¿Qué no? Sólo atisbemos la actitud de los grandes ejecutivos de abultadas faltriqueras. Los hay encumbrados por los intereses privados, pero también abundan los aupados por los organismos públicos. ¿Acaso vienen a ser lo mismo? Al fiarnos de las imágenes proyectadas, nunca seremos capaces de interrumpir dichos procedimientos viciados, quedamos muy próximos al gregarismo cómplice.

Ayer no más, a primeras horas de la mañana, yendo por el monte, el agua del riachuelo me hablaba de libertad, las aves la demostraban con sus actividades y las ramas de los majestuosos árboles susurraban la grandeza de la suya. Mi cabeza sintonizaba todavía con las múltiples limitaciones horarias, tráfico, hacienda, conflictos y temores. En ese recorrido, nadie mencionaba la rigidez de las orillas, el cauce predeterminado, las isobaras; los pájaros sólo piaban y las ramas gozaban. En fin, toda una alegoría de las actitudes en positivo, dejan aparte los impedimentos; para el disfrute a tope de las espléndidas maravillas naturales. Mi cabeza cambió el chip en consonancia con la ALBORADA mágica; a ver si consigo mantenerlo en activo.

El abrazo que no se dio a su debido tiempo, perdiose en el olvido. El trato afectuoso escamoteado, agrió las relaciones. La simple falta de atención por las manifestaciones ajenas, la patente indiferencia; pudieron haberse evitado en las actitudes del pasado. Por que, más tarde… Debido a la progresiva dilución de los posibles receptores, desaparecidos unos, alejados en gran número, con la mente un tanto desintegrada precozmente afectados por enfermedades inclementes; la magia de las alboradas cae destrozada ante esas pérdidas del sentido de la OPORTUNIDAD, sea con los familiares, con los compañeros, con el resto de la sociedad o con el trato a cualquiera de los seres vivos. El tiempo imparable ofrece sus momentos.

Einstein hubiera tenido facilidades en la actualidad para la demostración del carácter relativo de las observaciones. Ruido se oye, la verdad es que sí; voces e improperios también. Ahora bien, relaciones, comunicados; no sé si los decibelios o los mensajes equivalen a eso. Habrán visto esos rostros ensimismados deambulando por las calles con el cable disimulado hasta la oreja o hablando solos. ¿Han probado a saludarlos? Los mensajes pitan pidiendo pantalla, mientras estas acumulan signos o letras sueltas. Los textos fragmentados, incluso al completo, medio leidos, apenas son entendidos, vean sino las interpretaciones. Por eso alardeamos de comunicación o lamentamos las escasas conexiones auténticas, según la RELATIVIDAD del punto de mira.

Cada uno interpreta a su manera el transcurso del tiempo, es evidente. La simultaneidad de varios planos es un hecho histórico. Me pillan en medio, convergen o divergen en mis vibraciones. Mientras, yo percibo una parte ínfima de los mismos, aun los próximos. ¡Son tantas las circunstancias ignoradas! BIFURCACIONES que vienen y van. Uno pierde los estribos donde apoyarse cuando el tiempo nos somete por separado a sus evoluciones, Los entendidos hablan de experimento crucial, cada uno vivirá el suyo propio. Habremos creado un tiempo diferenciado que no elimina el tiempo físico global. ¿Somos capaces de la comunicación fiable de esa experiencia propia a los demás? Es la fascinante experiencia de la temporalidad.

Hace tiempo popularizaron aquello de ¡Dios ha muerto! Después caló la idea progresista de que no existía desde el principio. Según esos rumbos avanzados, debíamos obrar en consecuencia; es decir, la eliminación de cualquier insinuación divina en los espacios públicos, vacío expositivo. Lo demás vía libre. Ante la falta de una demostración fehaciente del Dios o de su ausencia radical, sería lógica la pluralidad en las manifestaciones. Apuntan a la APUESTA de Pascal, suponiendo que las apuestas sean libres todavía; aunque nadie nos libra de la responsabilidad en la elección, en las acciones derivadas. Sería bueno sanear los ambientes, para el respeto debido a los apostadores y la consiguiente repulsa a las imposiciones.

Es muy llamativa la divergencia en el sentido de dos palabras, coincidencia y uniformidad. Cuando los orígenes difieren, desde pensamientos peculiares, alcanzamos ideas similares, coincidimos; por el contrario, el uniformismo recorta las raices individuales, adopta posiciones forzadas, mentales o físicas. Siendo una aclaración vital es poco analizada en la rutina cotidiana, sobre todo si afecta a círculos con algún poder, allí interesa poco su puesta en práctica. La VIBRACIÓN de los pequeños detalles personales es imprescindible, sin ellos, pierden consistencia las grandes nociones, qué sería de ellas sin personas. En la dialéctica de las variaciones emergen algunos núcleos entrañables de coincidencias sin fijaciones absurdas.

Aunque parezca inverosímil, he observado el recuerdo de rincones que mantienen su íntima relación con mi presencia a través del tiempo. Nadie estableció esa relación de manera idéntica, y desde esa escena, ambos, el rincón y mi presencia pasaron a significar cosas distintas. De igual modo sucedió con las evoluciones después de los contactos interpersonales; hasta los considerados intrascendentes engruesan los bagajes particulares. ¿Hacia dónde apuntan las flechas de tales QUERENCIAS o desafectos? Aunque lo parezca, no estamos tan despegados de las tendencias posteriores, la implicación responsable o frívola se refleja en ellas.

Ya caigo, ya, en la importancia de los matices; participan como protagonistas en las controvertidas situaciones a las cuales nos vemos abocados. Desde minúsculas apreciaciones dependen muchos de los RUMBOS adoptados en la sociedad, con las consiguientes consecuencias derivadas; satisfactorias tras los aciertos, desastrosas si proceden de los yerros. Aunque, consideremos también algunas excepciones sorprendentes. El buen matizador ubicado en los ambientes globalizados afronta retos de gran calado, quizá poco valorados en plena vorágine de la frívola mediocridad.

¿Arrastrados por la marabunta o formamos parte de ella? Cada uno lo interpreta a su manera. Surgimos de raigambres misteriosas; desaparecemos en el retorno a dicha complejidad. En el intervalo, la relevancia de las DECISIONES es indiscutible.

Ya caigo

Rafael Pérez Ortolá
viernes, 8 de enero de 2016, 00:25 h (CET)
Vivimos en pleno enfrentamiento cotidiano entre el desencanto apabullante metido por todos los entresijos y la ilusión acoquinada, replegada en unas reservas aturdidas. En los versos de Blas de Otero quedó escrito: “Madre, no me mandes a coger miedo / y frío ante un pupitre con estampas”. La manipulación de las enseñanzas transmitidas es incesante. Las ideologías del sí o del no, la nivelación de los valores equiparados a su ausencia, las cobardías testimoniales de los cómplices, el abandono de las inquietudes personales dejadas a su suerte, la desaparición de la autocrítica; contribuyen al miedo provocado por la FRIALDAD de las mentes. Triste actualidad de unos versos escritos hace tiempo.

Ciudadanía, pluralidad, servicios públicos, interés general, progresos, dioses y pueblos; coinciden en la llamativa MARGINACIÓN de los individuos concretos en la gestión de los procedimientos, en los planteamientos de fondo. La frialdad impera en las diferentes tomas de decisiones, vienen a ser como ondas magnéticas autónomas en sus funciones. ¿Qué no? Sólo atisbemos la actitud de los grandes ejecutivos de abultadas faltriqueras. Los hay encumbrados por los intereses privados, pero también abundan los aupados por los organismos públicos. ¿Acaso vienen a ser lo mismo? Al fiarnos de las imágenes proyectadas, nunca seremos capaces de interrumpir dichos procedimientos viciados, quedamos muy próximos al gregarismo cómplice.

Ayer no más, a primeras horas de la mañana, yendo por el monte, el agua del riachuelo me hablaba de libertad, las aves la demostraban con sus actividades y las ramas de los majestuosos árboles susurraban la grandeza de la suya. Mi cabeza sintonizaba todavía con las múltiples limitaciones horarias, tráfico, hacienda, conflictos y temores. En ese recorrido, nadie mencionaba la rigidez de las orillas, el cauce predeterminado, las isobaras; los pájaros sólo piaban y las ramas gozaban. En fin, toda una alegoría de las actitudes en positivo, dejan aparte los impedimentos; para el disfrute a tope de las espléndidas maravillas naturales. Mi cabeza cambió el chip en consonancia con la ALBORADA mágica; a ver si consigo mantenerlo en activo.

El abrazo que no se dio a su debido tiempo, perdiose en el olvido. El trato afectuoso escamoteado, agrió las relaciones. La simple falta de atención por las manifestaciones ajenas, la patente indiferencia; pudieron haberse evitado en las actitudes del pasado. Por que, más tarde… Debido a la progresiva dilución de los posibles receptores, desaparecidos unos, alejados en gran número, con la mente un tanto desintegrada precozmente afectados por enfermedades inclementes; la magia de las alboradas cae destrozada ante esas pérdidas del sentido de la OPORTUNIDAD, sea con los familiares, con los compañeros, con el resto de la sociedad o con el trato a cualquiera de los seres vivos. El tiempo imparable ofrece sus momentos.

Einstein hubiera tenido facilidades en la actualidad para la demostración del carácter relativo de las observaciones. Ruido se oye, la verdad es que sí; voces e improperios también. Ahora bien, relaciones, comunicados; no sé si los decibelios o los mensajes equivalen a eso. Habrán visto esos rostros ensimismados deambulando por las calles con el cable disimulado hasta la oreja o hablando solos. ¿Han probado a saludarlos? Los mensajes pitan pidiendo pantalla, mientras estas acumulan signos o letras sueltas. Los textos fragmentados, incluso al completo, medio leidos, apenas son entendidos, vean sino las interpretaciones. Por eso alardeamos de comunicación o lamentamos las escasas conexiones auténticas, según la RELATIVIDAD del punto de mira.

Cada uno interpreta a su manera el transcurso del tiempo, es evidente. La simultaneidad de varios planos es un hecho histórico. Me pillan en medio, convergen o divergen en mis vibraciones. Mientras, yo percibo una parte ínfima de los mismos, aun los próximos. ¡Son tantas las circunstancias ignoradas! BIFURCACIONES que vienen y van. Uno pierde los estribos donde apoyarse cuando el tiempo nos somete por separado a sus evoluciones, Los entendidos hablan de experimento crucial, cada uno vivirá el suyo propio. Habremos creado un tiempo diferenciado que no elimina el tiempo físico global. ¿Somos capaces de la comunicación fiable de esa experiencia propia a los demás? Es la fascinante experiencia de la temporalidad.

Hace tiempo popularizaron aquello de ¡Dios ha muerto! Después caló la idea progresista de que no existía desde el principio. Según esos rumbos avanzados, debíamos obrar en consecuencia; es decir, la eliminación de cualquier insinuación divina en los espacios públicos, vacío expositivo. Lo demás vía libre. Ante la falta de una demostración fehaciente del Dios o de su ausencia radical, sería lógica la pluralidad en las manifestaciones. Apuntan a la APUESTA de Pascal, suponiendo que las apuestas sean libres todavía; aunque nadie nos libra de la responsabilidad en la elección, en las acciones derivadas. Sería bueno sanear los ambientes, para el respeto debido a los apostadores y la consiguiente repulsa a las imposiciones.

Es muy llamativa la divergencia en el sentido de dos palabras, coincidencia y uniformidad. Cuando los orígenes difieren, desde pensamientos peculiares, alcanzamos ideas similares, coincidimos; por el contrario, el uniformismo recorta las raices individuales, adopta posiciones forzadas, mentales o físicas. Siendo una aclaración vital es poco analizada en la rutina cotidiana, sobre todo si afecta a círculos con algún poder, allí interesa poco su puesta en práctica. La VIBRACIÓN de los pequeños detalles personales es imprescindible, sin ellos, pierden consistencia las grandes nociones, qué sería de ellas sin personas. En la dialéctica de las variaciones emergen algunos núcleos entrañables de coincidencias sin fijaciones absurdas.

Aunque parezca inverosímil, he observado el recuerdo de rincones que mantienen su íntima relación con mi presencia a través del tiempo. Nadie estableció esa relación de manera idéntica, y desde esa escena, ambos, el rincón y mi presencia pasaron a significar cosas distintas. De igual modo sucedió con las evoluciones después de los contactos interpersonales; hasta los considerados intrascendentes engruesan los bagajes particulares. ¿Hacia dónde apuntan las flechas de tales QUERENCIAS o desafectos? Aunque lo parezca, no estamos tan despegados de las tendencias posteriores, la implicación responsable o frívola se refleja en ellas.

Ya caigo, ya, en la importancia de los matices; participan como protagonistas en las controvertidas situaciones a las cuales nos vemos abocados. Desde minúsculas apreciaciones dependen muchos de los RUMBOS adoptados en la sociedad, con las consiguientes consecuencias derivadas; satisfactorias tras los aciertos, desastrosas si proceden de los yerros. Aunque, consideremos también algunas excepciones sorprendentes. El buen matizador ubicado en los ambientes globalizados afronta retos de gran calado, quizá poco valorados en plena vorágine de la frívola mediocridad.

¿Arrastrados por la marabunta o formamos parte de ella? Cada uno lo interpreta a su manera. Surgimos de raigambres misteriosas; desaparecemos en el retorno a dicha complejidad. En el intervalo, la relevancia de las DECISIONES es indiscutible.

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