Cuando observo mi teléfono móvil descubro las maravillas de lo que la tecnología ha sido capaz, ves como en unos 10 años hemos pasado de una tecnología de comunicación basada en la voz, a la construcción de herramientas que nos ponen en la palma de la mano multitud de recursos y personas en tiempo real. Desde la comunicación con otras personas, la información y hasta el ocio, pero que al mismo tiempo está cargada de algunos riesgos, principalmente relacionados con un uso racional de las mismas, es decir, ser capaces de desconectar y no vivir eternamente conectados.
Podríamos afirmar que una persona tiene un problema de posible adicción digital cuando dedica muchas horas del día a responder a las diferentes demandas que me ofertan las herramientas de comunicación e interacción digital, que van desde la interacción en redes sociales, a la utilización de juegos y diferentes apps. Al mismo tiempo esto va a afectar a su dinámica diaria, lo que afecta a su día a día. Cuando hablamos de uso excesivo nos referimos a utilizar mucho tiempo a responder a las demandas, afectado a nivel laboral, personal y socio-familiar, etc.
Ello implica un cambio en la dinámica de su vida diaria, afectándole en su bienestar personal y su felicidad, ya que ocasiona una necesidad importante por estar conectado, o realizando alguna actividad relacionada.
Esto hace que comencemos a encontrar muchos expertos que comiencen a hablar de trastornos de adicciones no relacionados con el consumo de sustancia, como son los trastornos de adicciones a internet o adicciones digitales, aunque todavía faltan datos e investigaciones que nos planteen una buena definición de los criterios y síntomas que los definan.
Esta serie de problemas que afectan a los diferentes niveles vitales de las personas, y que afectan negativamente el desarrollo personal y son fuente de ansiedad y malestar hacen que estas personas pasen muchas horas al día frente al ordenador, utilizando tablet o teléfonos móviles, navegando por Internet, en redes sociales, jugando a juegos online o incluso la nueva línea de apuestas digitales.
Actualmente estas adicciones se han potenciado debido a la implementación del uso cada vez más extendido de los teléfonos móviles de tecnología Smartphone o iphone, así como de las oportunidades de vivir una vida más conectados, debido a que la mejora de la accesibilidad a las herramientas online, que hacen que las personas puedan acceder con más facilidad a la red, así como el aumento de usuarios de herramientas de comunicación en red como whassaps, twitter, facebook, pintarest…
Podemos sin duda hablar de un uso desamparado de las potentes herramientas a las que podemos acceder a través de nuestros potentes teléfonos móviles, mal uso de las mismas que hacemos por un proceso no educativo de uso. Es decir, hemos ido introduciendo las nuevas potencialidades comunicativas y de uso de la información y ahora debemos de ir adaptando el uso racional de las mismas.
Por esa razón hablo de un uso desadaptativo de las herramientas que nos conectan con el mundo digital, que podemos definir como ese uso excesivo que asociamos con la pérdida de la noción del tiempo y que acarrea el abandono de muchas de nuestras actividades cotidianas y que en algunos casos afecta a nuestras necesidades básicas, como comer o dormir, aquí entrarían esas personas que recortan sus horas de sueño debido a la necesidad de estar conectados y chateando durante largos periodos de tiempo.
En esa misma línea nos encontramos con personas que experimentan emociones como la rabia, la tristeza y la agresividad relacionadas con la abstinencia, además del grado de malestar relacionados con el tiempo que le resta a la persona ese uso abusivo en las diferentes facetas de la vida de la persona, afectándoles a nivel personal, social y familiar.
Sin duda, nos encontramos en un momento donde debemos de pararnos a mirar como nos afecta a nuestras vidas tanto de manera negativa como positiva, la utilización de las herramientas digitales, un mundo en el que cada vez iremos incorporándonos, pero que implica una serie de cambios y riesgos de los que debemos de ser conscientes y que a la larga no resten bienestar sino que al final mejoren nuestro crecimiento personal dándonos más opciones de potenciarnos como personas felices.