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La Navidad es una fiesta que da énfasis a una serie de fortalezas personales que hacen que muchas personas conecten sus sentimientos y vivencias positivas, hablamos sin duda alguna de la espiritualidad, la amistad, el perdón, la empatía…

Vivir una navidad feliz

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Como cada año, por estas fechas, la Navidad se presenta en nuestras vidas, y entonces pensamos en el estrés de las compras, las múltiples reuniones y el gasto de energía y de tiempo que he de dedicarle en cada momento, comienzo así generando un sin fin de expectativas negativas acerca de la Navidad. Estas van a incidir sobre tu voluntad y tu actitud ante la forma de vivirla. Recuerda que según nos cuenta Margaret Lee Runbeck: “La Felicidad no es una estación a la que llegues, sino una manera de viajar”

La Navidad es una fiesta que da énfasis a una serie de fortalezas personales que hacen que muchas personas conecten sus sentimientos y vivencias positivas, hablamos sin duda alguna de la espiritualidad, la amistad, el perdón, la empatía, etcétera. Además pone de manifiesto la vivencia de lo que conocemos como la Felicidad Hedónica, vinculada al aumento de la positividad en nuestras vidas desde la vivencia de emociones positivas como la alegría, la esperanza y la misma felicidad. Pasando por esos momentos únicos y festivos de celebración que pueden ir acompañados de saboreo, es decir le damos esa solemnidad de disfrute a cada momento a través del paladar, la música o incluso los momentos en los que acompañamos a nuestros hijos en juegos y diversiones.

Otro de los aspectos vinculados a la felicidad y el bienestar personal es la posibilidad de compartir todos estos momentos con la familia, los amigos e incluso los compañeros de trabajo, potenciando así la convivencia en positivo, pero además acompañados de ese entorno navideño que propicia la vivencia de esos momentos pues en muchas situaciones nos olvidamos de las prisas y prestamos atención a nuestro entorno, lo mejoramos y lo hacemos acogedor. Nos permitimos vivir lo que han denominado los daneses los momentos hygge este concepto alude a la sensación de bienestar, a la creación de un ambiente agradable, donde uno se rodea de las personas que le hacen sentir a gusto. En algunos países como por ejemplo en el Reino Unido se ha extendido desde a la decoración, en este caso hablaríamos de la decoración navideña como potenciado, hasta en el modo que nuestros hijos viven, es decir, enriqueciendo los momentos, se basa fundamentalmente en disfrutar de una situación confortable y sin prisas.

Además es fundamental el valor que adquiere en estas fiestas la felicidad rememorada, es decir, esa experiencia, persona o momento que añoramos y que transformamos en melancolía, que dirigida desde la oportunidad nos aporta valor. Por ejemplo, cuando preparamos el árbol rememorando a nuestros padres o abuelos, oímos el villancico preferido de nuestro hermano o hermana, o simplemente el olor y el sabor de una determinada comida o bebida, nos hace viajar a esos momentos felices. Rememorar las fiestas pasadas es un aspecto que si lo mezclamos con la melancolía para potenciar así la alegría y la esperanza adquiere un valor fundamental en nuestras Navidad, nos permite construir y trasladar esos momentos hasta hoy. Sin embargo, en ocasiones la felicidad rememoradas se transforma en tristeza que inunda todo, que me es imposible parar y reconducir, y me centro en la perdida o simplemente la añoranza se instala en mi.

En estos momentos debemos de comenzar a descubrir las potencialidades que nos presenta la vivencia del momento actual, debemos de trasladarnos al mundo de nuestros pensamientos e intentar entender esa situación por la que estoy atravesando y que cada año hace que mi Navidad se transforme en tristeza, entendiendo al mismo tiempo que además yo soy “Dador de Felicidad” y que enriquezco la vida de las personas que están a mi lado. Es curioso cuando te das la oportunidad de entender esta posibilidad en tu vida. Pero al mismo tiempo cuando te planteas esta posibilidad serás recompensado. Pues sin duda alguna, y eso responde a una ley máxima de la felicidad, todo aquello que das te vendrá devuelto con creces, así incluso lo demuestran múltiples investigaciones.

Cada vez estoy más convencido que la felicidad es la conexión entre múltiples redes de convivencia positivas que te permiten enriquecer y experimentar momentos únicos, y que tu eres como una bombilla en una guirnalda de Navidad, cuando están encendidas todas parece que no aportas nada a los momentos, pero cuando una se estropea no enciende ninguna.

Por ello debes de potenciar en esta navidad debes de potenciar tu voluntad de esforzarte en vivir la navidad aprovechando cada momento como único y extraordinario, ese momento es un regalo, así que vívelo con esa solemnidad, pero además pon todos tus sentidos en potenciar entornos agradables, donde olvides las prisas y pongas atención en lo que tu o tus amigos o familiares necesitarían para que ese momento fuese único.

Dedica un momento a parar y rememora aquellos momentos de la infancia, compártelos con tus hijos e hijas, recuerda las vivencias con tus amigos de la infancia y piensa en lo afortunado que eres de poder vivirlos nuevamente.

Intenta fomentar el buen humor, cuenta chistes, ve películas de humor, ríete, la risa es importantísima en nuestra vida, nos permite implementar nuestros niveles de endorfinas. Juega con tus hijos, e incluso con otros adultos.

Pero además elimina todos aquellos estresores que convierten a la Navidad en un corre y no pares, para ello es bueno que planifiques adecuadamente y con tiempo los momentos y compras, no sientas, ni vivas las cosas como una obligación, plantéate objetivos realizables y haz en cada momento aquellas cosas que te enriquezcan.

Practica el agradecimiento y el perdón son dos propósitos realizables en estas fiestas, piensa en aquellas personas que dan color a tu vida, que te ayudan a crecer cada día y que sin duda alguna le aportan valor, agradécele ese papel en tus vidas, lo puedes hacer a través de una carta de agradecimiento, queda con ellos léeselas. Pero además recuerda que en estas fiestas compartirás momentos con personas con la que no mantienes buenas relaciones, quizás ya a pasado tanto tiempo de aquella ofensa, o ese mal entendido que ya ni siquiera lo recuerdas, así te “Da” a ti la oportunidad de liberarte de esa negatividad y al otro y los demás de poder vivir una Navidad Feliz. Recuerda que tu eres responsable de la Felicidad de los que están a tu lado y eso es un valor, así que intenta eliminar lastres que no te permitan volar.

Por lo tanto, recuerda que siempre es un buen momento para ser feliz, es tu voluntad y tu actitud ante la vida lo que va a hacer que puedas sacarle el máximo de su valor, o simplemente te frenen y te carguen de negatividad. Se Feliz. Sin más te deseo unas Feliz Navidad y unas Felices Fiestas.

Vivir una navidad feliz

La Navidad es una fiesta que da énfasis a una serie de fortalezas personales que hacen que muchas personas conecten sus sentimientos y vivencias positivas, hablamos sin duda alguna de la espiritualidad, la amistad, el perdón, la empatía…
José J. Rivero
lunes, 7 de diciembre de 2015, 00:33 h (CET)
Como cada año, por estas fechas, la Navidad se presenta en nuestras vidas, y entonces pensamos en el estrés de las compras, las múltiples reuniones y el gasto de energía y de tiempo que he de dedicarle en cada momento, comienzo así generando un sin fin de expectativas negativas acerca de la Navidad. Estas van a incidir sobre tu voluntad y tu actitud ante la forma de vivirla. Recuerda que según nos cuenta Margaret Lee Runbeck: “La Felicidad no es una estación a la que llegues, sino una manera de viajar”

La Navidad es una fiesta que da énfasis a una serie de fortalezas personales que hacen que muchas personas conecten sus sentimientos y vivencias positivas, hablamos sin duda alguna de la espiritualidad, la amistad, el perdón, la empatía, etcétera. Además pone de manifiesto la vivencia de lo que conocemos como la Felicidad Hedónica, vinculada al aumento de la positividad en nuestras vidas desde la vivencia de emociones positivas como la alegría, la esperanza y la misma felicidad. Pasando por esos momentos únicos y festivos de celebración que pueden ir acompañados de saboreo, es decir le damos esa solemnidad de disfrute a cada momento a través del paladar, la música o incluso los momentos en los que acompañamos a nuestros hijos en juegos y diversiones.

Otro de los aspectos vinculados a la felicidad y el bienestar personal es la posibilidad de compartir todos estos momentos con la familia, los amigos e incluso los compañeros de trabajo, potenciando así la convivencia en positivo, pero además acompañados de ese entorno navideño que propicia la vivencia de esos momentos pues en muchas situaciones nos olvidamos de las prisas y prestamos atención a nuestro entorno, lo mejoramos y lo hacemos acogedor. Nos permitimos vivir lo que han denominado los daneses los momentos hygge este concepto alude a la sensación de bienestar, a la creación de un ambiente agradable, donde uno se rodea de las personas que le hacen sentir a gusto. En algunos países como por ejemplo en el Reino Unido se ha extendido desde a la decoración, en este caso hablaríamos de la decoración navideña como potenciado, hasta en el modo que nuestros hijos viven, es decir, enriqueciendo los momentos, se basa fundamentalmente en disfrutar de una situación confortable y sin prisas.

Además es fundamental el valor que adquiere en estas fiestas la felicidad rememorada, es decir, esa experiencia, persona o momento que añoramos y que transformamos en melancolía, que dirigida desde la oportunidad nos aporta valor. Por ejemplo, cuando preparamos el árbol rememorando a nuestros padres o abuelos, oímos el villancico preferido de nuestro hermano o hermana, o simplemente el olor y el sabor de una determinada comida o bebida, nos hace viajar a esos momentos felices. Rememorar las fiestas pasadas es un aspecto que si lo mezclamos con la melancolía para potenciar así la alegría y la esperanza adquiere un valor fundamental en nuestras Navidad, nos permite construir y trasladar esos momentos hasta hoy. Sin embargo, en ocasiones la felicidad rememoradas se transforma en tristeza que inunda todo, que me es imposible parar y reconducir, y me centro en la perdida o simplemente la añoranza se instala en mi.

En estos momentos debemos de comenzar a descubrir las potencialidades que nos presenta la vivencia del momento actual, debemos de trasladarnos al mundo de nuestros pensamientos e intentar entender esa situación por la que estoy atravesando y que cada año hace que mi Navidad se transforme en tristeza, entendiendo al mismo tiempo que además yo soy “Dador de Felicidad” y que enriquezco la vida de las personas que están a mi lado. Es curioso cuando te das la oportunidad de entender esta posibilidad en tu vida. Pero al mismo tiempo cuando te planteas esta posibilidad serás recompensado. Pues sin duda alguna, y eso responde a una ley máxima de la felicidad, todo aquello que das te vendrá devuelto con creces, así incluso lo demuestran múltiples investigaciones.

Cada vez estoy más convencido que la felicidad es la conexión entre múltiples redes de convivencia positivas que te permiten enriquecer y experimentar momentos únicos, y que tu eres como una bombilla en una guirnalda de Navidad, cuando están encendidas todas parece que no aportas nada a los momentos, pero cuando una se estropea no enciende ninguna.

Por ello debes de potenciar en esta navidad debes de potenciar tu voluntad de esforzarte en vivir la navidad aprovechando cada momento como único y extraordinario, ese momento es un regalo, así que vívelo con esa solemnidad, pero además pon todos tus sentidos en potenciar entornos agradables, donde olvides las prisas y pongas atención en lo que tu o tus amigos o familiares necesitarían para que ese momento fuese único.

Dedica un momento a parar y rememora aquellos momentos de la infancia, compártelos con tus hijos e hijas, recuerda las vivencias con tus amigos de la infancia y piensa en lo afortunado que eres de poder vivirlos nuevamente.

Intenta fomentar el buen humor, cuenta chistes, ve películas de humor, ríete, la risa es importantísima en nuestra vida, nos permite implementar nuestros niveles de endorfinas. Juega con tus hijos, e incluso con otros adultos.

Pero además elimina todos aquellos estresores que convierten a la Navidad en un corre y no pares, para ello es bueno que planifiques adecuadamente y con tiempo los momentos y compras, no sientas, ni vivas las cosas como una obligación, plantéate objetivos realizables y haz en cada momento aquellas cosas que te enriquezcan.

Practica el agradecimiento y el perdón son dos propósitos realizables en estas fiestas, piensa en aquellas personas que dan color a tu vida, que te ayudan a crecer cada día y que sin duda alguna le aportan valor, agradécele ese papel en tus vidas, lo puedes hacer a través de una carta de agradecimiento, queda con ellos léeselas. Pero además recuerda que en estas fiestas compartirás momentos con personas con la que no mantienes buenas relaciones, quizás ya a pasado tanto tiempo de aquella ofensa, o ese mal entendido que ya ni siquiera lo recuerdas, así te “Da” a ti la oportunidad de liberarte de esa negatividad y al otro y los demás de poder vivir una Navidad Feliz. Recuerda que tu eres responsable de la Felicidad de los que están a tu lado y eso es un valor, así que intenta eliminar lastres que no te permitan volar.

Por lo tanto, recuerda que siempre es un buen momento para ser feliz, es tu voluntad y tu actitud ante la vida lo que va a hacer que puedas sacarle el máximo de su valor, o simplemente te frenen y te carguen de negatividad. Se Feliz. Sin más te deseo unas Feliz Navidad y unas Felices Fiestas.

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