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La crisis carnívora

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Últimamente asistimos al advenimiento del fin de la crisis , ese que basado en cifras macroeconómicas anunciadas a golpe de titular electoral nos presentan a una nueva España resurgida de las cenizas de la marchita economía . Así y mientras a golpe de corneta los profetas de la nueva economía liberal hacen buenas las doctrinas del recorte y la limitación de derechos como hechos fundamentales para explicar el fin de la crisis, las realidades cotidianas de la mayoría de la ciudadanía constatan que lejos de acabar, la crisis sigue siendo hoy algo presente en miles de hogares de nuestro país donde las economías familiares han llegado ya a su tope de resistencia tras años de aguantar un chaparrón de recortes insolidarios y pérdida de derechos laborales que hoy arroja unos datos abrumadores de empobrecimiento de una sociedad, la nuestra , la de un país en donde el 30% de su ciudadanía está en situación de pobreza y dos millones de niños y niñas pasan hambre.

Estos son los campos de batalla de la sinrazón liberal y conservadora , campos llenos de precariedad laboral en donde las víctimas han sido los padres y los hijos de las clases trabajadoras de nuestro país, los primeros por haber sido despedidos a través de la maravillosa flexibilidad del mercado tan demandada por los jerifantes de la derecha , los segundos como carne de cañón para el mecanismo laboral de las empresas que ávidas de rellenar los huecos de esos padres ya “improductivos” vieron la oportunidad de contratar a precio de mercado africano a jóvenes de esos de la generación “jasp” sobradamente preparados que hoy mendigan por un salario de 600 Euros y celebran alcanzar el sueño de ser un mileurista explotado por una crisis carnívora que ha devorado todos los pilares del bienestar pactado entre la clase trabajadora y el sistema capitalista.

La crisis carnívora

Josu Gómez Barrutia
sábado, 7 de noviembre de 2015, 10:22 h (CET)
Últimamente asistimos al advenimiento del fin de la crisis , ese que basado en cifras macroeconómicas anunciadas a golpe de titular electoral nos presentan a una nueva España resurgida de las cenizas de la marchita economía . Así y mientras a golpe de corneta los profetas de la nueva economía liberal hacen buenas las doctrinas del recorte y la limitación de derechos como hechos fundamentales para explicar el fin de la crisis, las realidades cotidianas de la mayoría de la ciudadanía constatan que lejos de acabar, la crisis sigue siendo hoy algo presente en miles de hogares de nuestro país donde las economías familiares han llegado ya a su tope de resistencia tras años de aguantar un chaparrón de recortes insolidarios y pérdida de derechos laborales que hoy arroja unos datos abrumadores de empobrecimiento de una sociedad, la nuestra , la de un país en donde el 30% de su ciudadanía está en situación de pobreza y dos millones de niños y niñas pasan hambre.

Estos son los campos de batalla de la sinrazón liberal y conservadora , campos llenos de precariedad laboral en donde las víctimas han sido los padres y los hijos de las clases trabajadoras de nuestro país, los primeros por haber sido despedidos a través de la maravillosa flexibilidad del mercado tan demandada por los jerifantes de la derecha , los segundos como carne de cañón para el mecanismo laboral de las empresas que ávidas de rellenar los huecos de esos padres ya “improductivos” vieron la oportunidad de contratar a precio de mercado africano a jóvenes de esos de la generación “jasp” sobradamente preparados que hoy mendigan por un salario de 600 Euros y celebran alcanzar el sueño de ser un mileurista explotado por una crisis carnívora que ha devorado todos los pilares del bienestar pactado entre la clase trabajadora y el sistema capitalista.

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