Hace más de dos décadas que visité por primera vez Marruecos, su fuerte exotismo contrastaba fuertemente con la pobreza y eso me dejó en la memoria una gran huella que aún no he podido olvidar. Como turista no podía hacer mucho, salvo sorprenderme por conocer de cerca de aquel país de contrastes. Los guías turísticos se afanaban en decirnos que todos los niños estaban escolarizados, sin embargo, las carreras que las catervas de pequeños hacían, hasta los autobuses para que los visitantes españoles les compraran algún artículo de su artesanía, nos demostraban que no era exactamente así.
Recuerdo estas imágenes ahora que desde la ONG “Asamblea de Cooperación por la Paz” me aporta datos de otro Marruecos distinto, de un país vecino, igualmente desconocido, del que tenemos la idea de que a través de él sólo nos llegan numerosos inmigrantes que se nos cuelan a duras penas por todos los medios y caminos posibles con toda su problemática cargada en su oscuras espalda.
A instancias de esta ONG, recientemente ha visitado nuestra tierra Abdeslam Amakhtari, presidente de la Asociación Tisaghnas para la Cultura, ASTICUDE, que desde 1999 viene colaborando con distintas instituciones españolas para mejorar la educación y la salud en Marruecos. Instituciones como los ayuntamientos de Tomelloso o Valdepeñas, o la misma Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, grandes colaboradores, son elementos importantes para mejorar el conocimiento que tenemos de nuestro país vecino y para darnos cuenta que no sólo somos dos países cercanos más o menos unidos, bañados por los dos mares, Atlántico y Mediterráneo.
Por eso, tan importante es el trabajo que se realiza en Marruecos como en España, y los proyectos de una y otra ONG son coordinados conjuntamente para tener un mejor conocimiento de la realidad de los alumnos marroquíes escolarizados en España.
La Asamblea de Cooperación por la Paz, ACPP, tiene desde hace años en España, un programa que va impulsando en todos los colegios de primaria que se quieren adherir a dicho proyecto denominado “Escuelas Sin Racismo”. Con él intentan transformar la realidad educativa a través de más de 163 centros educativos para incorporar un modelo de educación que sea crítico, plural y transformador con todos y para todos. Desde este punto de vista se pretende crear la Red Mediterránea Internacional de Escuelas Sin Racismo. Para ello, se parte de la base de que los profesores españoles generalmente desconocen la realidad educativa de Marruecos. Con relación a esto la ACPP nos da a conocer esa realidad a través del profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Mohamed El-Madkouri Mataaoui, donde por medio de un concienzudo e importante trabajo analiza esa realidad. Nos dirá que no todos los inmigrantes, que después han de ser alumnos en los colegios españoles, nos llegan de la misma zona, no va a ser igual el niño o joven marroquí que nos llega de una zona rural de secano, regadío o de montaña, pues siempre van a tener características socioeducativas muy diferentes, y que cuando el punto de partida está en una gran ciudad como puede ser Tetuán, Rabat o Casablanca por poner un ejemplo, esas premisas y características cambiarán de nuevo.
Habría que decir sin ser exagerados que, pese a la cercanía, los habitantes de Marruecos desconocen España y viceversa. Según El-Madkouri la idea que algunos jóvenes marroquíes tienen del extranjero es que cuando los inmigrantes vuelven de vacaciones, vuelven con las ganancias conseguidas, ganancias que de quedarse en su país de origen serían muy difíciles de conseguir. Eso, y el paro, les hace desear Europa y España y con la primera dificultad que se encuentran para todo es con la lengua, ella va a ser determinante para que el niño marroquí pueda acceder al sistema educativo español con alguna garantía de superarlo y no pertenecer, por exclusión social, al grupo de fracaso escolar.
Unos y otros presumen del proyecto de Nador, ciudad fronteriza con Melilla, donde se mejoran infraestructuras para facilitar la educación tanto a alumnos como docentes, aparte de que se procuran medios materiales y humanos para solucionar algo que es esencial y que nunca deberíamos olvidar, como es la solución de los problemas en origen.