Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Al aire libre
Pascual Falces

Un tal Iván (Afganistán)

|

Si no fuera por tantas vidas como se lleva cobradas el conflicto de Afganistán –españolas las más recientes-, desde que Norteamérica desencadenó la operación “Libertad Duradera” en octubre de 2001 con el objetivo de aplastar el terrorismo internacional personificado en Al-Quaeda y su líder Bin-Laden, este inocente chistecillo que circuló por entonces (¿Quién ha derribado las Torres Gemelas?: Un tal Iván, “un talibán”) sigue resumiendo el trasfondo de aquel confuso conflicto.

Los talibanes cargaron con todos los males, desde el derribo de los Budas en la roca hasta los “burkas” de las afganas, y fueron bombardeados, invadidos y derrotados. Se instauró un gobierno títere de los norteamericanos cuyo presidente hasta entonces era un ejecutivo afgano residente en California, y que sólo mantiene su autoridad en la capital, permaneciendo el resto del país en manos de los poderosos “señores de la guerra”. Posteriormente, se supo que había un proyecto de oleoducto para transportar petróleo de Asia Central a través de Afganistán hasta Pakistan y el Océano Índico que el régimen talibán quería cobrar muy caro, además de un ramal o grifo de “libre disposición”, a las poderosas petroleras norteamericanas controladas por el clan del vicepresidente Cheney. Las nuevas autoridades fueron más razonables, y el oleoducto resultó viable. Pero, de esto, nada, o muy poco, se hizo público.

Por otra parte, los EE.UU. necesitaron fuerzas militares que ayudaran a sobrellevar la ocupación sobre el terreno del país que el nuevo régimen era incapaz de sostener. Aquí es donde la historia se complica un poco más apareciendo un antiguo aliado de los Estados Unidos de cuando la “Guerra Fría”, la OTAN. ¿Qué se le había perdido en el país de los talibanes y de la amapola del opio?
Esta pregunta se viene haciendo en esta columna hace años, y ni siquiera la explicación del oleoducto como “gato encerrado” del conflicto contenía la respuesta. En estos días parece que la ministra Chacón también se la cuestiona, lo cuál es de preocupar; porque, o es tan ignorante como este columnista, lo cual sería grave, o el columnista es tan ignorante como ella, que sería aún más grave. El caso es que la OTAN sigue allí. Lo del “tal Iván”, resulta ya de “chacarrandana”. El negocio del tráfico del opio-amapola es tan intenso que las escaramuzas y tiroteos entre las tribus y con las fuerzas de “ocupación”, cesan durante la temporada de recolección agrícola de la misma.

En la actualidad el talibán se ha crecido una vez recuperado del gran castigo que le infringieron los bombardeos iniciales norteamericanos. La presencia española es testimonial entre la fuerza de la OTAN y demás aliados norteamericanos que siguen llevando el peso de la ocupación. Como se quiera llamar su presencia allí es lo de menos, es una cuestión semántica dominada por la falacia de turno a que se acostumbra entre los políticos socialistas. La incongruencia sigue siendo la misma, ¿qué intereses defiende la OTAN?. Como diría Epifanio del Cristo Martínez, “lo suyo” sería que dada la conflictividad natural de la región, sacudida por el tribalismo medieval, la ONU es la organización adecuada para encauzar el desarrollo del país hasta que salga del grado de primitivismo en que se encuentra. Cuestión aparte es la “refundación” de lo Organización de Naciones Unidas para asumir sus funciones en un mundo globalizado en lo económico, en lo administrativo, y en los conflictos.

Un tal Iván (Afganistán)

Pascual Falces
Pascual Falces
viernes, 21 de noviembre de 2008, 09:13 h (CET)
Si no fuera por tantas vidas como se lleva cobradas el conflicto de Afganistán –españolas las más recientes-, desde que Norteamérica desencadenó la operación “Libertad Duradera” en octubre de 2001 con el objetivo de aplastar el terrorismo internacional personificado en Al-Quaeda y su líder Bin-Laden, este inocente chistecillo que circuló por entonces (¿Quién ha derribado las Torres Gemelas?: Un tal Iván, “un talibán”) sigue resumiendo el trasfondo de aquel confuso conflicto.

Los talibanes cargaron con todos los males, desde el derribo de los Budas en la roca hasta los “burkas” de las afganas, y fueron bombardeados, invadidos y derrotados. Se instauró un gobierno títere de los norteamericanos cuyo presidente hasta entonces era un ejecutivo afgano residente en California, y que sólo mantiene su autoridad en la capital, permaneciendo el resto del país en manos de los poderosos “señores de la guerra”. Posteriormente, se supo que había un proyecto de oleoducto para transportar petróleo de Asia Central a través de Afganistán hasta Pakistan y el Océano Índico que el régimen talibán quería cobrar muy caro, además de un ramal o grifo de “libre disposición”, a las poderosas petroleras norteamericanas controladas por el clan del vicepresidente Cheney. Las nuevas autoridades fueron más razonables, y el oleoducto resultó viable. Pero, de esto, nada, o muy poco, se hizo público.

Por otra parte, los EE.UU. necesitaron fuerzas militares que ayudaran a sobrellevar la ocupación sobre el terreno del país que el nuevo régimen era incapaz de sostener. Aquí es donde la historia se complica un poco más apareciendo un antiguo aliado de los Estados Unidos de cuando la “Guerra Fría”, la OTAN. ¿Qué se le había perdido en el país de los talibanes y de la amapola del opio?
Esta pregunta se viene haciendo en esta columna hace años, y ni siquiera la explicación del oleoducto como “gato encerrado” del conflicto contenía la respuesta. En estos días parece que la ministra Chacón también se la cuestiona, lo cuál es de preocupar; porque, o es tan ignorante como este columnista, lo cual sería grave, o el columnista es tan ignorante como ella, que sería aún más grave. El caso es que la OTAN sigue allí. Lo del “tal Iván”, resulta ya de “chacarrandana”. El negocio del tráfico del opio-amapola es tan intenso que las escaramuzas y tiroteos entre las tribus y con las fuerzas de “ocupación”, cesan durante la temporada de recolección agrícola de la misma.

En la actualidad el talibán se ha crecido una vez recuperado del gran castigo que le infringieron los bombardeos iniciales norteamericanos. La presencia española es testimonial entre la fuerza de la OTAN y demás aliados norteamericanos que siguen llevando el peso de la ocupación. Como se quiera llamar su presencia allí es lo de menos, es una cuestión semántica dominada por la falacia de turno a que se acostumbra entre los políticos socialistas. La incongruencia sigue siendo la misma, ¿qué intereses defiende la OTAN?. Como diría Epifanio del Cristo Martínez, “lo suyo” sería que dada la conflictividad natural de la región, sacudida por el tribalismo medieval, la ONU es la organización adecuada para encauzar el desarrollo del país hasta que salga del grado de primitivismo en que se encuentra. Cuestión aparte es la “refundación” de lo Organización de Naciones Unidas para asumir sus funciones en un mundo globalizado en lo económico, en lo administrativo, y en los conflictos.

Noticias relacionadas

Con 178 votos a favor y 172 en contra, y con un apoyo social mínimo, el Congreso de los Diputados aprobó, el pasado 14 de marzo, la Ley de amnistía, una ley a medida de un prófugo de la justicia hecha con la finalidad de garantizar su impunidad y la permanencia de Pedro Sánchez en el Gobierno.

Un famoso escritor fue a un pueblo para escribir un libro costumbrista. Para conocer al barquero, le pidió a éste que lo cruzara a la otra orilla del río. Una vez en el trayecto, le pregunta al aldeano si en su vida había leído un libro. Y éste le dice que no, a lo que el literato le contesta que había perdido un cuarto de vida.

Dia tras día aumenta la deuda de España y el dinero ¿dónde está? Día tras día suben los precios de la comida, todo está más caro y cada vez tenemos menos servicios. En este sistema “para gente de malvivir, los únicos que viven “bien” son los que viven “mal” y el “pueblo sufrido y globero” como decía Cantinflas, sufre y calla, pues si protestas puedes terminar en la cárcel.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto