Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | 20D | Elecciones

La responsabilidad histórica del PP y PSOE y su futuro incierto

|

Los resultados del 20D, aparentemente, presentan el escenario de un país ingobernable, con los dos partidos tradicionales sin capacidad para alcanzar una mayoría parlamentaria suficiente que garantice la formación de un gobierno estable, capaz de afrontar retos de una enorme dificultad como son la salida de la crisis económica y la solución política a la deriva independentista de Catalunya.

Paradójicamente, el PP y el PSOE suman un número de votos que supera, con creces, la mayoría absoluta. Entonces, uno se pregunta: ¿Cómo es posible que el PP y el PSOE no se unan para formar un gobierno fuerte y estable, el que se necesita en nuestro país para superar este momento histórico tan complicado? En cualquier país civilizado se entendería perfectamente la alianza entre los dos grandes partidos, en circunstancias tan singulares y complicadas como las actuales. Pero en España, no. Porque en España, durante las últimas décadas, tanto PP como PSOE han protagonizado innumerables casos de corrupción política y, en su lucha por el poder, no han hecho otra cosa que poner el ventilador, enrocarse en el “y tú más” y fundamentar su superioridad moral en la (supuesta o real) indignidad del otro. La rivalidad entre los dos partidos, mucho menos fundamentada en la praxis política que en cuestiones profundamente espurias, les ha llevado a instalarse en la soberbia inmadurez del adolescente que les impide ponerse de acuerdo en lo fundamental, relegando el interés general del país a un segundo plano, sacrificándolo no se sabe muy bien a qué tipo de pureza identitaria; como ese chaval que es capaz de robarle la cartera a su padre con tal de ganarse el aplauso de sus colegas.

Pero, evidentemente, hay algo más. Si bien, lo que parece recomendar el sentido común es un pacto de gobierno entre el PP y el PSOE, los intereses partidistas lo desaconsejan, porque este pacto le daría la razón a Podemos, al situar el eje del conflicto, no entre izquierda y derecha, sino entre el bipartidismo y las fuerzas del cambio. Un gobierno PP-PSOE haría a Pablo Iglesias jefe de la oposición, convirtiéndolo en el candidato más aventajado para vencer en las próximas elecciones generales, al cabo de una legislatura que se intuye corta. Los debates en el Parlamento se sucederían a un ritmo y a una intensidad difícilmente sostenibles por un gobierno cargado con una mochila repleta de casos de corrupción, desencuentros, políticas antisociales. En cualquier caso, hagan lo que hagan PP y PSOE, en la legislatura que se estrena el próximo mes de enero, van a tener que enfrentarse a una muy complicada vida parlamentaria.

La responsabilidad histórica del PP y PSOE y su futuro incierto

Mario López
lunes, 21 de diciembre de 2015, 07:24 h (CET)
Los resultados del 20D, aparentemente, presentan el escenario de un país ingobernable, con los dos partidos tradicionales sin capacidad para alcanzar una mayoría parlamentaria suficiente que garantice la formación de un gobierno estable, capaz de afrontar retos de una enorme dificultad como son la salida de la crisis económica y la solución política a la deriva independentista de Catalunya.

Paradójicamente, el PP y el PSOE suman un número de votos que supera, con creces, la mayoría absoluta. Entonces, uno se pregunta: ¿Cómo es posible que el PP y el PSOE no se unan para formar un gobierno fuerte y estable, el que se necesita en nuestro país para superar este momento histórico tan complicado? En cualquier país civilizado se entendería perfectamente la alianza entre los dos grandes partidos, en circunstancias tan singulares y complicadas como las actuales. Pero en España, no. Porque en España, durante las últimas décadas, tanto PP como PSOE han protagonizado innumerables casos de corrupción política y, en su lucha por el poder, no han hecho otra cosa que poner el ventilador, enrocarse en el “y tú más” y fundamentar su superioridad moral en la (supuesta o real) indignidad del otro. La rivalidad entre los dos partidos, mucho menos fundamentada en la praxis política que en cuestiones profundamente espurias, les ha llevado a instalarse en la soberbia inmadurez del adolescente que les impide ponerse de acuerdo en lo fundamental, relegando el interés general del país a un segundo plano, sacrificándolo no se sabe muy bien a qué tipo de pureza identitaria; como ese chaval que es capaz de robarle la cartera a su padre con tal de ganarse el aplauso de sus colegas.

Pero, evidentemente, hay algo más. Si bien, lo que parece recomendar el sentido común es un pacto de gobierno entre el PP y el PSOE, los intereses partidistas lo desaconsejan, porque este pacto le daría la razón a Podemos, al situar el eje del conflicto, no entre izquierda y derecha, sino entre el bipartidismo y las fuerzas del cambio. Un gobierno PP-PSOE haría a Pablo Iglesias jefe de la oposición, convirtiéndolo en el candidato más aventajado para vencer en las próximas elecciones generales, al cabo de una legislatura que se intuye corta. Los debates en el Parlamento se sucederían a un ritmo y a una intensidad difícilmente sostenibles por un gobierno cargado con una mochila repleta de casos de corrupción, desencuentros, políticas antisociales. En cualquier caso, hagan lo que hagan PP y PSOE, en la legislatura que se estrena el próximo mes de enero, van a tener que enfrentarse a una muy complicada vida parlamentaria.

Noticias relacionadas

La ciudad de Barcelona, en favor de una transformación fantasiosa de sí misma, siempre bajo el paraguas efectista de la ‘sostenibilidad ambiental’, como socorrida coartada ejemplificada en su más que evidente y disruptiva conversión urbanística, se le adivina en su resultado final el poco o nulo interés por conectar con las necesidades vitales de una gran mayoría y en aquellos planeamientos al servicio de las personas.

El ADN de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, contendría la triple enzima trumpista (autocracia, instauración del paraíso neoliberal y retorno al "pensamiento único heteropatriarcal") y asimismo sería una "rara avis" que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional al ser una experta en las técnicas de manipulación de masas.

La inversión de inmuebles en España atrae a muchos extranjeros, por el clima mediterráneo agradable y las múltiples playas por toda su costa, lo que la convierte en un destino muy atractivo para vivir o pasar las vacaciones, esta es la razón de muchos inversores que buscan una segunda residencia o un lugar de retiro.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto