Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | España | Política

España

|

El caso catalán ha puesto muy nerviosos a los poderes y éstos se han lanzado a la defensa de la “unidad,”. Dan por hecho un consenso de los españoles sobre el término “patria”. Hay demasiadas Españas como para saltarnos este escollo, pero las “grandes pantallas” lo hacen sin pudor.

En Lille usan el término castellano para indicar que una carne es de pésima calidad y en Búfalo me preguntaban sobre el goce de los españoles en tocar culos. Cada loco con sus temas; Flandes formó parte del imperio español y Sofía Loren vive en USA. Yo no tengo nada que ver con esas Españas, pero tengo un pasaporte y supongo, mi derecho a opinar.

En el mismo Lille, en el 65, encontré una excelente acogida por aquellos que se sentían avergonzados del Pacto de Múnich, que permitía a los Estados “demócratas” europeos, quedarse con los brazos cruzados mientras Hitler y Mussolini intervenían en la Guerra Civil Española. Y Hemingway era estadunidense.

Hay muchas Españas; la del imperio en el que no se ponía el sol, que ha dejado en las mentes de los flamencos el mal rollo que expresa su significado de “carne” o en las de los españoles, La Celestina o la picaresca, que reflejan la miseria. Están, asimismo la que fue víctima del Pacto de Múnich, la del rey Pelayo y la de los recortes.

Me parece ilustrativo el escenario que se ha montado en la entrega de los premios Princesa de Asturias: ha habido posiciones y manifestaciones a favor y en contra del acto, digamos que son muestras de divergencias en el concepto de España. En su discurso, el rey ha proclamado la excelencia de la iniciativa y prevenido contra las tentaciones de ruptura de la unidad de la Patria, al grito: “Que nadie levante muros con los sentimientos”. No parece coherente que el jefe del Estado ignore, en su discurso, la posición del Ayuntamiento de Oviedo, su anfitrión, ante los premios Princesa de Asturias; el tripartito que lo gobierna se ha desquebrajado en posicionamientos ante el evento: lo acoge el alcalde (PSOE) y se manifiestan en contra Somos e IU.

Hay una España de Su Majestad, pero un jefe del Estado no puede ignorar las Españas de los ciudadanos que representa.

España

Carlos Ortiz de Zárate
domingo, 25 de octubre de 2015, 10:09 h (CET)
El caso catalán ha puesto muy nerviosos a los poderes y éstos se han lanzado a la defensa de la “unidad,”. Dan por hecho un consenso de los españoles sobre el término “patria”. Hay demasiadas Españas como para saltarnos este escollo, pero las “grandes pantallas” lo hacen sin pudor.

En Lille usan el término castellano para indicar que una carne es de pésima calidad y en Búfalo me preguntaban sobre el goce de los españoles en tocar culos. Cada loco con sus temas; Flandes formó parte del imperio español y Sofía Loren vive en USA. Yo no tengo nada que ver con esas Españas, pero tengo un pasaporte y supongo, mi derecho a opinar.

En el mismo Lille, en el 65, encontré una excelente acogida por aquellos que se sentían avergonzados del Pacto de Múnich, que permitía a los Estados “demócratas” europeos, quedarse con los brazos cruzados mientras Hitler y Mussolini intervenían en la Guerra Civil Española. Y Hemingway era estadunidense.

Hay muchas Españas; la del imperio en el que no se ponía el sol, que ha dejado en las mentes de los flamencos el mal rollo que expresa su significado de “carne” o en las de los españoles, La Celestina o la picaresca, que reflejan la miseria. Están, asimismo la que fue víctima del Pacto de Múnich, la del rey Pelayo y la de los recortes.

Me parece ilustrativo el escenario que se ha montado en la entrega de los premios Princesa de Asturias: ha habido posiciones y manifestaciones a favor y en contra del acto, digamos que son muestras de divergencias en el concepto de España. En su discurso, el rey ha proclamado la excelencia de la iniciativa y prevenido contra las tentaciones de ruptura de la unidad de la Patria, al grito: “Que nadie levante muros con los sentimientos”. No parece coherente que el jefe del Estado ignore, en su discurso, la posición del Ayuntamiento de Oviedo, su anfitrión, ante los premios Princesa de Asturias; el tripartito que lo gobierna se ha desquebrajado en posicionamientos ante el evento: lo acoge el alcalde (PSOE) y se manifiestan en contra Somos e IU.

Hay una España de Su Majestad, pero un jefe del Estado no puede ignorar las Españas de los ciudadanos que representa.

Noticias relacionadas

Un 23 de abril de 1934, según el diario El Mundo de Buenos Aires, la Sociedad de las Naciones había desmentido actos de canibalismo en las tropas bolivianas que combatían en el Chaco. El New York Times había publicado trascendidos que circulaban en La Paz, dando cuenta de que nativos del Chaco, sin ningún respeto,  habían matado y devorado a oficiales bolivianos, en protesta por el reclutamiento forzozo de los pueblos originarios.

Tenemos un país donde miles de personas votan a asesinos. Algo no está bien. Adoctrinados en el odio a España, desde pequeños, votan. El problema es que representan el 0,7% pero influyen en España al 100%. Poco que hacer. Puede ir a peor. Aficiones y aflicciones del personal de allí, allá o acullá; y el de aquí. Por lo que hay y pueda ocurrir, el resultado importa. En el País Vasco sobre todo, también en el resto de España y en la UE.

Las  conductas de riesgo son aquellos comportamientos que implican un efecto placentero inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores. Es preciso comprender que son los mecanismos cognitivos los que guían al adolescente y joven a la asunción de conductas de riesgo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto