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Jorge García

La sabia decisión de Baptista

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Un futbolista debe dedicarse a jugar al fútbol. Una frase clara, simple, incluso tonta. Los jugadores de fútbol, cobran por jugar. O deberían cobrar por jugar. Santiago Ezquerro, por ejemplo, jugador del Barcelona hasta esta temporada, se ha pasado varios años de su carrera deportiva cobrando por ir a entrenar, sentarse en el banquillo y viajar con su equipo. Siendo consciente de su nula participación en el juego culé y de que sus esperanzas de progreso eran fantásticas y utópicas, Ezquerro, sin pudor ni remordimientos, ha rechazado todas las ofertas que le han llegado. Comodidad frente sacrificio. Dinero frente a trabajo.

Pero no es el objetivo de este texto atacar al jugador vasco, en parte porque como él hay muchos más jugadores que optan por ingresar mucho y correr poco, anteponiéndolo a cobrar menos y ser futbolista, profesional, trabajador. Sin embargo, no todos son así. En clara oposición con este tipo de mercenarios se encuentra otro tipo de jugador que busca practicar el fútbol, ganarse el dinero que le dan, cumplir con su profesión. Un ejemplo actual de este tipo de futbolista es Julio Baptista.

La Bestia era consciente de que con la llegada de Van der Vaart su participación en el Real Madrid iba a ser más testimonial que relevante. Y con gran demostración de raciocinio y coherencia, de profesionalidad al fin y al cabo, ha decidido que no quiere cobrar tres millones de euros al año para jugar tres partidos amistosos y alguno de Copa del Rey. Ha preferido buscar un sitio donde jugar que uno donde gastar. Y en principio parece que el destino para seguir haciendo lo que sabe es muy bueno: Roma.

Tenía varias ofertas de Inglaterra, pero su experiencia en las islas con el Arsenal no le dejó un buen sabor de boca. Además, equipos como el Newcastle no son precisamente un seguro de tranquilidad y ambición. Sin embargo, la Roma puede ser el equipo ideal para Julio. Un club con un proyecto serio, ambicioso, que jugará la Champions este año, con una gran plantilla y varios compatriotas y amigos en sus filas. No parece un mal destino. Sobre todo, porque le garantiza justo lo que él busca y muchos rechazan y detestan: jugar al fútbol.

Conseguir un puesto de titular no parece difícil. La Bestia está un escalón por encima de Perrotta, típico futbolista que busca la pelota para dársela a otro, por lo que se cumplen todas las condiciones para que volvamos a ver al futbolista del Sevilla que tanto impresionó. Sin duda parece una sabia decisión.

La sabia decisión de Baptista

Jorge García
Jorge García
martes, 19 de agosto de 2008, 12:14 h (CET)
Un futbolista debe dedicarse a jugar al fútbol. Una frase clara, simple, incluso tonta. Los jugadores de fútbol, cobran por jugar. O deberían cobrar por jugar. Santiago Ezquerro, por ejemplo, jugador del Barcelona hasta esta temporada, se ha pasado varios años de su carrera deportiva cobrando por ir a entrenar, sentarse en el banquillo y viajar con su equipo. Siendo consciente de su nula participación en el juego culé y de que sus esperanzas de progreso eran fantásticas y utópicas, Ezquerro, sin pudor ni remordimientos, ha rechazado todas las ofertas que le han llegado. Comodidad frente sacrificio. Dinero frente a trabajo.

Pero no es el objetivo de este texto atacar al jugador vasco, en parte porque como él hay muchos más jugadores que optan por ingresar mucho y correr poco, anteponiéndolo a cobrar menos y ser futbolista, profesional, trabajador. Sin embargo, no todos son así. En clara oposición con este tipo de mercenarios se encuentra otro tipo de jugador que busca practicar el fútbol, ganarse el dinero que le dan, cumplir con su profesión. Un ejemplo actual de este tipo de futbolista es Julio Baptista.

La Bestia era consciente de que con la llegada de Van der Vaart su participación en el Real Madrid iba a ser más testimonial que relevante. Y con gran demostración de raciocinio y coherencia, de profesionalidad al fin y al cabo, ha decidido que no quiere cobrar tres millones de euros al año para jugar tres partidos amistosos y alguno de Copa del Rey. Ha preferido buscar un sitio donde jugar que uno donde gastar. Y en principio parece que el destino para seguir haciendo lo que sabe es muy bueno: Roma.

Tenía varias ofertas de Inglaterra, pero su experiencia en las islas con el Arsenal no le dejó un buen sabor de boca. Además, equipos como el Newcastle no son precisamente un seguro de tranquilidad y ambición. Sin embargo, la Roma puede ser el equipo ideal para Julio. Un club con un proyecto serio, ambicioso, que jugará la Champions este año, con una gran plantilla y varios compatriotas y amigos en sus filas. No parece un mal destino. Sobre todo, porque le garantiza justo lo que él busca y muchos rechazan y detestan: jugar al fútbol.

Conseguir un puesto de titular no parece difícil. La Bestia está un escalón por encima de Perrotta, típico futbolista que busca la pelota para dársela a otro, por lo que se cumplen todas las condiciones para que volvamos a ver al futbolista del Sevilla que tanto impresionó. Sin duda parece una sabia decisión.

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