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Pascual Falces

Obama y la rabieta nacional

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Tratar de solidaridad, en serio, y en este país, no es “de recibo”. ¿Tú estás dispuesto a sacrificarte voluntariamente para salir de la crisis mientras gobierne ZP? “¿Quién? ¿Yo?... no”, le dirá cualquier no-votante socialista, y en la intimidad. –Primero, que se vaya, y luego... lo que haga falta. Lo mismo ocurriría, pero al revés, si se interroga a un votante visceral de la izquierda de siempre, aunque con su sincero voto, y por aquello de “sostenella y no enmendalla” (que, era la fórmula con la que creían mantener y reforzar su honor los hidalgos españoles del Siglo de Oro), regalaran en las últimas elecciones generales cuatro años más de gobierno socialista a todos los españoles en plena crisis económico-financiera mundial necesitada de todo menos de ideas cortas y de manos “largas”.

El derecho al “pataleo” -único recurso que le queda a alguien para consolarse de un perjuicio o mal trato sufrido por decisión de otros, y que consiste en desahogarse protestando-, es decir, enrabietado, es una característica nacional que sirve de alimento, o condumio, para mantener el tipo o la razón en los grandes “desastres”, v.g.: Se contaba en el Casino republicano de la capital de México, que muchos de sus habituales contertulios, en los años cuarenta, cincuenta y sesenta, veían cómo progresivamente se les iba acortando su dedo índice de la mano derecha de tanto golpear con energía sobre la mesa aquello de, ¡Franco, de este año, no pasa!...

Es muy posible que el hecho histórico-genético de haber sido un territorio peninsular “crisol” de muchas razas, no haya cuajado en un único y bien fundido genoma, y en el fondo, nos parezcamos menos que en la forma. Y, lo que en Estados Unidos llama tanto la atención entre la ciudadanía por el color de la piel, el grosor de los labios, el pelo ensortijado, o el ancho de caderas, sean “Pecata Minuta” junto a las diferentes sangres moras, visigodas, romanas, judías o cartaginesas que corren por las venas de un español.

Barack Obama, en sus breves días de Presidente Electo, lleva proporcionando un importante ejemplo bajo el prisma contrario al comentario anterior. Si existe una persona le hizo la vida imposible en los largos primeros meses de su “quebrado y ascendente” camino hacia la Casablanca, fue una blanca y rubia ex-primera dama, de su mismo partido, que mitin tras mitin le zancadilleaba ayudada por su marido y ex-Presidente, tanto, que a punto estuvo de frustrar su añorado sueño. Más, ¿a quién ha llamado para Secretaria de Estado una vez ganada la Presidencia? ¡A Hillary Clinton!... Ya no hay que esforzarse en imaginar a ZP ofreciendo a Rodrigo Rato la Vicepresidencia Económica, pero, ¿ve alguien a Esperanza Aguirre situada junto a Rajoy?...

Obama se cuidó mucho de dejar bien claro que no había Estados rojos y Estados azules (lo decía por los colores electorales, no por motivos políticos), sino, que sólo existían los Estados Unidos. ¡Eah!... que diría un castizo. Y, del mismo modo, por si alguien se pensaba crecer, aprovechando la decadencia ganada a pulso por Bush, la Defensa, es decir, el Pentágono, la herramienta de ataque y defensiva, no se mueve ni un ápice, y sigue en las mismas manos que en antes. Igualito que por estas tierras.

Obama y la rabieta nacional

Pascual Falces
Pascual Falces
sábado, 6 de diciembre de 2008, 20:29 h (CET)
Tratar de solidaridad, en serio, y en este país, no es “de recibo”. ¿Tú estás dispuesto a sacrificarte voluntariamente para salir de la crisis mientras gobierne ZP? “¿Quién? ¿Yo?... no”, le dirá cualquier no-votante socialista, y en la intimidad. –Primero, que se vaya, y luego... lo que haga falta. Lo mismo ocurriría, pero al revés, si se interroga a un votante visceral de la izquierda de siempre, aunque con su sincero voto, y por aquello de “sostenella y no enmendalla” (que, era la fórmula con la que creían mantener y reforzar su honor los hidalgos españoles del Siglo de Oro), regalaran en las últimas elecciones generales cuatro años más de gobierno socialista a todos los españoles en plena crisis económico-financiera mundial necesitada de todo menos de ideas cortas y de manos “largas”.

El derecho al “pataleo” -único recurso que le queda a alguien para consolarse de un perjuicio o mal trato sufrido por decisión de otros, y que consiste en desahogarse protestando-, es decir, enrabietado, es una característica nacional que sirve de alimento, o condumio, para mantener el tipo o la razón en los grandes “desastres”, v.g.: Se contaba en el Casino republicano de la capital de México, que muchos de sus habituales contertulios, en los años cuarenta, cincuenta y sesenta, veían cómo progresivamente se les iba acortando su dedo índice de la mano derecha de tanto golpear con energía sobre la mesa aquello de, ¡Franco, de este año, no pasa!...

Es muy posible que el hecho histórico-genético de haber sido un territorio peninsular “crisol” de muchas razas, no haya cuajado en un único y bien fundido genoma, y en el fondo, nos parezcamos menos que en la forma. Y, lo que en Estados Unidos llama tanto la atención entre la ciudadanía por el color de la piel, el grosor de los labios, el pelo ensortijado, o el ancho de caderas, sean “Pecata Minuta” junto a las diferentes sangres moras, visigodas, romanas, judías o cartaginesas que corren por las venas de un español.

Barack Obama, en sus breves días de Presidente Electo, lleva proporcionando un importante ejemplo bajo el prisma contrario al comentario anterior. Si existe una persona le hizo la vida imposible en los largos primeros meses de su “quebrado y ascendente” camino hacia la Casablanca, fue una blanca y rubia ex-primera dama, de su mismo partido, que mitin tras mitin le zancadilleaba ayudada por su marido y ex-Presidente, tanto, que a punto estuvo de frustrar su añorado sueño. Más, ¿a quién ha llamado para Secretaria de Estado una vez ganada la Presidencia? ¡A Hillary Clinton!... Ya no hay que esforzarse en imaginar a ZP ofreciendo a Rodrigo Rato la Vicepresidencia Económica, pero, ¿ve alguien a Esperanza Aguirre situada junto a Rajoy?...

Obama se cuidó mucho de dejar bien claro que no había Estados rojos y Estados azules (lo decía por los colores electorales, no por motivos políticos), sino, que sólo existían los Estados Unidos. ¡Eah!... que diría un castizo. Y, del mismo modo, por si alguien se pensaba crecer, aprovechando la decadencia ganada a pulso por Bush, la Defensa, es decir, el Pentágono, la herramienta de ataque y defensiva, no se mueve ni un ápice, y sigue en las mismas manos que en antes. Igualito que por estas tierras.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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