Decían los integrantes de la mazorca que gobernaba Paraguay durante la dictadura del General Alfredo Stroessner, que los afiliados al Partido Revolucionario Febrerista cabían en su totalidad en un tranvía. Quienes lo afirmaban eran dirigentes del Partido Colorado, que con la venia del dictador ganaba las elecciones con más del noventa por ciento de los votos.
Tres décadas después de aquel tiempo, con las libertades civiles conquistas y el pensamiento democrático consolidado en la sociedad, se hacen evidentes los cambios.
Hoy el candidato del Partido Revolucionario Febrerista, Mario Ferreiro, supera por una ventaja irreversible que ronda los veinte puntos al candidato del Partido Colorado, Arnaldo Samaniego.
Mientras Ferreiro se basa en el respeto a los votantes y en la imagen positiva que cultivó durante años de ejercer el periodismo, Samaniego se hizo con la nominación de su partido con el único argumento de la imposición autoritaria desde el poder y la falta de autonomía de pensamiento que aqueja a la dirigencia de su partido.
La palpable preferencia de la mayoría de los votantes por Ferreiro, no sólo ha provocado una abrupta caída del crédito a Samaniego, también una psicosis histérica en sus adversarios.
Uno de los primeros síntomas del fenómeno fue un malestar en grupo de concejales oficialistas. Éstos hicieron notar problemas de financiación en carpas de Samaniego, y reclamaron más recursos para encarar el compromiso electoral.
Los candidatos a concejales por el Partido Colorado revelaron que los responsables de la campaña en su agrupación los eluden de manera permanente, e incluso amenazaron con abandonar a su suerte al desprestigiado intendente Samaniego. Graficó la situación afirmando que se está realizando un esfuerzo inútil, dando a entender que el oficialismo ya tiene perdidas las elecciones.
Otros signos evidenciaron el nerviosismo reinante en el seno del oficialismo, como el auge del espionaje telefónico y la atenta vigilancia de los movimientos del candidato a intendente por una coalición opositora.
Partidarios de Samaniego fueron sorprendidos siguiendo a Ferreiro y sacando fotografías de sus reuniones en algunos espacios públicos, hecho que indignó a la ciudadanía y fue interpretado como un claro intento de amedrentamiento.
Una primera encuesta publicada días atrás que daba como ganador a Ferreiro por 17 puntos había generado un airado rechazo por parte de los dirigentes oficialistas, quienes acusaron al encuestador de venal. Una nueva encuesta más reciente, sin embargo, ampliaba a 19 la ventaja de Ferreiro echando por tierra las protestas contra dichos sondeos.
Se ha dicho que la forma de comunicación más rápida y eficaz es el pánico. Tal vez ello explique, aunque no haga falta, el constante crecimiento de la brecha que posiciona como seguro ganador en Asunción a Mario Ferreiro, aunque el partido que representa apenas logre llenar un tranvía.