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Paco Milla

Phelps, Nadal, Bolt y Usted. Máquinas contra humanos

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Tengo un conocido, que cuando se encuentra ante algo que le sobrepasa, suele exclamar: no es humano, es un maquina. O eso, o han pasado algunos días en la piscina de Cocoon, procedentes de Antarea.

Es que si no, es difícil explicar lo que estamos viendo estos días en pantalla.
¿Recuerdan a Ben Jonson, Carl Lewis o Mark Spitz?

Casi seguro que ustedes, como yo, en aquellos años, pensábamos que el humano, aun podría llegar a la meta unas décimas de segundo antes, se podría saltar unos milímetros mas alto o dar dos brazadas mas en el agua, pero que el limite estaba cerca.

Yo al menos, pensaba que veríamos muy pocos records del mundo mas, puesto que un “sapiens” entrenado (sin dopajes) ha de tener un limite.

Imagínense ustedes mismos, como adversario de Nadal, la noche anterior al partido. Seguramente pensarían ¿Dios, pero que te he hecho para que me castigues con esto? La situación debe asemejarse a jugar contra un cañón de la fabrica de Trubia. Pues eso, una maquina.

O como participantes de la final de los 100 metros:

Usted lleva cuatro años preparándose para ella, todos los detalles han sido esmeradamente cuidados, su cuerpo ha respondido, se ha superado, su “fisio” ha conseguido que llegue usted hasta aquí, en la mejor forma posible y su mente se ha endurecido. Usted corre esa distancia en menos de 10 segundos, es uno de los elegidos para la gloria, solo hay un problema: uno de sus adversarios (incluso enemigo) hará la carrera con una zapatilla desabrochada, forzará 2/3 de la misma, el tercio restante se dejará llevar por la inercia, mirando a cámara y golpeándose el pecho posando para la foto, antes de romper la cinta. ¿Humilla o no?

¿Dónde está el límite del jamaicano, que se empeña cada carrera en NO demostrarnos sus verdaderos tiempos, si se esforzara al cien por cien?
Y de Phelps, solo decir que si mañana, el telediario cuenta que una vecina suya, que le conoció de pequeño, ha dicho que realmente este espécimen es un delfín evolucionado, que adopto el aspecto de sus allegados, oigan, yo me lo creeré.

Estoy seguro que las tres palabras mas repetidas en este blog son tres: autoestima, capacidad de esfuerzo y condiciones innatas. La suma de las tres, puede llevarnos a metas insospechadas, incluso a que los demás piensen que somos extraterrestres.

POR TANTO… abandone el sofá, tire la cerveza, meta la barriga y mírese al espejo (en este orden), suba al desván, rescate aquella raqueta que aun huele a sudor de adolescente, cómprese unas muñequeras en el Carrefour y una diadema de toalla, para que el sudor no resbale hasta los ojos, en la que se lea bien claro: “Nasio pa ganar”, cómprese un pack de Acuarius , saque la cabeza por la única ventana de su hipotecada casa que da a la calle y grite con fuerza: NADAL, PREPARATE. HAS DESPERTADO AL MONSTRUO. Pues eso.

Phelps, Nadal, Bolt y Usted. Máquinas contra humanos

Paco Milla
Paco Milla
miércoles, 20 de agosto de 2008, 13:17 h (CET)
Tengo un conocido, que cuando se encuentra ante algo que le sobrepasa, suele exclamar: no es humano, es un maquina. O eso, o han pasado algunos días en la piscina de Cocoon, procedentes de Antarea.

Es que si no, es difícil explicar lo que estamos viendo estos días en pantalla.
¿Recuerdan a Ben Jonson, Carl Lewis o Mark Spitz?

Casi seguro que ustedes, como yo, en aquellos años, pensábamos que el humano, aun podría llegar a la meta unas décimas de segundo antes, se podría saltar unos milímetros mas alto o dar dos brazadas mas en el agua, pero que el limite estaba cerca.

Yo al menos, pensaba que veríamos muy pocos records del mundo mas, puesto que un “sapiens” entrenado (sin dopajes) ha de tener un limite.

Imagínense ustedes mismos, como adversario de Nadal, la noche anterior al partido. Seguramente pensarían ¿Dios, pero que te he hecho para que me castigues con esto? La situación debe asemejarse a jugar contra un cañón de la fabrica de Trubia. Pues eso, una maquina.

O como participantes de la final de los 100 metros:

Usted lleva cuatro años preparándose para ella, todos los detalles han sido esmeradamente cuidados, su cuerpo ha respondido, se ha superado, su “fisio” ha conseguido que llegue usted hasta aquí, en la mejor forma posible y su mente se ha endurecido. Usted corre esa distancia en menos de 10 segundos, es uno de los elegidos para la gloria, solo hay un problema: uno de sus adversarios (incluso enemigo) hará la carrera con una zapatilla desabrochada, forzará 2/3 de la misma, el tercio restante se dejará llevar por la inercia, mirando a cámara y golpeándose el pecho posando para la foto, antes de romper la cinta. ¿Humilla o no?

¿Dónde está el límite del jamaicano, que se empeña cada carrera en NO demostrarnos sus verdaderos tiempos, si se esforzara al cien por cien?
Y de Phelps, solo decir que si mañana, el telediario cuenta que una vecina suya, que le conoció de pequeño, ha dicho que realmente este espécimen es un delfín evolucionado, que adopto el aspecto de sus allegados, oigan, yo me lo creeré.

Estoy seguro que las tres palabras mas repetidas en este blog son tres: autoestima, capacidad de esfuerzo y condiciones innatas. La suma de las tres, puede llevarnos a metas insospechadas, incluso a que los demás piensen que somos extraterrestres.

POR TANTO… abandone el sofá, tire la cerveza, meta la barriga y mírese al espejo (en este orden), suba al desván, rescate aquella raqueta que aun huele a sudor de adolescente, cómprese unas muñequeras en el Carrefour y una diadema de toalla, para que el sudor no resbale hasta los ojos, en la que se lea bien claro: “Nasio pa ganar”, cómprese un pack de Acuarius , saque la cabeza por la única ventana de su hipotecada casa que da a la calle y grite con fuerza: NADAL, PREPARATE. HAS DESPERTADO AL MONSTRUO. Pues eso.

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Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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