Entre carreras, prisas y sofocos me encontré con Emilio a mitad de la Calle de Herradores en La Laguna, entre una toma de aire y otra, consiguió articular palabra diciéndome: ¿cómo estás?, yo ya ves, como todos corriendo, de tienda a tienda. Le comenté la posibilidad de tomarnos algo y me dijo, que bueno, pero que fuese rapidito.
Rapidito… De un lado para otro nos movemos por las calles de cualquiera de nuestras ciudades, con un objetivo, responder a mil demandas que nos marcamos, sin darnos cuenta que en la gran mayoría de las ocasiones nos dejamos absorber por la vorágine de responder a un modelo de vida, de Navidad que viene determinado por las prisas.
La prisas, el estrés y la vida, sin duda una mala combinación si eres incapaz de parar, para desconectar y comenzar a crear aquello que tu quieras vivir. No te has dado cuenta ¿qué quizás esa vida que llevas viene determinada desde fuera, a veces por la publicidad, y que en el mejor de los casos tu decides solo un uno por ciento de lo que te sucede.
Bueno, para que reflexiones te planteo lo siguiente con respecto al tiempo presente que estamos viviendo, es decir la Navidad, te has preguntado ¿qué Navidad y con quién te gustaría celebrarla? o ¿simplemente te mueven?
Vale, bien ya has parado, ese es el primer paso que debes de dar, ahora intenta descubrir tu propia felicidad, diseñada a tu medida y a la de los que están a tu lado, no tiene porque ser igual a la vida de nadie, en estas fechas puedes aplicarlo a la vivencia de la Navidad, hazla y diseña cada momento a tu medida. Ese diseño tienes que ir dirigido para que disfrutes en compañía de los tuyos y así vas a potenciar tus vivencias positivas, por esa razón no debes comparar tu vida con la de nadie, por lo tanto, tu Navidad será extraordinaria y única para ti, es la que sin duda vas a sentir, a vivir con tus amigos, con tu familia, etcétera.
Si no das ese giro a tu vida sin duda que saldrás perdiendo, vivir la vida de modelos irreales o esa que te diseña la publicidad dirigida a un consumismo extremo genera frustración ya que tus metas están desajustadas a tus posibilidades, a tus gustos y simplemente entras a cubrir necesidades que te han ido generando. Por ello busca tu espacio para que así puedas disfrutar de cada momento, por ejemplo en Navidad deberías por comenzar a diseñar una cena que no te genere ansiedad, ni miedo por el exceso de gasto, o incluso porque has hecho algo que no le gusta a nadie de los que están en tu mesa, pero claro, como toca. Por ello crea, genera alternativas y sobretodo investiga, diviértete y crea cada momento de la Navidad y del resto de la vida para que así seas libre y feliz.