Anoche la selección española cerraba un año de ensueño, en un amistoso en Villarreal, matriz de algunos de los jugadores que llevaron a España a uno de los momentos más grandes de su historia, con la consecución de la Eurocopa en la última edición celebrada en Austria y Suiza. Con dos entrenadores, Luís Aragonés, artífice de esa victoria y de llevar a la selección a un hito histórico con la consecución del título.
El juego que ha desplegado España durante este periodo de tiempo, ha maravillado al mundo entero, y ha generado unas enormes expectativas como futuro campeón del mundo. El espectacular “jogo bonito” de los españoles no ha dejado indiferente a nadie, y ha terminado de encumbrar a los jugadores nacionales, a los que les faltaba un empujoncito para llegar a ser reconocidos al más alto nivel.
Una prueba perfecta es la lista de candidatos al balón de oro, donde los españoles copan los más altos lugares junto a jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo o Messi. En un ambiente de polémicas, e inmersos debates sobre la presencia o no de Raúl, se labró la victoria de un grupo de jóvenes que disfrutan jugando al fútbol y que hicieron vibrar a millones de españoles que olvidaron sus mayores problemas, para por una vez sentirse más españoles que nunca, sin distinción alguna, todos éramos un sentimiento, todos éramos esos 23 jugadores que nos hicieron vivir uno de esos momentos que recordaremos hasta nuestro final.
Ayer, el combinado nacional seguí alegrando a los españoles. Su victoria por 3-0, con goles de Torres, Villa y Cazorla, alargaba la racha española de encuentros sin perder, que empezó con Luís Aragonés, ese sabio que descubrió la piedra filosofal de nuestro futbol, y que ha continuado con Del Bosque, ese filósofo que busca ser un sabio. Dos entrenadores perfectos para una selección que roza la perfección con su juego.
Y solo puedo terminar dándole las gracias a esos jugadores que visten la roja con orgullo y hacen del fútbol un arte, porque gracias a ellos, el 2008 ha sido un año para enmarcar.