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Tras los movimientos de jóvenes que se están produciendo estos días en Santiago de Compostela, me parece conveniente también recordar que la Iglesia Católica apuesta por el Evangelio de la familia en una sociedad en la que se abre paso la cultura de la muerte con sus diversas formas de descarte.
Los obispos españoles animan “a apoyar a quienes tiene derecho a nacer y a ser acogidos por sus padres con amor” y solicitan el apoyo social y estatal necesario para evitar que las mujeres se conviertan en víctimas del aborto. Los obispos alientan “a todos los católicos a promover la defensa de la vida, denunciando los proyectos legislativos que atentan contra ella y confunden la injusticia con el derecho”.
A través de los cauces que permite la sociedad democrática, es hora de movilizarse en favor de la vida, y también de “buscar con creatividad nuevos modos de instaurar la necesaria cultura del cuidado que la promueva y proteja”.
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
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